Atrás quedó la etapa más dura de la pandemia y sus limitaciones, y el reencuentro fue posible en Cosquín Rock. El festival más convocante del interior del país, que en 2021 se puso en pausa por el Covid-19, volvió a la acción este año para su 21° edición. El Aeródromo de Santa María de Punilla, al pie de las sierras de Córdoba, volvió a ser el sitio elegido para el evento.
Dos singularidades atraviesan a la organización de este Cosquín: el fervor por el reencuentro entre artistas y el público, y la comunión de diferentes géneros musicales. Este año el cierre está pautado con Carlos “La Mona” Jiménez, referente del cuarteto cordobés.
Nueve escenarios fueron montados para la ocasión, a los principales (Norte y Sur) se suman otras propuestas como el escenario Córdoba, la carpa de Las Pelotas, Boomerang, el Club del Metal y Nueva Tinta, Club Paraguay y La Casita del Blues, convertido ya en un clásico.
En la jornada inaugural, Wos se convirtió en uno de los puntos destacados en el escenario Norte y ratificó de esta manera la gran performance de 2020. Además fue invitado por Ciro y Los Persas para la interpretación de “Pistolas”, una canción de Los Piojos que ya los unió en anteriores ocasiones.
Ciro estuvo entre los shows de más convocatoria de la jornada. En su repertorio incluyó una extensa lista de temas de Los Piojos, tales como Taxi Boy, Maradó, Como Alí y Pacífico. Hasta sumó como invitada a su hija, Manuela Martínez.
Por este espacio también pasaron Eruca Sativa, El Mató a un Policía Motorizado, y Skay y los Fakires se ocuparon una vez más de ponerle el rock potente, para lo que no faltó el pogo más grande del mundo con Jijiji.
Para el tramo final de la noche en el Norte quedó lugar para Babasónicos, con un show que conectó rock con romanticismo, Guasones y Los Auténticos Decadentes.
En el escenario Sur la diversidad de estilos quedó demostrada con las presencias de Turf, Zoe Gotusso, la dulzura de Julieta Venegas, La Delio Valdez, Trueno y El Kuelgue, entre otros.
Ya entrada la madrugada del domingo, frente al descenso de la temperatura, hubo mucho baile y diversión. Mientras Los Decadentes desataban la algarabía en el Norte, en Club Paraguay la fiesta era aportada por la Bresh, la celebración que nació en la noche porteña, estalló en la cuarentena y ya se convirtió en un clásico en diferentes países.