Se trata de los últimos dos crimines con un fuerte impacto en la población y que tuvieron lugar en las 400 Viviendas.
El último caso fue el miércoles pasado cuando Carlos Torres, de 43 años, fue atacado por un adolescente de 16 años con un cuchillo. Recibió ocho cortes, tres de los cuales fueron letales.
Fue en Coronel Videla al 900, a pocas cuadras del homicidio del remisero Facundo Pereyra en ocasión de robo, ocurrido el 26 de mayo.
La víctima de 46 años recibió un impacto de bala para sustraerle un teléfono celular.
Por el hecho hay cuatro involucrados, dos menores de 14, otro de 15 y el joven de 16 años, quien es imputable y está a disposición de la Fiscalía de Instrucción de Cuarta Nominación, a cargo de Daniel Miralles, al igual que el último homicidio.
Las frías estadísticas marcan que el año pasado hubo ocho muertes violentas.
El primer crimen en el año en Río Cuarto fue en ocasión de robo, en el patio de una casa de Chile 312, en Banda Norte. Víctor Bolatti, de 73 años, recibió una herida de arma blanca en el cuello. El detenido es un joven de 21 años. Fue el 16 de enero.
El 31 de enero, un hombre de 35 años murió en una riña en avenida Marconi y Mugnaini. La víctima estuvo varios días internada en el Hospital, donde se produjo el fallecimiento. Habría recibido un fuerte golpe en la cabeza.
En el lago Villa Dalcar, el 4 de febrero Víctor Tortosa, de 19 años, recibió un disparo de arma de fuego por parte de un policía que se encontraba de franco y fuera de servicio. La víctima lo amenazó con un arma de fuego con intenciones de robo.
Brian Sosa, de 18 años, fue atacado por un grupo de jóvenes en una fiesta clandestina que se realizaba en Olegario Andrade al 1900. Tres adolescentes fueron detenidos.
Después de agonizar durante 80 días, el pasado 21 de abril murió Juan Carlos Bueno, de 65 años, quien había sido golpeado en la cochera donde era sereno en las 320 Viviendas. Los acusados tienen 32 y 42 años.