El icónico edificio de Avenida Italia 1262, en Río Cuarto, se convertiría 85 años después en epicentro de una onda expansiva que no solo deja huella dentro de la ciudad sino que trasciende sus límites para hacer pie en localidades de la zona.
Embed - Clínica Regional del Sud celebra 85 años brindando salud
La emblemática Clínica Regional del Sud S.A. (CRS) festeja en agosto un nuevo aniversario y lo celebra con la reciente habilitación de un centro de atención propio en la ciudad de La Carlota (departamento Juárez Celman) y con la proyección de materializar otro similar en Huinca Renancó (departamento General Roca).
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A eso hay que sumarle las ampliaciones que el mismo edificio madre tuvo hacia calles colindantes, la habilitación de consultorios cercanos y la creación de centros de atención en Banda Norte y en el sur, dentro de la ciudad de Río Cuarto.
En diálogo con Salud & Ciencia, el doctor Fabián Bruno (M.P. 22081/5-M.E. 8863) quien es especialista en Nefrología y miembro del actual Directorio de la CRS, trazó un repaso de la evolución que la institución ha demostrado a lo largo de décadas hasta convertirla en un centro médico referente del sur provincial.
Con poco más de 120 camas distribuidas en áreas clave como terapia intensiva, pediatría, unidad coronaria y para internación, se posiciona como el centro de salud con mayor disponibilidad y en uno de los más grandes de Río Cuarto.
-¿Qué relevancia adquiere la Clínica a nivel regional?
-Aquí se atiende a pacientes de todo el sur de la provincia, que llegan sobre todo de los pueblos y ciudades de la zona. La región aledaña se referencia mucho con la Clínica del Sur y también, obviamente, la gente de la de la ciudad de Río Cuarto. La Clínica ha ido creciendo año tras año. Desde el punto de vista edilicio, desde poner centros de atención, dentro de la ciudad de Río Cuarto, como por ejemplo en Banda Norte y el denominado Centro Sur, que es un lugar nuevo en lo que es diagnóstico por imagen y ahí también se realizan algunas prácticas médicas de cardiología y ginecología, entre otras. También la clínica ahora está creciendo fuera de lo que es la ciudad de Río Cuarto, haciendo pie en localidades de la zona, como por ejemplo La Carlota. Hoy por hoy se está proyectando otro centro en Huinca Renancó, con la idea de poder hacer “satélites” que se van a referenciar con lo que denominamos “la nave madre”, que sería esta institución central que hoy cumple 85 años.
-¿Cuál es la proyección a futuro?
-Cómo decíamos antes, una de las ideas es ir haciendo “satélites” en distintos pueblos de la zona que antes tenían prestaciones médicas mucho más complejas, como cirugías, partos, cesáreas, cosas que se hacían y que dejaron de hacerse, y se derivan a los centros de mayor complejidad. Hacer un vínculo con esos “pueblos-ciudades” y tener una relación directa con ellos para que haya una derivación directa y prestaciones que nuestros profesionales van a hacer en esas ciudades. Y con respecto a lo que es el crecimiento de la institución a nivel local, nos hemos ampliado recientemente en el tercer piso y vamos a llevar ahí las salas de hemodiálisis y el laboratorio. Entonces, al trasladarnos a esa parte de la clínica, queda libre toda la parte actual de hemodiálisis y de laboratorio, lo que va a permitir ampliar la terapia intensiva. Y todo ello va a permitir también que se amplíen los quirófanos y que haya un mayor número de quirófanos, y que donde estaba el laboratorio se generen más habitaciones para internaciones.
-¿Cuántas son las prestaciones que actualmente brindan?
-Las prestaciones que se brindan en la clínica son todas, menos trasplantes. Aquí se hace desde cirugía cardíaca, hemodinamia, neurocirugía y hasta todo lo que es diálisis. Es decir, todo lo que sea de alta complejidad, como terapia intensiva de alta complejidad o de unidad coronaria, se hace acá, en la clínica.
-¿Cuántos los profesionales que llevan a cabo esas prestaciones?
-En este momento son más de 120 profesionales que están dentro de la clínica. Algunos, ya como médicos de staff y otros que vienen y hacen prestaciones especiales o específicas, como por ejemplo, cirugía de hombro o algún tipo de cirugías muy puntuales que están relacionadas con alguna especialidad.
-En materia de tecnología, ¿cómo fueron evolucionando?
- El crecimiento y la evolución tecnológica van de la mano, es algo que no se puede separar. Te va llevando la misma tecnología a ir cambiando, a ir modernizando procesos, a ir cambiando la aparatología fundamentalmente en la parte de hemodinamia, en terapia intensiva o en hemodiálisis. Por ejemplo, en lo que a mí me compete, hemos incorporado máquinas de hemodiafiltración que representan un paso más avanzado de lo que son las de hemodiálisis. Y todo eso hace una “bola de nieve” que va obligando a ir mejorando día tras día, porque eso lo requiere la misma práctica médica, la misma medicina requiere que vayas mejorando tu aparatología para brindar mejores prestaciones.
-Como profesional, ¿cuál fue el momento de mayor complejidad que le tocó atravesar en la Clínica?
-Sin dudas, la pandemia. Los primeros seis meses del 2020 fueron muy duros. Luego se pudo percibir que se estabilizó la situación pero nos obligó a poner más camas, a tecnificarnos, a utilizar, por ejemplo, la Guardia como una zona de Shock room y una mini terapia intensiva, porque no nos alcanzaban las camas. Y al ser la institución de referencia del sur de la provincia para obras sociales importantes, como es el Apross, la afluencia de pacientes era muy grande. Entonces, la época de la pandemia nos hizo agudizar mucho el ingenio desde todo punto de vista, y principalmente, desde el punto de vista profesional y desde el punto de vista económico, para poder enfrentar las situaciones.
-Asimismo, ¿considera que CRS estuvo a la altura de las circunstancias como para reinventarse y dar respuestas?
-Sí, yo creo que sí. Se pueden haber cometido errores pero se hizo todo lo que humanamente estaba en nuestro alcance, tanto desde el punto de vista profesional como del punto vista institucional. Nunca se privó de ningún tratamiento a nadie, nunca escatimamos nada a ningún paciente que venía con la complejidad que tuviese. Y todo en el marco de una situación en la que ignorábamos mucho lo que estábamos enfrentando porque no sabíamos contra qué luchábamos. Hicimos todo lo que estaba al alcance de nuestras manos, a eso te lo garantizo. Y también la pandemia nos pegó duro porque hubo profesionales que sufrieron como consecuencia del Covid. Tuvimos pérdidas de amigos y colegas como consecuencia del Covid. Entonces, esto de “reinventarnos”, era a diario. Era diariamente tratar de enfrentar los problemas de la saturación de camas, de gente que cada vez exigía más atención y más complejidad, en un mundo donde lo económico también influía mucho.