Giordano habló con el programa Entre Líneas, que se emite por Somos Río Cuarto y Quatro TV.
- Se acaba de aprobar el presupuesto provincial en un año extremadamente complicado. ¿Cómo es proyectar teniendo en cuenta el contexto tan impredecible?
- Muy complicado el año, imprevistamente complicado. Más allá de que Argentina venía con un problema serio desde 2018, lo que la pandemia hizo fue profundizar una crisis que ya teníamos encima. El año que viene podríamos calificarlo como de transición, en el sentido de que esperamos que en algún momento la vacuna ya esté en plena aplicación y las restricciones que hemos sufrido este año sean aliviadas y tendamos hacia la normalidad. Sabemos que no va a ser inmediato, que va a haber una transición que no está muy claro cómo va a ser ni cuál será el impacto sobre la economía pero, bueno, dentro de ese grado de incertidumbre lo que se plantea es una recuperación respecto al piso de actividad productiva de este año. Proyectamos que habrá una tasa de inflación todavía alta y, en ese marco, diseñamos una estrategia que prioriza recuperar la capacidad de ahorro, que fue muy deteriorada este año. Con el ahorro apuntamos a financiar la inversión y a contemplar una serie de demandas de la población sobre todo en materia social, que sabemos que se va a mantener durante bastante tiempo.
- Una cuestión relevante en lo político, y no muy habitual, es que Juntos por el Cambio acompañó al oficialismo en la votación.
- Sí. Creo que es un gesto valorable en el sentido de que más allá de las diferencias, en algunos aspecto cuidamos la gobernabilidad. Es algo que Córdoba ha hecho permanentemente a nivel nacional. Obviamente, el rol de la oposición es plantear disidencias, críticas, rumbos distintos, pero en algunos casos medulares, como en la ley madre, parece muy valorable que no sea sólo el oficialismo el que la apruebe sino que, dentro de las disidencias, lo acompañe también la oposición.
- Se viene de firmar un nuevo pacto fiscal con la Nación. Estuvieron casi todos los distritos, excepto Ciudad de Buenos Aires. ¿Qué va a implicar para Córdoba?
- El pacto fiscal lleva varios años y fue armado bajo un supuesto. Pensemos que en 2016-2017 se preveía un crecimiento de la economía y que eso iba a permitir una serie de acciones. Una acción muy importante era reducir impuestos que todos sabemos que son malos, como Ingresos Brutos y Sellos. Eso implicaba un plan gradual que, lamentablemente, no se pudo cumplir porque no se cumplió el supuesto por el cual se hizo, que contemplaba el crecimiento de la economía. A medida que la economía no crece se hace muy difícil desde el punto de vista fiscal agregarle al no crecimiento de la economía una baja de impuestos. Por eso es que ya llevamos tres años en los que se ha suspendido esa baja impositiva total o parcialmente. Para los cordobeses no significa cambios; Córdoba en la etapa en que se bajaron impuestos fue la jurisdicción que más bajó y luego, con las suspensiones, se estabilizó. Lo que estamos proyectando para el año próximo es una estabilización de los impuestos, que no haya aumentos, porque tenemos conciencia de que vivimos una realidad que todos estamos sufriendo. Es como una manera de abordar este año de transición. En ese marco, entendemos que el pacto es algo positivo y por eso Córdoba apoyó la firma y lo está aplicando.
- En un contexto complejo para conseguir financiamiento externo, ¿el año que viene está planteado que los planes de inversión y el funcionamiento de la provincia estén anclados principalmente en recursos propios?
- Siempre fue así. El ambicioso plan que vino haciendo Córdoba en años anteriores tuvo como principal aporte el ahorro, es decir el esfuerzo de todos los cordobeses. Y el endeudamiento era un complemento. El año próximo pensamos que seguirá siendo complicado conseguir financiamiento, más allá de que no todas las ventanas están cerradas. Por eso, uno de los ejes del presupuesto es recuperar la capacidad de ahorro para tener margen de inversión y acceder a algunos créditos puntuales. Como una de las prioridades es recuperar la inversión, el ahorro será un pilar y, complementariamente, el crédito. Creemos que Córdoba lo va a poder conseguir.
- Después de la firma del pacto, el ministro Martín Guzmán vio como algo negativo la deuda en dólares de las provincias. Después, desde otras áreas de gobierno plantearon que tienen expectativas en la renegociación de la deuda de Córdoba porque el año que viene se necesita que todos los recursos de las provincias y la Nación estén volcados a generar empleo y actividad económica. ¿En qué condición está la deuda de Córdoba hoy?
