Economía | Centro de Almaceneros de Córdoba |

Advierten que "la estabilidad económica no genera mejoras en la vida cotidiana de la mayoría"

El Centro de Almaceneros de Córdoba realizó su informe mensual de precios que mostró un bajo aumento en julio, con una inflación estimada en 1,5%. Y aunque remarca la significativa desaceleración, remarca que la situación social muestra “una tensa calma”

En su habitual informe mensual, el Centro de Almaceneros de Córdoba mostró que la inflación durante julio, en Córdoba, fue del 1,5% según su relevamiento. Pero a eso le agregó dos conclusiones centrales: “el Gobierno Nacional ha logrado una desaceleración significativa de la inflación, los datos relevados por IETSE para el mes de julio ponen en evidencia que la estabilidad macroeconómica no ha derivado en mejoras para la vida cotidiana de la mayoría de las familias”. Es decir, la contundente baja de la inflación no logra una traducción directa en mejora de amplios sectores de la población, que siguen enfrentando severas restricciones por la pérdida de poder adquisitivo de arrastre.

En segundo lugar, el informe del Centro de Almaceneros alerta que “el consumo estancado, el acceso deficiente a la alimentación, la precarización del poder adquisitivo y las débiles expectativas de mejora componen un cuadro de tensa calma económica, en el cual los indicadores sociales continúan deteriorándose, a pesar de la contención de los precios”.

En esa línea, el informe muestra que los datos relevados por el IETSE mediante 2.500 encuestas a hogares de la provincia de Córdoba, encienden las alarmas en relación con la seguridad alimentaria:

  • El 57,8% de los hogares no accedió satisfactoriamente a la Canasta Básica Alimentaria (CBA), cuyo valor asciende a $794.384 para una familia tipo (4 integrantes)
  • 72,5% de quienes si accedieron a la CBA lo hicieron gracias a asistencia estatal, como AUH y Tarjeta Alimentar.
  • 10,5% de los hogares reportaron que algún integrante comió sólo una vez al día o directamente no comió en todo el día, durante algún momento del mes.
  • 50,1% de los hogares debió suspender al menos una comida diaria.
  • 30,7% de los hogares reconoció que algún miembro sintió hambre y no pudo satisfacerlo, por falta de recursos económicos.
  • 19,6% de los hogares se quedó sin alimentos al menos un día del mes.
  • Un 88,9% de los hogares financió la compra de alimentos: con tarjetas de crédito (43,5%), al fiado (37,2%) o dinero prestado (8,2%).
  • 18,9% recurrió a acciones no deseadas para conseguir alimentos, tal como pedir dinero o comida.