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Laurta se negó a declarar tras el triple crimen: "Todo fue por justicia", dijo ante la prensa

El acusado de asesinar a su expareja Luna Giardina, a su exsuegra Mariel Zamudio y al remisero Martín Palacios fue indagado en Concordia, pero optó por no responder preguntas. Al ser trasladado hacia la fiscalía de Concordia, rompió el silencio ante los medios. Su exabogada, Maricel Flamenco, describió cómo era su conducta

Pablo Rodríguez Laurta, detenido por el doble femicidio de Luna Giardina y Mariel Zamudio en Córdoba y por el homicidio del remisero Martín Palacios en Entre Ríos, fue indagado este miércoles por la fiscal Daniela Montangie en Concordia. El acusado, sin embargo, se negó a declarar, por recomendación de su defensor oficial. Permaneció más de tres horas reunido con su abogado y, según confirmaron fuentes judiciales, no respondió a las preguntas formuladas por la fiscalía.

El trámite judicial comenzó cerca de las 9.30 y se extendió hasta pasado el mediodía. Desde la fiscalía entrerriana aclararon que Laurta fue notificado de los cargos en su contra, pero decidió guardar silencio. Por ahora, no hay fecha confirmada para su traslado a Córdoba, donde deberá enfrentar la imputación por el doble femicidio y el secuestro de su hijo de seis años, a quien intentó llevar consigo a Uruguay tras los crímenes.

Antes de ingresar al edificio judicial, Laurta rompió el silencio ante los medios. “Todo fue por justicia”, dijo con frialdad cuando una periodista le preguntó por los asesinatos. La frase, breve y calculada, resonó con fuerza: no solo intentó justificar su accionar, sino que también reflejó el ideario que sostuvo durante años como fundador y militante del movimiento “Varones Unidos”, una agrupación abiertamente antifeminista que promueve discursos negacionistas sobre la violencia de género y la desigualdad estructural.

El mensaje de Laurta se interpreta como una extensión de esa militancia. En redes sociales, donde mantenía actividad hasta poco antes de los crímenes, solía presentarse como “víctima del sistema judicial feminista”. Desde esa postura, construyó un relato que intentaba revertir los roles de víctima y agresor, cuestionando las políticas de género y los protocolos de protección de mujeres e infancias.

La investigación reconstruyó que Laurta llegó a Concordia el 7 de octubre y contactó al remisero Martín Palacios, a quien conocía desde la pandemia. Lo contrató para trasladarlo hasta Rafaela, Santa Fe, pero el conductor nunca volvió a ser visto con vida. Su cuerpo mutilado apareció días después en una zona rural de Estación Yeruá.

Tras el homicidio de Palacios, Laurta habría continuado el viaje hacia Córdoba en el mismo vehículo, con el objetivo de atacar a su expareja y a su exsuegra. El sábado 11 de octubre, cerca de las 10 de la mañana, irrumpió en la vivienda de Villa Serrana, en el norte de la capital cordobesa, y las asesinó con extrema violencia. Luego escapó junto a su hijo y emprendió una ruta de fuga que incluyó tres provincias y una frontera internacional.

El vehículo Lifan gris que utilizó fue encontrado días después oculto entre los montes a orillas del río Uruguay, en Corralito, del lado uruguayo. Según los investigadores, Laurta habría practicado durante días cómo remar un kayak para cruzar el río sin ser detectado. Finalmente fue capturado en Gualeguaychú, cuando intentaba regresar a Uruguay.

Maricel Flamenco, abogada cordobesa (MP 141303) que lo representó en 2023, aportó una mirada clave sobre el comportamiento del acusado. En diálogo con Puntal, relató que su primer contacto con él fue en noviembre de 2023, cuando Laurta los contrató tras recibir una denuncia por violencia familiar presentada por Luna Giardina.

“La denuncia refería a violencia física, verbal y económica. Él nos decía que no era real y que tenía otra versión. Hicimos una presentación, pero en diciembre nos enteramos que lo habían detenido porque había violado la restricción de acercamiento”, explicó Flamenco.

La detención ocurrió cuando Laurta fue visto sobre el techo de la casa de su expareja, lo que motivó el llamado de los vecinos y la intervención policial. “Él nos dijo que solo quería verla a lo lejos y ver a su hijo, pero sabía que no podía hacerlo”, detalló la abogada.

Durante su defensa, Flamenco tuvo varias entrevistas con él en la Unidad de Contención del Aprehendido. “Siempre fue educado, paciente, muy calmo. No se mostraba impulsivo. Las pericias psicológicas hablaban de inmadurez emocional, pero no de peligrosidad. Aconsejaban un tratamiento, algo que nunca hizo”, recordó.

Según la profesional, el acusado insistía en que quería llevarse a su hijo a Uruguay. “Nos pidió iniciar una restitución internacional, pero le dijimos que no era viable, por sus antecedentes. Después contrató a otro abogado para hacerlo y el pedido fue rechazado”, agregó.

La relación profesional terminó en marzo de 2024, cuando Flamenco perdió contacto con él. “Nos dijo que lo habían detenido en la frontera, que no había podido pasar por Migraciones. Después de eso, renunciamos a la defensa”, concluyó.

Los informes psicológicos realizados en 2024 habían concluido que Laurta no presentaba signos de psicopatía ni peligrosidad. Sin embargo, su accionar reciente desmiente por completo esas apreciaciones. Planeó cada paso del recorrido, entrenó físicamente para concretar la fuga y preparó recursos materiales y logísticos.

La fiscalía cordobesa sostiene que los crímenes fueron premeditados. La secuencia: el homicidio del remisero, el doble femicidio y el intento de huida con el hijo, revela una planificación meticulosa, propia de un sujeto que no actuó en un impulso, sino con un propósito de venganza y dominio.