Edgar Bruno, el “Kiricocho” de la política
Seguramente nuestros lectores que pasaron por una cancha de fútbol (de cualquier parte de nuestro país y hasta en otros rincones del mundo) escucharon alguna vez ese grito de guerra de la mufa que retumba cada vez que alguien quiere darle mala suerte a su rival: “Kiricocho”.
Grandes, chicos, mujeres y hasta algún jugador se lo escuchó desgañitarse con algún que otro “Kiricocho” cuando solo la mala fortuna parecía poder salvarlos de alguna situación desventajosa.
Lo que pocos saben es de dónde salió la leyenda de “Kiricocho”.
La misma viene nada más y nada menos que del maestro de las cábalas, nada más y nada menos que del gran Carlos Salvador Bilardo y su laboratorio de usos y costumbres futboleras: Estudiantes de La Plata.
Corrían los años 70 cuando el “Doctor” comenzaba su carrera como entrenador y cuenta la leyenda que empezó a ver en los entrenamientos de su equipo que iba un hincha pincharrata de apellido Kiricocho.
Lo llamativo es que empezaron a detectar que cada vez que el bueno de Kiricocho iba a ver un entrenamiento, alguno de los jugadores de su equipo terminaba lesionado. Es por esto que el propio Bilardo le habría encomendado a Kiricocho la tarea de recibir a los equipos contrarios de Estudiantes los días de partido y darles una palmadita a los jugadores del otro equipo que llegaban a jugar el partido.
De esta manera, Kiricocho se transformó en el nombre de la mufa del fútbol nacional, trascendiendo incluso las fronteras de nuestro país, donde en lugares como España es también un clásico de la mufa y la mala suerte.
Pero parece que ahora no solamente es en el fútbol donde la leyenda de Kiricocho ganó adeptos, sino que en el PJ local parecen haber adoptado las enseñanzas del gran Bilardo y hasta las pusieron en práctica en las últimas elecciones que proclamaron a Guillermo De Rivas como intendente de la ciudad.
Sabido es que el justicialismo fue dividido y que parte de la dirigencia abandonó el barco del oficialismo (que luego terminó ganando con una aplastante diferencia) y saltó a las embarcaciones de Adriana Nazario.
Uno de esos (¿ahora exjusticialistas?) que pegó el portazo es el excéntrico y estridente intendente de Canals, Edgar Bruno.
Envalentonado con sus victorias en su pago, Bruno se le paró al frente al candidato del gobernador Martín Llaryora, pero además de militar por Nazario, Bruno fue la espada de choque del “nazarismo” denostando no solamente al candidato De Rivas, sino además al intendente saliente Juan Manuel Llamosas.
Luego de la elección se hizo viral entre los justicialistas uno de los videos de esos ataques sistemáticos de Bruno, en el que se lo ve (siempre ataviado con looks juveniles y de colores llamativos al último grito de la moda adolescente) caminando en un campo diciendo: “¿Saben por qué van a perder Llamosas y su equipo? Porque su gestión fue muy mala. ¿Y saben por qué fue mala? Porque son todos unos vagos...”.
“Pobre Edgar y pobre Adriana, no se dieron cuenta de que el Kiricocho era él. Desde el PJ le mandamos a este muchacho para que les palmeara la espalda y saliera a hablar en público porque sabíamos que es un mufa tremendo”, le dijeron al Chasqui desde el armado político del oficialismo que terminó quedándose con un claro triunfo.
“Menos mal que somos todos vagos, si no, le sacábamos no 16 puntos, sino 32 a Bruno y compañía”, agregó el dirigente.
Dicen que el tiempo cura las heridas y que seguramente con el correr de los meses se irán tendiendo puentes con alguno de los dirigentes justicialistas que abandonaron al candidato oficialista, pero lo que sí queda claro es que cuando el intendente vuelva por Río Cuarto más de uno y una repasarán dónde está su lado izquierdo para anular la mufa de Edgar “Kiricocho” Bruno.