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Las etanoleras buscan saltar el cerco y tomar oxígeno con nuevos productos

Mientras las plantas de Córdoba detuvieron su producción luego de colmar la capacidad de almacenamiento de alcohol, planean alternativas para ganar tiempo y esperar que se reactive el mercado de los combustibles que sigue planchado

La industria del etanol sigue atravesando su propia cuarentena en un encierro provocado por la abrupta caída en la venta de combustibles, estimada en más de un 80% para abril que arrastró al sector y le potenció las complicaciones que venía arrastrando. Ya desde el año pasado, las etanoleras reclamaban dos cuestiones centrales: aumentar el corte en las naftas del 12% actual al menos un 15% y por otro lado mejorar el valor del litro de alcohol que entregan a las petroleras y que se mantiene congelado desde los primeros días de diciembre.

Sin respuestas sobre esos puntos y con las consecuencias en la actividad económica por el coronavirus, las empresas decidieron detener la producción debido a que colmaron su capacidad de almacenamiento. Primero recortaron el ritmo de trabajo, haciendo más ineficientes las plantas, hasta que llegó el momento de no poder continuar con las plantas en marcha. La primera en ordenar el parate fue AcaBio, en Villa María, y la última fue Bio4, en Río Cuarto, el miércoles de esta semana.

Sin embargo, y para ganar tiempo y recuperar al menos parte de la actividad, el complejo comenzó a desarrollar alternativas y en ese camino fue la planta de Río Cuarto la que decidió invertir en medio de la crisis para enriquecer el alcohol que habitualmente entrega a las petroleras con destino a los surtidores y lograr que ese mismo producto sirva ahora para otros mercados, como por ejemplo el de la industria farmacológica.

Las tres empresas de Córdoba (se suma Promaíz en Alejandro Roca), que elaboran alcohol a partir de maíz, ya habían donado a comienzos de abril 90 mil litros de etanol a la Provincia para que se destinara, luego de un proceso previo, a la fabricación de alcohol sanitizante o alcohol en gel y así al menos garantizar el abastecimiento de las instituciones sanitarias en medio de un marcado faltante de ese tipo de productos en el mercado.

Ese es justamente el mercado al que ahora decidieron apuntarle para tener algo de actividad y evitar que el parate se tenga que prolongar. Si bien es un nicho mucho más pequeño que el de los carburantes, está en plena expansión y además consideran que la demanda se sostendrá muy por encima de los niveles que mostraba hasta la llegada del Covid-19. Por eso, más allá de ser una alternativa ante el pozo que dibujó el consumo de naftas, a futuro puede seguir siendo un buen complemento.

“Es un golpe de timón en medio de esta situación”, explican desde Bio 4.

Los últimos datos muestran que el mercado de los combustibles es de unos 1.300 millones de litros al año para las etanoleras, mientras que el alcohol industrial alcanza los 140 millones de litros, lo que representa apenas poco más del 10%. Ese volúmen se reparte, casi en partes iguales entre la industria farmacopea, bebidas y la industria en general. Pero en los últimos meses, el alcohol demandado por la industria farmacopea se multiplicó por 20. “Es posible que eso sea un pico aunque la verdad es que no lo sabemos. Lo que estamos seguros es que va a permanecer mucho tiempo por encima de los niveles pre Covid-19”, explican desde el sector.