- Estamos en un momento muy importante porque acaba de vencer una amortización de intereses y, como ya se lo habíamos comunicado a los bonistas, la decisión de Córdoba es renegociar la deuda y consistente con ello se planteó esto de dejar de pagar. Se venía anunciando pero en la medida en que uno seguía pagando, la credibilidad de lo que uno dice no es tanta como ahora, que entramos en esta etapa de 30 días en los cuales ya se va a negociar más en firme y con más claridad. El planteo de Córdoba es hacer una reprogramación de la deuda, sin quita, simplemente planteándoles a los bonistas que necesitamos un cronograma de amortización más aplanado, acorde a la situación de crisis y al no acceso a los mercados financieros. Lo mismo planteamos con la tasa de interés. Creemos que ha llegado un poco la hora de la verdad a partir del no pago y en estos 30 días estamos confiados en que la buena predisposición, la seriedad de nuestro planteo, los fundamentos expuestos, nos van a llevar a un acuerdo razonable, que proteja a los inversores pero que sea consistente con las posiblidades que tiene la Provincia. Todos estamos haciendo un esfuerzo. Hubo una baja en la inversión, tuvimos que hacer una reforma previsional, somos muy cuidadosos en el manejo de la política salarial. Bueno, también en este aspecto es necesario un esfuerzo a los fines de distribuir ese esfuerzo de la manera más lógica y justa posible y que nos dé la posibilidad de que efectivamente el año próximo sea un año de transición pero de despegue y tendencia hacia la normalidad.
- ¿Tiene puntos de contacto la propuesta de Córdoba con la que terminó acordando el gobierno nacional?
- Son muy distintas las situaciones en varios aspectos. El origen de la deuda es distinto, el peso de la deuda en el presupuesto es distinto, es decir, si bien son títulos y algunos actores son los mismos, ninguna provincia se parece a la Nación; incluso entre las provincias hay situaciones muy distintas.
- ¿Percibe señales e indicios de recuperación en algunas áreas importantes de la economía como señala el gobierno nacional?
- Creo que sí, que después del punto crítico que significó la cuarentena más dura, ahora ha habido un alivio asociado a que podemos movernos y producir. Lo que es claro es que hay una enorme heterogeneidad de sectores. En el sureste de la provincia, más vinculado a la actividad exportadora, el agro y todas las activiades conexas están en un muy buen momento porque hay precios internacionales buenos. Hay otros sectores que todavía siguen con restricciones muy fuertes o están asociados a la movilidad de la gente y ahí la crisis sigue siendo muy profunda. Probablemente, en promedio, sin dudas estamos en una etapa de mejora pero depende de quién lo ve: si estoy en un sector con muchas restricciones, que ha sido muy castigado, no voy a ver nada de recuperación. Y si estoy en el agro tal vez ni me enteré.
- En las conversaciones entre la Provincia y la Nación siempre está la Caja de Jubilaciones. ¿Cómo está esa negociación? ¿Está garantizado que la Nación cubra el déficit de la Caja?
- Mirá, hay una ley nacional que fija reglas claras y lógicas porque dice que la Nación tiene que cubrir lo que le costaría pagar las jubilaciones si la Caja se hubiera transferido. Es la manera de poner a Córdoba y a todas las provincias con sistema previsional propio en igualdad de condiciones con las que transfirieron sus sistemas. Eso es muy claro, muy simple de entender. Pero llevarlo a la práctica tiene sus dificultades por la complejidad del cálculo y ahí tenemos un problema de demoras. A lo que estamos apuntando es a terminar de calcular en diciembre el déficit de 2019 y que en 2021 se calculen los adelantos y se pague una diferencia. Nosotros estimamos que eso implicaría para el año próximo recibir unos 16.000 millones de pesos, que no es ningún regalo, privilegio ni prebenda sino lo que le hubiera costado a la Nación tener la Caja, con una pequeña diferencia: estamos hablando de pesos de 2019 y los vamos a recibir recién en 2021, con la inflación que existe. Confiamos en el gobierno nacional, que se comprometió a hacerlo. Creemos que se va a cumplir, que vamos a contar con ese financiamiento que nos permite cubrir parte de la diferencia entre los ingresos y los gastos de la Caja, aunque no de manera completa. La Provincia tiene que complementar el financiamiento de la Caja. Aun con la reforma vigente y aun bajo el supuesto de que Anses cumpla con los envíos de recursos, hay una parte del financiamiento que no se puede cubrir con los aportes de los activos y los tiene que cubrir el Tesoro.