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"Vivimos entre la basura y somos los olvidados de la ciudad"

Lo dijeron los vecinos del barrio Las Delicias, que están preocupados por la cantidad de residuos de todo tipo que se encuentran a metros de sus hogares. Hay desde productos tóxicos hasta animales muertos

En el barrio Las Delicias, cada vez hay más basura y los espacios verdes son irreconocibles.

Sobre las calles Iguazú y Quena, los vecinos manifiestan su preocupación por el gran número de basura que día a día se va acumulando y que, a pesar de hacer reclamos correspondientes, dicen no obtener respuestas de las autoridades municipales.

Frente a esta acumulación de residuos, una de las vecinas comentó que hace un tiempo no se podía circular por las calles. Pero luego frente a la obra de reparación de las calles, “la máquina de la Municipalidad las arregló pero desechó toda la basura más abajo, más cerca del río. Tapó con tierra y se fue”.

Otro de los vecinos también se sumó a este pedido comentando que todo el basural se encuentra alrededor del río y muchas veces por la corriente de agua, “arrasa con todo lo que venga, desde bidones de agrotóxicos, animales muertos y todo es basura de años, no de un tiempo acotado”, destacó.

Los vecinos sostienen que los residuos son de autos particulares, los carros y camiones. “Vienen de otros barrios, dejan la basura y se van, y no solo en este sector, sino a lo largo del bajo del Puente Miguel Ángel Abella, vos vas caminando y cada vez es más y más basura”, acotaron.

Además precisaron que el camión de la basura pasa solamente los martes, pero hace más de dos semanas que no hay rastro del transporte. Los vecinos del sector lamentan la pérdida de este sector verde. “Tendríamos que cuidarlo más, antes tomábamos mates ahí, los chicos jugaban a la pelota, los animales podían salir, ahora ni eso, se perdió un espacio que se podía disfrutar”, comentaron. No obstante, reconocieron que de noche ya desde hace mucho tiempo están reclamando por más iluminarias para que no se torne un barrio peligroso, que puedan salir o movilizarse sin que los asalten o sucedan hechos negativos.

Este basural es causa de diferentes enfermedades, el olor nauseabundo que invade en los distintos hogares, que niños no puedan jugar tranquilamente en el sector y las distintas apariciones de animales como: víboras, ratones y moscas.

“Los chicos no pueden jugar, no pueden ir al río, en la cascada toda el agua está ahí acumulada con toda la basura, con animales muertos, ¿cómo puedo dejar a mi hijo ahí jugando con toda esa mugre? Yo trato de acompañarlos porque entre las piedras, los animales muertos, los vidrios, los productos tóxicos, tengo que estar con ellos”, advirtió una vecina del sector.

Además señaló que se encuentran totalmente abandonados, no solo como personas, sino como sector, ya que, aparte del basural, también preocupa el servicio de agua. “En el verano, el agua alcanza para dos casas y nada más. Si uno tiene, el otro no”, acotó.

Los vecinos mantienen firme que “en campañas electorales, están, vienen, dan una vuelta y se van. Acuérdense de nosotros, los vecinos de las calles Iguazú y Quena, somos personas, no podemos vivir así, hay niños y tiene que haber una solución”.

Añadieron: “De la ruta para allá son gente, nosotros que vivimos de este lado, no somos gente, nadie se acuerda”.

Otra mamá se sumó a este pedido comentando que el olor y las cosas desagradables que se ven no te dan ganas de salir de tu casa: “Entrás a mi casa y no sabés con qué te podés encontrar, las moscas son lo mínimo pero hasta víboras y ratones grandes había en mi casa y de la desesperación no sabés cómo actuar frente a estos bichos”, alertó preocupada por sus pequeños.

Recordando tiempos anteriores, más precisamente prepandémicos, una de las vecinas que integraba la Cooperativa Sur Cordobés mencionó cómo fue el trabajo de la organización: “Antes con Sur Cordobés, que éramos todas mujeres, nos juntábamos y desmalezábamos, juntábamos la basura y reacomodábamos todo para poder disfrutar del espacio. Cuando vino la pandemia, se fueron y nunca más nos pusimos a limpiar”.

Los vecinos reafirman que es imposible convivir con un basural a cielo abierto, “es un acumulativo de más de tres años, necesitamos una pronta respuesta y solucionar esta problemática”, destacaron.

Además creen que sumando los reclamos más la visibilización, podrán obtener respuestas concisas, mantienen la esperanza de que este lugar volverá a ser lo que fue en aquel entonces: “Un lugar verde para disfrutar con la familia, donde los chicos jugaban felizmente y corría una brisa fresca y no un olor inaguantable”, describieron.