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El recuerdo de uno de los días más difíciles: "Me salvé de milagro"

Juan Natali, personal militar mecánico, contó que poco antes de un ataque inglés lo mandaron a buscar mate cocido, por lo que alcanzó a salir de la pista que luego fue bombardeada

El 1° de mayo de 1982, el entonces cabo primero Juan Natali (quien terminó su carrera en el Área de Material Río Cuarto) estuvo cara a cara con la muerte. Por fortuna, por obra de Dios o del destino, logró salvarse. Es que la base Cóndor, ubicada en la zona centro de la Isla Soledad, fue duramente atacada por aviones ingleses que se llevaron la vida de un piloto y siete suboficiales mecánicos. Él podría haber sido uno de ellos, pero poco antes de la ofensiva británica se retiró de la pista para ir a buscar mate cocido.

En diálogo con Puntal, el hoy suboficial principal retirado recordó su paso por el conflicto bélico de 1982 y dijo que sueña con que en el futuro se pueda recuperar el territorio argentino por vía diplomática.

-¿Cómo llegó a las islas en 1982?

-En 1982 era personal militar de la Fuerza Aérea Argentina, destinado en la III Brigada Aérea de Reconquista (Santa Fe), en la que tenían asiento los aviones IA-58 Pucará (de fabricación nacional). El 8 de abril llegamos a Puerto Argentino para atender a los aviones que ya habían desplegado en las islas. Yo era mecánico de los aviones, me ocupaba especialmente del tren de aterrizaje y de los equipos hidráulicos y automáticos. Estando en las islas, como había movimiento de varios aviones de la Fuerza Aérea, la Marina y del Ejército, se decidió que los Pucará fueran hacia la zona de Darwin (donde está el cementerio), en el sector conocido como Pradera del Ganso. Allí había un aeropuerto al que se le prolongó la pista y se la reacondicionó para que pudieran salir nuestros aviones. Estuve en ese lugar entre el 14 de abril y el 27 o 28 de mayo.

-¿Qué recuerda de aquel 1° de mayo?

-Estábamos haciendo turnos en la pista de la base Cóndor, ya que el alojamiento estaba a unos 300 o 400 metros y había que tener gente en la pista que tuviera alerta. Entre las 4 y las 5 de la mañana se sintió un bombardeo en Puerto Argentino. Dos aviones tiraron bombas. Por eso, en la base Cóndor empezamos a preparar nuestros aviones. Salió una escuadrilla a controlar posibles desembarcos. Una de las unidades tuvo problemas en el tren de aterrizaje, por lo que nos quedamos trabajando en la pista, sobre ese avión. Por un momento dejamos de hacerlo porque recibimos una alerta. Luego se levantó, y volvimos a la pista. En ese instante se pusieron a nivelar el radar y no se detectó la entrada de tres aviones Sea Harrier que pasaron arriba de donde estábamos trabajando. Minutos antes de que eso ocurra, me mandaron a buscar mate cocido. Siempre doy gracias a Dios por eso, porque me salvé de milagro, por salir de la pista, ya que los aviones bombardearon y murieron sietes suboficiales y un piloto. También hubo varios heridos, pero el saldo podría haber sido mucho peor, debido a que las bombas que tiraron no funcionaron bien porque no las tiraron a la altura correspondiente.

-¿Cómo siguió ese día después del ataque?

-El avión que se prendió fuego estaba artillado y el armamento se empezó a disparar al prenderse fuego. La tierra también ardió porque, cuando está seca, es como si fuera combustible. Por eso, empezamos a sacar el armamento que pudimos y los materiales de apoyo del avión para protegerlos. Trabajamos arduamente hasta la noche.

“Fue el día más duro por las pérdidas humanas y el trabajo que tuvimos que hacer. Tuvimos que rescatar los cuerpos de nuestros compañeros y eso nos produjo un shock emocional a todos, pero debíamos seguir, no podíamos parar”, aseguró Natali.

-¿Ese fue el día más duro?

-Sí, lamentablemente fue el día más duro por las pérdidas humanas y el trabajo que tuvimos que hacer. Tuvimos que rescatar los cuerpos de nuestros compañeros y eso nos produjo un shock emocional a todos, pero debíamos seguir, no podíamos parar.

-¿Qué piensa hoy a 40 años de la guerra?

-Espero que no haya sido en vano la recuperación de las islas en ese momento. Hoy vamos a las escuelas, damos charlas y seguimos malvinizando para que los chicos sepan dónde están las Malvinas y qué es lo que se hace, para que, diplomáticamente, el día de mañana se puedan recuperar y podamos habitar nuestro territorio.

-¿Ha regresado a Malvinas?

-No, todavía no. Me he negado por el tema de ir con el pasaporte. De todas maneras, lo estoy evaluando y espero volver en cualquier momento.