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Crimen en Viamonte: el imputado negó los hechos pero hay duros testimonios

En la Cámara Segunda del Crimen, comenzaron las audiencias por el femicidio de Jéssica González. Declararon familiares de la víctima, que concentraron los hechos en la narración del único testigo presencial: el hijo de 9 años

Comenzó a desarrollarse el juicio por jurado popular, en el marco de la Cámara Segunda del Crimen, que busca conocer qué sucedió en la pequeña localidad de General Viamonte el primer día del mes de junio de 2019, cuando fue asesinada Jéssica González. En la primera jornada se tomaron declaraciones clave para intentar develar los hechos, mientras que el acusado, Raúl Ovando, negó haber sido el responsable de lo ocurrido.

El femicidio de González se produjo pocos días antes de la conmemoración de la jornada del NiUnaMenos en 2019, en el pueblo próximo a Canals y La Carlota, conmocionando a todos los habitantes de la localidad, quienes se manifestaron, semanas después, pidiendo justicia. Casi dos años después, llegó la respuesta de Tribunales con el inicio de la causa, donde los jurados escucharon el duro testimonio de familiares de la víctima. Ayelén y Edgar González, hermana y padre de Jéssica, sumado a Sebastián Monje, expareja, fueron los principales testigos, que narraron cómo encontraron al acusado y el cuerpo sin vida de la joven de 31 años.

“Mi sobrino me dijo que se sentía culpable por no haber podido salvar a su mamá”, señaló Ayelén González, hermana de la víctima.

Tras la presentación de los hechos por los que el por entonces fiscal de La Carlota, Daniel Vaudagna, elevó la causa a juicio por “homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género”, tuvo la posibilidad de declarar el mismo Ovando, quien negó las acusaciones que se le imputan y se remitió a declaraciones anteriores en las que había apuntado contra Monje como responsable del crimen. En sus testimonios, el hombre oriundo de Corrientes había indicado que llegó a su vivienda al mediodía, luego de haber estado trabajando en el campo, y compartió con su pareja sin inconvenientes durante la jornada.

Por la tarde decidieron cocinar milanesas, se dedicaron a cortar la carne (algo que en varias oportunidades se ha mencionado antes y durante el juicio, dado a que González tenía fobia a los cuchillos, su madre indicó en diálogo con Puntal que le pedía ayuda a hacerlo por miedo a cortarse), y luego, mientras ella se iba a dar una ducha, él fue hasta el supermercado a comprar insumos para la cena y en el camino se cruzó con Monje. Dijo que había dejado la puerta trabada de adentro, pero que al regresar estaba rota y la expareja de Jéssica adentro junto al cuerpo. Allí, según el acusado, lucharon y sufrió un fuerte golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente.

La declaración de los testigos fue totalmente hacia otro sentido.

Testimonios clave

“Mi sobrino me dijo que se sentía culpable por no haber podido salvar a su mamá”, señaló Ayelén González, hermana de la víctima, quien estaba junto a su padre al momento de que Monje informara sobre la situación en la casa de Jéssica. De acuerdo a lo manifestado por los testigos, la secuencia de los hechos se habría iniciado con un mensaje de la expareja a la víctima preguntándole por la salud de un hijo en común, el pequeño que luego sería testigo del cruel asesinato.

Ante la falta de respuestas al mensaje, Monje llamó a su hijo por teléfono y logró cruzar unas palabras con Jéssica. Alertado por el pequeño respecto de que González y Ovando estaban peleando, Monje habría pedido al niño que le avisara ante cualquier inconveniente. Minutos más tarde recibió el llamado de que a su madre le estaban pegando.

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Según Monje, que había convivido 14 años con Jéssica y tuvieron 3 hijos en común (una niña fallecida a los 8 meses de vida), rápidamente se dirigió a la vivienda de su expareja y en el camino avisó a su exsuegro de lo que estaba pasando. Cuando llegó a la vivienda, estaba la puerta trabada y desde adentro se escuchaban los gritos del niño que decía: “Dejala, dejala”.

Monje habría roto la puerta para ingresar a la vivienda, donde estaba, según su declaración, Ovando escondido con una varilla y lo amenazó: “Ahora te toca a vos”. Allí fue cuando comenzaron a forcejear y Monje redujo al presunto femicida. Ayudó a su hijo a salir y lo entregó a Ayelén González. Jéssica había denunciado a su expareja por amenazas, lo que había llevado a la Justicia a ordenar una restricción para Monje, medida que al momento de los hechos ya se había vencido. Por la situación vivida y la conmoción de Monje, la Policía lo detuvo y trasladó a Canals, donde permaneció hasta el día siguiente, cuando fue liberado en la madrugada.

Hoy continuarán las indagatorias con el testimonio de amigos y conocidos de Jéssica, entre quienes se encuentra una vecina que asistió al niño de la víctima de femicidio luego del ataque. Desde las 9.30 se espera que vuelva a sesionar la Cámara Segunda del Crimen y se dejaría para mañana la instancia de alegatos y la sentencia.

Luis Schlossberg. Redacción Puntal