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El clúster de proteínas vegetales advierte que la suba de retenciones lo saca de la cancha

Las empresas aseguran que hay un riesgo cierto de perder 54 mercados que hoy son abastecidos con producción nacional

El agregado de valor en el interior fue siempre una premisa de las gestiones de Gobierno a nivel nacional, pero no siempre se crearon los incentivos suficientes para que la producción se multiplique allí donde se obtiene la materia prima. Por el contrario, muchas veces se fue a contramano: se la penalizó, poniéndola en un límite de la inviabilidad.

Esto último es lo que advierte el clúster de proteínas vegetales a partir del intento del Gobierno de incrementar los derechos de exportación al sector y llevarlos al 15%. Creen que si eso prospera, las empresas pymes dejarán de ser competitivas y se perderán exportaciones que realizan a 54 países.

El clúster está conformado por 10 empresas que se ubican en Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos y elaboran texturizados a partir de legumbres y soja.

Entre esas pymes la mitad son cordobesas: ValoraSoy, Porta Hermanos, La Troja, Bionutrir y Proteínas Argentinas. Todas compiten con firmas de Estados Unidos, China, India y Brasil, principalmente. Pero creen que si se concreta la suba de retenciones, será imposible exportar.

Según explican desde el clúster, la cadena de agregado de valor de las proteínas vegetales avanzó fuerte a lo largo de estos años, tanto en la incorporación de tecnologías, como en la implementación de nuevos sistemas de gestión que garantizan la calidad y la inocuidad de los productos para consumo humano, permitiendo el acceso a nuevos nichos de mercado nacionales e internacionales, que tienen una mayor exigencia.

Para eso transforman las legumbres y la soja en alimentos destinados a la industria y consumidores de proteínas de todo el mundo, conformándose como una economía regional en crecimiento. Desde siempre, el mayor mercado es de exportación.

Por eso, el Clúster de Proteínas Vegetales solicitó “rever el aumento potencial de las retenciones al 15%, lo cual resulta en una perdida absoluta de competitividad en el precio por tonelada de los texturizados de proteínas vegetales, en el contexto internacional, no pudiendo de esta manera seguir compitiendo con el valor FOB ofrecido por los restantes países productores y exportadores de los productos”, alertaron las empresas que forman parte de la Asociación.

Junto a eso, remarcaron “adicionalmente la posición geográfica de Argentina, lo cual deriva en una desventaja logística por costo, respecto del resto de los países productores y exportadores. Partiendo del valor promedio del precio FOB por tonelada de los productos, el aumento de las retenciones al 15% deja al Clúster y a cada una de las empresas que lo conforman, frente a una situación vulnerable de pérdida absoluta de rentabilidad para poder mantener el valor FOB del producto impuesto por el mercado internacional, sumado al alto costo de la materia prima (por encima del valor del mercado) a partir del cual se genera el valor agregado”, detallaron.

En ese sentido indicaron que “considerando la inversión que genera para cada una de las empresas que conforman el Clúster de Proteínas Vegetales la búsqueda y consecuente incorporación de nuevos clientes; sumado a la dificultad en la importación de tecnologías necesarias para la generación de valor agregado; la continua inestabilidad política argentina; los aumentos constantes del valor de los servicios y la energía, la reciente novedad en la suba de las retenciones para los texturizados de proteínas vegetales, deja a las empresas elaboradoras y exportadoras de dichos productos por fuera del mercado internacional, en términos competitivos, si se traslada la suba al valor FOB por tonelada”, alertaron.

Las proteínas vegetales

Desde el punto de vista industrial, todos los procesos implicados en la elaboración de productos de alto agregado de valor en la cadena de las proteínas vegetales (harinas micronizadas, texturizados de proteínas vegetales, concentrados y aislados proteicos) tienen como objetivo concentrar su contenido proteico, y aprovechar las características nutricionales y funcionales que las proteínas proveen para incorporarlo en diversidad de productos alimenticios.

En el proceso de texturización, las harinas proteicas y los concentrados se exponen a un proceso extrusión, lo que permite la desnaturalización y la alineación de la proteína en una estructura que imita la naturaleza fibrosa de la carne, siendo aplicado en: hamburguesas, nuggets, productos plant based, entre otros.

Las empresas dedicadas a la fabricación de este tipo de productos se han conformado en octubre como Clúster de Proteínas Vegetales bajo el formato de una Asociación Ad Hoc.