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Córdoba perderá US$ 1.130 millones por el efecto de la chicharrita en maíz

La Bolsa de Cereales de la provincia remarcó que entre los cálculos de marzo y los de abril se recortaron 6 millones de toneladas del cereal por el impacto de la plaga: de 23 millones de toneladas cayó a 17 millones

El dramático impacto del spiroplasma en los lotes de maíz de Córdoba ya tiene una traducción económica de envergadura: al menos se perderán 1.130 millones de dólares en la provincia.

El dato lo aportó ayer la Bolsa de Cereales luego de ajustar el volumen de producción que se espera para la actual campaña. El mes pasado, el relevamiento concluyó con una estimación de 23 millones de toneladas. Unos 30 días después, con el masivo avance de la chicharrita (el vector del spiroplasma), el volumen esperado es de 17 millones de toneladas de maíz.

En el cálculo realizado en los primeros días de abril se estima un rinde de 73,5 quintales por hectárea. Si bien eso supera en más de un 50% al de la campaña precedente dominada por la sequía, los 17 millones de toneladas que se esperan ahora “acusan un recorte de 6 millones respecto al techo calculado el mes pasado, y es posible que se continúen registrando mayores caídas tanto en área como en rendimiento conforme avance la cosecha. El rinde de este mes puede no reflejar aún la totalidad del daño por spiroplasma”, advierte el trabajo, que no descarta nuevos recortes a medida que avance la cosecha, aún en etapas primarias.

Con ese recorte en el volumen de toneladas, la Bolsa calculó el valor bruto de la producción (VBP) del maíz (multiplicando la producción estimada por el precio de exportación a cosecha), el cual representa los ingresos teóricos totales para todos los actores de la cadena, incluido los derechos de exportación.

A la primera quincena de marzo el VBP se ubicaba en torno a los US$ 4.360 millones. En la actualidad, consecuencia del recorte en la producción, dicho valor se estima en US$ 3.230 millones, lo cual representaría una caída de US$ 1.130 millones para Córdoba.

Por otro lado, multiplicando la producción estimada por los precios disponibles esperados a cosecha, se obtiene el ingreso bruto de los productores (IBP). Esta variable representa la porción del ingreso total que obtendrían aquellos agentes que participan en la producción, comercialización y transporte al puerto del cereal. Actualmente, dicho valor se estima en US$ 3.000 millones. Si se lo compara con lo estimado a la primera quincena de marzo, momento en el cual rondaba los US$ 4.060 millones, la pérdida en los ingresos se ubicaría en US$ 1.050 millones.

La pérdida en el valor bruto de la producción de la región centro-norte de la provincia (la más afectada por spiroplasma) sería, por el momento, de US$ 568 millones.

A nivel departamental no todo es igual. Mientras el foco de mayor afectación de la chicharrita es el norte y noreste, con severos ataques y pérdidas, hacia el centro y sur, el impacto es claramente menor. Pero en departamentos como San Justo ya se recortaron 156 millones de dólares en el Valor Bruto de Producción y en Río Primero, 145 millones. Son los dos que lideran las pérdidas económicas. Luego, Tulumba, Totoral y Río Segundo se ubican por encima de los 60 millones de dólares de pérdida.

“La zona centro norte de la provincia de Córdoba, cuya proporción de siembras de maíz tardío fue de 92%, vio disminuida su producción desde la primera estimación a comienzos del mes de marzo en un 50%”, remarcó el trabajo.

Según la diferencia entre superficie sembrada y cosechable, un 27% corresponde a superficie perdida y destinada a forraje. Las causas más informadas de dichas pérdidas fueron spiroplasma, sequía y, principalmente en la zona sur, granizo.

En la clasificación sobre el estado de los lotes, “regular” y “malo” tuvieron un incremento de 13 puntos con respecto al mes de marzo, siempre con mayor afectación en la zona norte.

Niveles de daño

A su vez, el informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba clasificó los niveles de daños de la enfermedad según la escala propuesta por el EEAOC (2024), en donde 1 es el menos afectado y 4 el de mayor presencia de la enfermedad. “A nivel provincial, la superficie afectada por spiroplasma, se distribuyó con un 46% en el nivel 1, 24% en nivel 2, 20% en nivel 3 y 10% en nivel 4. Se observaron los 4 niveles conviviendo en un mismo lote”, dice el trabajo.

Cabe aclarar que los departamentos Río Seco y San Justo duplicaron la proporción de lotes en el nivel 4 respecto al promedio provincial.

La cosecha en Córdoba muestra un avance del 10%, cifra 30 puntos porcentuales por debajo de la campaña 2022/23 para la primera parte de abril.

Se informó de plantas en apariencia sana, pero con espigas vacías o a medio cuajar, síntoma que no está contemplado dentro de la escala anteriormente mencionada.

También comenzaron a informarse problemas de caídas de planta, lo que pone en cuestión la evolución de la superficie cosechable en los meses siguientes, a sabiendas de la gran lentitud con la que se avanza en la cosecha de maíz tardío, que podría finalizar en el mes de septiembre.

En esa línea, la Bolsa informó que las plagas con mayor visibilidad fueron oruga de la espiga (Helicoverpa zea), oruga cogollera o militar tardía (Spodoptera frugífera), y chicharrita (Dalbulus maidis). Esta última, íntimamente ligada a una de las enfermedades con mayor presencia observada: spiroplasma. Otras dos enfermedades que se vieron frecuentemente fueron la roya común del maíz (Puccinia sorghi) y tizón o helmintosporiosis común del maíz (Exserohilum turcicum).