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El atacante de Cristina Kirchner se negó a declarar ante la jueza

Por otro lado, la Policía allanó una vivienda ocupada por el ciudadano brasileño en el partido bonaerense de San Martín y secuestró 100 balas calibre 9 milímetros

El brasileño Fernando André Sabag Montiel, la persona acusada de haber intentado asesinar a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, se negó a declarar anoche ante la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo, quienes lo indagaron en la sede de la Policía Federal de la calle Cavia, en la Capital Federal, según informaron fuentes judiciales.

El acusado escuchó la lectura de los hechos por parte de los funcionarios judiciales y acusó un golpe en el ojo que habría recibido en el momento en el cual fue reducido por los manifestantes que anteayer se congregaron frente al domicilio de la exmandataria, consignaron allegados a la causa.

Por esa razón la defensa oficial que asiste al sospechoso pidió que sea asistido por un oftalmólogo, y acto seguido se negó a declarar.

Los magistrados se trasladaron desde los Tribunales Federales de Retiro hacia el predio de la Policía Federal en el barrio porteño de Palermo, donde desde el jueves a la noche se encuentra detenido el agresor.

La Justicia Federal investiga si el imputado Sabag Montiel actuó solo o si respondía a órdenes de alguien más, informaron fuentes judiciales que confirmaron que el arma utilizada estaba "apta para el disparo".

El único imputado

Sabag Montiel, nacido en Brasil hace 35 años, es hasta ahora el único imputado en el expediente caratulado "homicidio calificado en grado de tentativa", aunque los investigadores no descartan ninguna hipótesis.

El atentado se produjo en la noche del jueves cuando la vicepresidenta saludaba a quienes le manifestaban su apoyo en la puerta de su casa, y el agresor le apuntó a la cabeza con una pistola de uso civil y gatilló dos veces sin efectuar ningún disparo.

Durante la primera parte de la pesquisa, los investigadores intentaban reconstruir el camino completo del imputado hasta que llegó a colocarse a metros de la expresidenta, a la vez que, por medio de una batería de pruebas, intentan determinar "si actuó solo o con alguien más".

La jueza Capuchetti y el fiscal Rívolo ya tomaron una treintena de testimonios, entre los que se destaca el de la propia expresidenta Fernández de Kirchner, quien los recibió en su casa y pudo reconstruir los hechos desde su óptica, la de la víctima (más información en la página 5).

El allanamiento

Por otro lado, la casa que Sabag Montiel ocupaba en el partido bonaerense de San Martín fue allanada ayer y fueron secuestradas 100 balas calibre 9 mm, al tiempo que se supo que el arma con la que intentó tirar a Cristina estaba en condiciones de ser disparada.

Fuentes de la causa lo revelaron tras un informe pericial realizado sobre la pistola Bersa calibre 32 empuñada el jueves a la noche por el sujeto en el barrio porteño de Recoleta.

Sobre la base de un conjunto de medidas, la Justicia Federal confirmó que la pistola estaba “apta para disparar”.

En los Tribunales de Comodoro Py comprenden la relevancia del expediente al que buscan imprimir celeridad “entendiendo que se trata de un caso de extrema gravedad por tratarse de la vicepresidenta”.

En el marco del expediente, la jueza Capuchetti ordenó una gran cantidad de medidas de prueba que buscan esclarecer todo lo que rodeó al hecho concreto y que devino en el atentado contra la vicepresidenta. Las hipótesis de trabajo son varias y cada una “impulsa nuevas medidas”, señalaron fuentes del caso.

Para la Justicia, es un detenido “de alto riesgo”, algo que se tuvo en cuenta para evitar traslados a la hora de ser indagado.

A su vez, el presidente Alberto Fernández cuando se comunicó con la jueza Capuchetti, solicitó por el resguardo del detenido.

Interviene en el esclarecimiento de los hechos un equipo interdisciplinario. Por un lado, con medidas ordenadas sobre un celular y otros equipos electrónicos secuestrados tras el allanamiento. Las tareas periciales alcanzaron al arma de fuego, como también todo lo vinculado al tipo de municiones y las 100 balas secuestradas en el mismo domicilio. Las tareas investigativas incluyen un perfilado de redes sociales y el análisis de la utilización de Internet por parte del imputado, así como de sus movimientos financieros.

Por el momento, no se ordenó realizarle una pericia psicológica.