“Nos guste o no nos guste, esa es la realidad y con ella se puede hacer cualquier cosa menos ignorarla”. Apenas leímos la contundente frase en la sentida carta en la que nuestra lideresa tuvo la deferencia de compartir con nosotros sus ideas sobre las menudencias que ocupan las mentes de los menos ilustrados -como la pandemia, la economía, el dólar, esas cosas-, supimos que habíamos llegado a una bisagra. ¿Será que a partir de ahora, el circo pasará a ser manejado por la dueña, aunque con su proverbial modestia siga diciendo que lo que hacen los trapecistas y los payasos es cosa de ellos? Si es el caso, el signo de los nuevos tiempos va a ser nada menos que... ¡la realidad! Era hora. Nos hizo recordar el memorable discurso ante la FAO (“Hoy el índice de pobreza en la Argentina se ubica debajo del 5 por ciento”), o el dirigido al mundo del fútbol (“Esos tipos colgados del paravalancha que no miran el partido, arengan y arengan, son una maravilla”) o hacia la comunidad médica (“La diabetes es una enfermedad de ricos”). Ese el tipo de realismo que necesitamos, y que tanto se extraña...
Lunes 26.- Cristina Kirchner llamó a “un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales” para hacer frente al problema del dólar.- Aunque la noticia central no deja de ser la carta en sí, lo meduloso del contenido nos obliga a rescatar la convocatoria del título, demostrativa de lo consciente que es la lideresa de la necesidad de que seamos realistas. Nada sorprendente, por supuesto, ya sabemos que el diálogo y la búsqueda de consensos entre quienes piensan diferente está en el ADN de su estilo de gestión, y que la firmeza en la defensa de sus convicciones no condiciona en lo más mínimo su predisposición a escuchar otros puntos de vista con vistas a extraer de tan amables intercambios síntesis superadoras. Una apertura admirable, si se tiene en cuenta que implica llamar a sentarse a su mesa a los desestabilizadores responsables de haber destruido al país, tal como los define más arriba en el texto a los sectores políticos, económicos y mediáticos que estaría convocando, y con un trato tan deferente estarán seguramente ansiosos de responder a la convocatoria. Eso sí, sin frenar mientras tanto la tarea de demolición porque, como también sostiene con justeza una y otra vez Cristina, con esta gente no hay nada que hacer. En cualquier caso, le damos la bienvenida a esta tan realista estrategia para enfrentar el problema del dólar, aun cuando sigamos reconociendo el éxito de las anteriores, como el corralito de Kicillof, los insultos al abuelito amarrete o la compra millonaria para amarrocar millones en una caja de seguridad porque “no se sabe qué va a hacer esta gente con la economía”.
Martes 27.- Alberto Fernández sostuvo que la carta de Cristina le “gustó” y la sintió “como un gesto de respaldo”.- En efecto, tal como le pasa al desconcertado Alberto, nosotros tampoco entendemos “cómo pueden deducir las cosas que deducen de la carta, que muestra un fuerte compromiso de parte de Cristina” con su gobierno. Con lo de “funcionarios y funcionarias que no funcionan” y se la pasan cometiendo “desaciertos” (bueno, Cris, pensá que no tenía a mano funcionarios y funcionaras de élite como De Vido, Boudou, José López, Jaime, la cuñada Alicia, Felisa Miceli, etc., y se las tuvo que arreglar con lo que había) no hace otra cosa que reforzar la autoridad presidencial, invitándolo a que enderece el rumbo y deje de hacer chambonadas y aclarando que él es responsable de todo, una aclaración que parece muy necesaria ahora aunque no lo era cuando el tipo tenía un 80 por ciento de aprobación en las encuestas. “El párrafo donde habla de los funcionarios no está dirigido a mí, sino a los que critican impiadosamente al gobierno” es otra aclaración oportuna pero innecesaria, fijate qué puede tener que ver él con la falta de funcionamiento del personal que ha designado. En fin, hay un montón de gente que deliberadamente da vuelta las cosas, pero queda en evidencia que con la realidad se puede hacer cualquier cosa menos ignorarla, y que es una suerte que el primero en obedecer la consigna de su vice sea nuestro empoderado Presidente de la Nación.
