En realidad, los legisladores decidieron postergar para febrero la discusión sobre la prohibición de los limpiavidrios, el impedimento para los cuidacoches que no estén autorizados y las sanciones para quienes omitan la vacunación obligatoria.
La Arquidiócesis se había expresado preguntando si el fin de año era el momento adecuado para debatir sobre el tema, remarcando “el apuro con el que se ha planteado la temática, que no se corresponde con la gravedad del problema”.
En relación a los naranjitas y limpiavidrios, aseguraron que existen excesos, extorsiones y delitos, pero también enfatizaron en que estos trabajos informales representan la única forma de subsistencia, además de realizarlos con “responsabilidad y buen trato”.
Por otro lado, desde la oposición señalaron que ahora "el pueblo se queda más inseguro, sin ley-anti naranjitas y anti-limpiavidrios".
"Apretó Rossi, reculó Llaryora. No cuestionamos doctrina de fe. Cuestionamos este apriete mal intencionado de la izquierda populista que atraviesa la Iglesia que ni se tomaron el trabajo de leer el proyecto", manifestó Gregorio Hernández Maqueda, legislador de Mejor Futuro.