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"Chicas fuertes", el grupo de mujeres que le plantan batalla al cáncer

Son más de 20 vecinas de Sampacho, Bulnes y Suco que se unieron para dar contención y acompañamiento a aquellas que transitaron o superaron la enfermedad

Son más de 20 mujeres de Sampacho, Bulnes, Suco y la región, son las “Chicas fuertes” unidas por su lucha contra el cáncer. El grupo, que nació allá por 2018 tiene por objetivo la contención y acompañamiento de aquellas que transitan o son resilientes de esta enfermedad.

En el mes de la concientización y prevención del cáncer de mama este grupo de mujeres llevan adelante acciones , y a su vez se animan a brindar sus testimonios para sensibilizar sobre la importancia de los controles.

Adriana Orellano, es de Sampacho, y es una de las iniciadoras del grupo “Chicas fuertes” cuando al recibir su propio diagnóstico, y desesperada, comenzó a llamar a conocidas para recibir información. “Mirá mi locura, que quería formar una Fundación, porque veía que las mujeres no teníamos contención”.

En diálogo con Puntal, cuenta su experiencia, pero además asume que el cáncer “no es solo rosa y hay que hablar todo el año de esta enfermedad que no solo afecta a las mamas sino a distintos órganos”.

Es así que en este grupo hay mujeres que tienen distintos diagnósticos. “Nosotros nos unimos para contenernos, ayudarnos, escucharnos, y acompañarnos. Disfrutar de salidas y charlar”.

Nosotros nos unimos para contenernos, ayudarnos, escucharnos, y acompañarnos. Disfrutar de salidas y charlar Nosotros nos unimos para contenernos, ayudarnos, escucharnos, y acompañarnos. Disfrutar de salidas y charlar

“Chicas fuertes” está cada vez más consolidado y lo integran más de 20 mujeres de Sampacho y la región.

“Fui a control después de 3 años”

Adriana se dispone a dar su testimonio para crear conciencia.

“En 2018 me diagnosticaron cáncer de mama. Yo hacía tres años que no me sometía a los controles. Porque estaba ocupada en otras cosas. En mi caso cuidando a mis padres que estaban enfermos”, comparte Adriana.

Y en sus palabras asume la responsabilidad de haber postergado tan importante acción, como lo es el control anual.

“Me llevó hacerme el control ginecológico 3 años. Sí me autoexaminaba, me tocaba, me hacía el tacto, y estaba todo bien. Pero un día me miré y observé que se me había empezado a hundir una parte de mi pecho. Le eché la culpa a unos corpiños con arco que usaba. Dejé de usarlos y notaba que seguía. Ahí sí fui al médico. Entre la espera y todo me empezó a supurar el pezón, (el nódulo) no era palpable. Por eso yo hago mucho hincapié en el control con el médico es muy importante. Si no hubiese tardado tanto lo agarrábamos a tiempo”, sostiene la mujer.

Me llevó hacerme el control ginecológico 3 años. Sí me autoexaminaba, me tocaba, me hacía el tacto, y estaba todo bien. Pero un día me miré y observé que se me había empezado a hundir una parte de mi pecho. Le eché la culpa a unos corpiños con arco que usaba. Dejé de usarlos y notaba que seguía. Ahí sí fui al médico Me llevó hacerme el control ginecológico 3 años. Sí me autoexaminaba, me tocaba, me hacía el tacto, y estaba todo bien. Pero un día me miré y observé que se me había empezado a hundir una parte de mi pecho. Le eché la culpa a unos corpiños con arco que usaba. Dejé de usarlos y notaba que seguía. Ahí sí fui al médico

“Fue un simbronazo fuerte. Son seis letras (cáncer) que asustan. Tuve el acompañamiento incondicional de mi familia, de mis dos hijos, de mis hermanas que iban de un lado para el otro conmigo. Pero yo los animaba. Soy una convencida de que lo que uno piensa ocurre”, subraya Adriana.

Y ella estaba dispuesta a plantar lucha y ganar. “Siempre pensé en positivo”.

Hoy está previsto que “Chicas fuertes” participen de las actividades que la Municipalidad de Sampacho organiza en el marco del Octubre Rosa 2022.

“En nuestro grupo hay chicas que ya superaron la enfermedad, y otras que están en pleno tratamiento. Y no solo por cáncer de mama, sino de otros cánceres, porque entendemos que se debe abrir y hablar en toda su amplitud del tema”, dice Adriana Orellano.

