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Liberaron al joven que mató de un tiro a su compañero de caza en Buena Esperanza

El terrible hecho se registró el 8 de mayo pasado. La víctima falleció en el campo donde fue baleado

El joven de 23 años que mató accidentalmente a su compañero de cacería en un campo de Buena Esperanza recuperó la libertad en la mañana de ayer, luego de permanecer nueve días en prisión.

Emiliano Busso efectuó un disparo que terminó con la vida de Camilo Tallone en la noche del 8 de mayo pasado en la estancia “El Moro”, en el límite entre nuestra provincia y San Luis.

El juez de Garantías decidió mantener la acusación provisoria planteada por el fiscal instructor Francisco Assat por "homicidio culposo".

El abogado del joven, Germán Anabitarte, informó que su defendido quedó en libertad dado que el fiscal “no solicitó ninguna medida de coerción”, porque entiende que Busso no va a entorpecer la investigación y no se corre peligro de que se fugue.

El deceso del joven de 19 años se produjo luego de que Busso disparara su fusil calibre 30.6 cuando creyó ver un bulto que se movía y lo confundió con los animales.

El establecimiento rural está ubicado a unos 30 kilómetros al norte de Buena Esperanza.

El joven, domiciliado en la mencionada localidad, sufrió una herida a la altura del cuello, lo que le provocó una lesión mortal de una arteria.

Según el informe policial, cuando el oficial llegó al campo -tras recibir el pedido por radio-, encontró que el personal médico había constatado la muerte de Tallione.

Tragedia

Los cuatro jóvenes se habrían bajado en la tranquera de la estancia y tres de ellos “se separan para guiar a la piara (chanchos) y el restante se queda atrás de una loma esperando”. Más adelante describe que “al observar un bulto y desconociendo que uno de los tres jóvenes se había quedado atrás, efectúa un disparo con el fusil y escucha que desde la oscuridad Tallione vocifera: `Me pegaste, me pegaste´”. El joven herido caminó unos metros en dirección al tirador y se desvaneció ya sin vida.

Ante el fiscal, Busso afirmó: “Yo sé que soy culpable, pero no tengo nada que esconder sobre lo que pasó... Cansado de ir a cazar y nunca me había pasado algo así. Yo levanté la mira dos o tres veces, antes de disparar. Pero nunca imaginé que Camilo se había quedado atrás, que se había separado del resto y que no estaba usando la linterna, porque jamás se alumbró".