Miércoles 28.- Arduo debate del proyecto de Presupuesto en Diputados.- Aunque Cristina no lo haya respaldado explícitamente en su carta para que los maledicentes no dijeran que al Presupuesto lo escribió ella y abrieran dudas no sólo sobre el liderazgo de Alberto sino sobre la solvencia técnica de Martín Guzmán, el cálculo de recursos y gastos para 2021 ha sido sin duda diseñado siguiendo los lineamientos trazados en la frase de apertura de esta columna. Es decir, realismo crudo y duro, sin contemplaciones ni maquillajes. Nos alegra saber que el año que viene junto con el coronavirus se va a acabar la malaria, con un crecimiento del PBI del 5,5 por ciento, una caída de la inflación a apenitas 29 por ciento y -¡gratísima noticia!- un dólar a ¡102,40! Con lo escrupulosos que son los gobiernos kirchneristas en el cumplimiento de los presupuestos -una virtud que, nobleza obliga, en verdad hay que extender a todos los gobiernos argentinos de todos los signos políticos- podemos ir gastando a cuenta, en todo caso tomando deuda en dólares o indexada según la variación de los precios. ¿Qué puede salir mal, si uno es realista y previsor?
Jueves 29.- “Al presidente Fernández, al gobernador Bordet, al gobernador Kicillof, a los poderes institucionales de la democracia, les pedimos que dejen de ceder ante el poder fáctico”.- Triste pero digna despedida de Juan Grabois al recular en su audaz intento de capturar una emblemática plaza enemiga, aclarando eso sí que si la batalla por el campo de los Etchevehere se perdió, la guerra para avanzar hacia la reforma agraria continúa. Sin prisa y sin pausa, y sin prestar atención a los chuscos que han sugerido que el flamante cuadro revolucionario Dolores, que según ciertas malas lenguas no vendió sus acciones bajo el agobio de un contexto de violencia de género intrafamiliar sino porque con su marido polista querían comprar una casa de un palo y medio de dólares en un country de la zona norte del conurbano bonaerense, no es demasiado creíble como referente de la lucha contra los poderes fácticos y los dueños de la Argentina. En cambio sí lo es Juan, porque aun si fuera cierto que su mamá tiene un campo más grande que el de los Etchevehere ya ha sido purificado por su amigo el Papa que lo declaró pobre honorario.
Viernes 30.- Fernández rescató la iniciativa de Grabois: “Es una idea para recuperar la vitalidad del campo”.- Bueno, después de proclamar contra lo que indican las apariencias que la carta de Cristina fue “un gesto de respaldo”, bien puede haber interpretado de la misma manera la acusación del amigo de Francisco de ser un cagón que se agacha ante los poderes fácticos, y tomarla como una mano amiga. Sin duda, Juan tendrá que revisar el gesto de admisión de la derrota, porque haber conquistado al Presidente para la causa del Proyecto Artigas compensa ampliamente el momentáneo revés. Y pensar que hay quien dice que el sueño de ver todos los latifundios de la oligarquía divididos entre los argentinos de bien, para que cada uno pueda en su terrenito amigable con el ambiente producir alimentos sin venenosos agrotóxicos, se vio menos perjudicado por la decisión de la jueza y la cobardía de Alberto, Axel y los poderes institucionales de la democracia que por la foto de una veintena de labriegos urbanos pisoteando una huertita de tres por quince, o por los cuentos de los animalitos que se les murieron víctimas no de la venganza de los desclasados sino de sus chambonadas accidentales. No señor. Con la siembra de perejil orgánico, la bendición del Papa y la ayuda del gauchito Gil vamos a recuperar la vitalidad del campo argentino. El realismo extremo del Presidente demuestra que los consejos de la carta de Cristina no cayeron en saco roto.