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En la Asociación Unión del Sur, la preocupación está puesta en las bases formativas

Julio Rivoira, presidente de la entidad, manifestó que las consecuencias del parate se están observando en las categorías infantiles

En Argentina, quizás como en ningún otro lado, los clubes y el deporte tienen una participación crucial en la formación de los más chicos. A su vez, para que una disciplina se sostenga, requiere de que la base de personas que la practican se renueve y crezca. Fue en esos aspectos en los que la pandemia -y las consecuentes medidas sanitarias- tuvieron los efectos más nocivos.

El fenómeno afectó a varias disciplinas; entre ellas, al vóley. “La preocupación nuestra está puesta en las categorías más chicas. El Mini Vóley (8-10 años) es en el que más se ha notado el impacto del parate”, dice Julio Rivoira, presidente de la Asociación de Vóley Unidos del Sur (Avus). El dirigente trazó un análisis de lo que ha sido este año de pandemia y remarcó que el efecto del freno de la actividad se dio en las divisiones menores.

“La baja más importante se produjo en las categorías que deberían empezar este año en cancha grande. Evidentemente, hubo chicos que no pudieron terminar esa etapa de formación y eso es una preocupación a futuro. Cuando estén dadas las condiciones para volver, vamos a trabajar mucho en ese sentido”, comenta Rivoira. Agrega que lo sucedido en esas categorías contrasta con lo ocurrido a nivel mayores, en el que se mantuvo el número de jugadores. Aclara que hubo altas y bajas entre los clubes.

Rivoira cuenta que, después de lo que fue el casi inactivo 2020, desde la Avus dispusieron la realización de torneos cortos (preparatorios) y sobre la base de la evolución de las condiciones sanitarias definirían la realización de certámenes oficiales. “Llegamos a hacer dos torneos, con fechas cada quince días en la división mayores y pudimos hacer uno en las divisiones formativas”, precisa el dirigente.

En esos certámenes, se presentaron alrededor de una docena de equipos de la región e incluso se sumaron conjuntos de lugares más alejados que nunca habían participado. “Tuvimos altas y bajas. Hemos perdido algunos lugares muy tradicionales. Sobre todo los equipos que representaban a las municipalidades. En esos casos, las restricciones fueron más fuertes que en los clubes y algunos no pudieron volver a entrenar”, explica el dirigente.

“Tenemos realidades muy disímiles. Por un lado, hay clubes que han podido volver a entrenar y se presentaron en los torneos que organizamos. Por otro, hay equipos que ni siquiera pudieron empezar a entrenar este año”, analiza Rivoira. Añade que la Asociación tuvo que ser más flexible en cuestiones administrativas para poder sostener a algunos equipos. “Nosotros solemos ser muy cuidadosos con mantener el orden en el tema administrativo, pero entendimos que este año teníamos que hacer algunos cambios debido al contexto general”, señala.

“El 2021 venía siendo un año interesante no sólo porque pudimos volver a las canchas, sino porque conseguimos reactivar la rama masculina, algo que es un déficit general de toda la provincia”, detalla Rivoira. Explica que, en el contexto general cordobés, desde hace un tiempo se nota una merma en la cantidad de varones que practican el deporte, sobre todo en las divisiones formativas.

“Vamos a ver qué pasa. Nosotros entendemos que estamos en una pandemia y vamos a esperar lo que sea necesario para poder volver a la actividad. La idea es intensificar el trabajo en las divisiones más chicas. En mayores estamos conformes con lo que pudimos hacer en lo que va del año, pero queremos recuperar a los más chicos para fortalecer la base de la disciplina”, resalta Rivoira. Agrega que, una vez que se definan las nuevas medidas después del 30 de mayo, verán cómo retomar la actividad.