En nuestro grupo hay chicas que ya superaron la enfermedad, y otras que están en pleno tratamiento. Y no solo por cáncer de mama, sino de otros cánceres, porque entendemos que se debe abrir y hablar en toda su amplitud del tema En nuestro grupo hay chicas que ya superaron la enfermedad, y otras que están en pleno tratamiento. Y no solo por cáncer de mama, sino de otros cánceres, porque entendemos que se debe abrir y hablar en toda su amplitud del tema

Con la pandemia de por medio, las actividades del grupo fueron acotadas. “La finalidad de nuestro grupo es el acompañamiento y la contención. Pero además queremos que se instale como agenda todo el año. Hay que enseñarle a las mujeres a cómo deben autoexaminarse, tocarse, mirarse”.

Por último, dejó un mensaje cual es que no hay que tenerle miedo al cáncer: “De cada 5 diagnósticos, cuatro son benignos. Yo hago hincapié en el control médico”.

El apoyo de la familia

Analía Pereyra fue diagnosticada el 5 de agosto de 2020 con cáncer de mama. El recibir la noticia fue un golpe duro, y desde primer momento le plantó batalla. Pasó por quimios, intervención quirúrgica, y nuevamente quimioterapia y rayos. Asume que logró soportar tan cruento tratamiento por el apoyo de sus hijos, hermanos y algunos amigos. Así también destacó el acompañamientos de los profesionales médicos que la asistieron.

Esta mujer resiliente se anima a decir que libró fue “dificilísima”. “Pero con fe y siempre con el apoyo familiar se puede. No es fácil porque tu cuerpo no es el mismo. Los dolores, el cansancio permanente”, menciona.

A pesar de todo lo sufrido, reflexiona: “Esta experiencia que me tocó la quiero recordar bien, más allá del dolor, de la angustia que pasé. Porque no solamente se enferma uno sino toda la familia. Ante mis hijos me mostraba muy fuerte pero la tristeza estaba dentro de mí. Me enfoqué mucho en mi trabajo, hacía manualidades para no pensar, y el principal persona que me ayudó fue mi nieta Charlotte, que me decía ‘Babu te queda lindo no tener tu pelo; después te va a nacer’”.

Finalizando, dejó un mensaje para las mujeres. “Les quiero aconsejar que se hagan los controles. Porque en todo esto que aprendí es que en primer lugar estoy yo y lo más preciado que tiene un ser humano es tener salud”.

Esta experiencia que me tocó la quiero recordar bien, más allá del dolor, de la angustia que pasé. Porque no solamente se enferma uno sino toda la familia Esta experiencia que me tocó la quiero recordar bien, más allá del dolor, de la angustia que pasé. Porque no solamente se enferma uno sino toda la familia

Controlarse y disfrutar la vida

Graciela Mores también integra el grupo “Chicas fuertes”. De su historia cuenta: “El 24 de este mes va a hacer 5 años que me operé. Estoy bien, y todo gracias a los controles. Estoy con medicación. En mi caso solo tuve que hacerme rayos. Lo tomé bastante tranquila, no así mis hijos. Yo solo recomendaría a todas las mujeres que se cuiden y se controlen. Y que celebremos y disfrutemos de cada día”.

Yo solo recomendaría a todas las mujeres que se cuiden y se controlen. Y que celebremos y disfrutemos de cada día Yo solo recomendaría a todas las mujeres que se cuiden y se controlen. Y que celebremos y disfrutemos de cada día

En enero de 2020, Rita se sometió a una punción en la mama izquierda por la presencia de un carcinoma. Me lo tenía que sacar de manera urgente, no se veía bien. Era chiquito como un granito de maíz, pero era maligno”.

Transitó el tratamiento durante la pandemia, pero fue su familia su gran sostén. La familia te apoya, te quiere ayudar en todo lo que puede, los médicos también te ayudan mucho. Pero asimilarlo no es fácil. “Mis hijos fueron mi gran sostén”. Hoy Rita está bien y sigue con los controles. Como todas sus pares reitera que es necesario quererse, cuidarse. “A veces hacemos por los demás lo que no hacemos por nosotros”.

Estos y otros tantos testimonios coinciden en la necesidad de los controles, en mirarse, tocarse y autoexaminarse y cumplir con los controles anuales.