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"Las campañas informaron, pero no generaron cambios de conducta"

El cineasta y publicista Gustavo Tieffenberg disertará sobre las acciones de comunicación masiva en tiempos de la pandemia del coronavirus

Mañana se llevará a cabo la segunda jornada provincial de Comunicación en Salud, organizada por el Ministerio de Salud de Córdoba y destinada a equipos de salud, comunicadores y público en general. Contará con la presencia de destacados disertantes de nivel nacional e internacional, entre los que se encuentra el cineasta y publicista Gustavo Tieffenberg, asesor de la UBA en temas de comunicación sobre el Covid-19.

El especialista coordinará una charla que lleva como título: “Cómo decir lo que tenemos que decir, pero nadie quiere escuchar”, que él mismo indicó, es “una disertación sobre cómo se generan las campañas de comunicación masiva en época de pandemia o en períodos en los que se debe hacer hincapié en la prevención, y que son antipáticas, porque ninguno de nosotros queremos usar barbijo o dejar de abrazar a las personas que queremos, o no ir a la cancha, pero es obligación desde el Estado generar campañas de comunicación para estos momentos incómodos. Es más fácil vender un producto que a la gente le hace bien, que transmitir mensajes antipáticos y lograr que la gente te responda”.

- ¿Sobre qué ejes considera que deberían trabajarse estas campañas para generar conciencia? ¿En la idea del otro, del cuidado de los seres queridos?

- Creo que las campañas han sido más bien del tipo informativo, y no se centraron en generar cambios de conducta. Hoy por hoy, a las medidas de cuidado las conocen todos, si no se usan, si hay gente sin barbijo o que no toma distancia, o aquellos que hacen fiestas clandestinas, no es porque no lo sepan, sino que no creen que eso las dañará. Me parece que la información estuvo bien, faltó el cambio de conductas. En este sentido, está el cuidado como un acto de amor o de cuidado, y básicamente tomar conciencia de que el esfuerzo que hacemos hoy puede ser poco en relación con el que tendríamos que hacer en 4 o 5 meses si la situación no mejora. La necesidad de cambiar algunas conductas mínimas es hoy.

El especialista indicó: “Para avanzar en esta línea es necesario hacer campañas de comunicación masiva de la mano de cámaras de comercio, por ejemplo, con la comunidad en general, tiene que ser una comunicación más transversal, porque hemos pasado 8 meses con un mensaje muy vertical desde el Estado que te decía ‘quedate en casa’”, sostuvo Tieffenberg, quien agregó: “La población debería ser la que genere los mecanismos para decir que queremos seguir abriendo los comercios, volver a una vida de actividad económica o de encontrarnos con un ser querido, pero con cuidados que no son tantos, son básicos”.

- Se aproximan las fiestas, un período en el que el argentino se junta mucho en familia, sumado a las vacaciones, ¿cree que esto afectara al contexto?

- Debe haber un movimiento civil, no podemos esperar todo del Gobierno, que tiene que atender varios frentes: el sanitario, el económico, el social, el psicológico; somos nosotros, desde pequeñas cámaras, los que debemos estar interesados en generar campañas de comercio seguro, por ejemplo.

- ¿Considera que la llamada “grieta” ha jugado en contra para el acatamiento de algunas medidas por parte de ciertos sectores de la población?

- Un poco sí, pero también hubo una acción desde el gobierno nacional de militarlas a favor, y de presentarse como los únicos salvadores de la patria. Cuando se plantea la situación en términos de un escenario bélico, como lo hizo Donald Trump en Estados Unidos, hablando del “enemigo invisible”, en la guerra no se le discute al general. El tema es que no estamos en guerra, y si vos me das órdenes como si lo estuviéramos, yo responderé en contra como un acto de rebeldía. Algo que hacen bien en Córdoba, en tanto, es sacar el eje de la comunicación desde el gobierno, huirle a la idea de la grieta.

En este sentido, el especialista consideró que se subestimó “la importancia de una buena comunicación y se confundió información con campaña de difusión, porque se conocen las medidas preventivas, pero no se cumple como lo hacen en Australia o Nueva Zelanda, por ejemplo, distinto es China, donde hay un gobierno muy autoritario que lo controló con el Ejército en la calle y barricadas en los barrios sin dejarlos salir ni a la esquina, nosotros no estaríamos dispuestos a aceptar eso”, comentó.

Del mismo modo, sostuvo que en general los gobiernos “tuvieron problemas en admitir que había dudas, que la propia lógica de la pandemia hace que las cosas cambien, y se quedaron entrampados en la trampa de creer que cambiar de medidas, decir una cosa y luego otra, es algo necesariamente malo, hasta la OMS decía al comienzo de la pandemia que no había que usar barbijo y ahora sí”, explicó Tieffenberg.

Por lo tanto, el publicista considera que al momento en que se construye desde la soberbia, resulta muy difícil volver atrás en el discurso. “Para los gobiernos es muy difícil admitir que no se sabe cómo actuar, considerando que era un virus que hacía poco tiempo se había conocido, pero no se aceptó ni comunicó esto”, dijo y completó: “La gran unión de abril tuvo que ver con la necesidad de quedarnos todos en casa, pero no con el hecho de que no se sabíamos cuál era el contexto y que por el momento eso era lo mejor para hacer. Eso no existió”.