Miguel Ávila es oriundo de la localidad de Adelia María y fue declarado como personalidad destacada de la cultura de Buenos Aires tras convertirse en el hombre que se hizo cargo de la librería con más historia en el mundo y por su rol de “trabajador de la cultura”, como él mismo asegura.
Actualmente es dueño de la “Librería de Ávila”, donde sus inicios remontan a finales del siglo XVIII.
Defender lo propio como argentino
En diálogo con Puntal, desde Buenos Aires, el adeliamariense expresó cómo logró defender a la librería de convertirse en un comercio de comidas rápidas.
“Mi hija asistía al Nacional de Buenos Aires y la librería, que era la antigua Librería del Colegio, había cerrado. Estuvo como cinco años cerrada, no quedaba nada, se remató lo que se pudo rematar y se robaron lo que se podían robar. Estaba muy abandonada”, relató Ávila.
La ex Librería del Colegio y actual propiedad de Ávila está ubicada en la esquina de Bolívar y Adolfo Alsina, frente a la Iglesia San Ignacio y en diagonal al centro educativo.
Tras el abandono del edificio, se había realizado un precontrato para colocar allí una cadena muy conocida mundialmente de hamburguesas con los propietarios de dicho lugar, que era nada más ni nada menos que el arzobispo de Buenos Aires, en ese entonces, monseñor Jorge Bergoglio, actual Papa.
“Voy a ser muy sincero, fue un cachetazo a nuestra identidad, a nuestra historia, a nuestra formación, no podía ser que en esta esquina tan emblemática que tuvo que ver con el nacimiento de la Patria terminara en una local de comidas rápidas norteamericana”, enfatizó el adeliamariense, quien hizo hincapié en que siempre fue muy curioso de la historia colonial de Buenos Aires, por lo que conocía toda la historia de la librería.
“Había jóvenes que venían a la librería para leer ciertos libros prohibidos, que eran de pensamientos de la revolución francesa, estos jóvenes tomaban estos libros y en la librería formaban polémicas y debates hasta altas horas de la noche. Ellos eran Castelli, Paso y Mariano Moreno”, remarcó Ávila y sumó: “Era el pensamiento revolucionario que dio origen al nacimiento de la Patria y fue acá en la libería, por eso era tan importante esta esquina”.
Por eso, el adeliamariense comenzó a golpear puertas y a conseguir que la librería no cierre sus puertas de par en par tras tanta historia e identidad que se encontraban allí.
“Me junté con un cura de la iglesia, fuimos a ver el lugar y un kiosquero nos dijo que los dueños de la librería eran los del Arzobispado de Buenos Aires. En ese entonces, con el Monseñor Jorge Bergoglio, fueron dos años de pelea pero debo reconocer que tuvo una actitud plena de ayuda. Yo me comprometí a rescatar la librería lo mejor que se podía y de esa manera se le dio continuidad desde 1785”, dijo Ávila, quien a sus 24 años fue dueño de la librería Fray Mocho.
De esta manera un cordobés logró darle continuidad a un espacio donde nació la Patria, pero no fue fácil comentó Ávila, ya que al estar cerrada por cinco años, había mucho deterioro.
“Eran dos salones vacíos y estaba sin plata para poder reacomodar toda la librería, agradezco a cada persona que logró con su ayuda recuperar este edificio emblemático para nuestra historia y cultura. En Europa dicen que es la librería que sigue abriendo sus puertas más antigua de todo el mundo”, manifestó orgulloso Ávila.
“El dueño de la librería era el Arzobispado de Buenos Aires, en ese entonces con Jorge Bergoglio. Fueron dos años de pelea, pero debo reconocer que tuvo una actitud plena de ayuda. Me comprometí a darle continuidad a este histórico edificio”.
La librería de Ávila fue declarada Sitio de Interés Cultural por la Legislatura de Buenos Aires y Lugar Histórico Nacional.
Tras su reconocimiento como personalidad destacada de la cultura de Buenos Aires, dijo que en realidad la iniciativa era ser nombrado como personalidad ilustre pero él decidió no recibir esa manción: “Yo siempre digo que no soy un hombre culto, soy un trabajador de la cultura. Esta mención es también para el mundo del libro y para aquellos libreros. Yo comencé a trabajar desde muy pequeño en una librería, tenía 14 años. Y a mis 24 años fui propietario de una”, precisó el adeliamariense, quien sumó que la librería de Ávila será escenario de producciones audiovisuales como miniseries internacionales.
Tras más de 33 años trabajando y siendo propietario de la “Librería de Ávila” en Buenos Aires destacó: “Mis primeros diez años de vida que pasé en Adelia María fueron determinantes en mi vida, la gente y las calles de mi pueblo me formaron en la persona que soy hoy. Siempre vuelvo a mi lugar, mi amado Adelia María” y sumó: “ La gente del interior ha hecho muchísimo, claro ejemplo es San Martín, hemos tenido héroes del interior, hacer historia es algo magnífico”.
La “Librería de Ávila”, que fue la cuna de la Patria, luce hoy repleta de libros antiguos, nuevos e usados, aseguró que en los dos pisos y en el depósito hay alrededor de cien mil libros, por lo que es uno de los lugares emblemáticos de Buenos Aires y visitado por miles de turistas que recorren la capital argentina.
A su vez señaló que su ubicación estratégica es también un puntapié de tanta historia que lo rodea, ya que se encuentra en la reconocida “Manzana de las Luces”.