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El Gobierno transmitió su preocupación por el retraso en la liquidación de soja

Lo hizo en la reunión con representantes de la Mesa de Enlace. Insistió con la necesidad de acelerar el proceso para sumar dólares

En una de las primeras reuniones que el Gobierno nacional organizó con representantes del campo en los últimos siete días, los funcionarios dejaron algo en claro: hay máxima preocupación por el retraso en la liquidación de soja que este año vienen teniendo los actores de la cadena. Eso implica que para el Gobierno el retraso es importante, a diferencia de lo que admiten los productores, al tiempo que el episodio reveló la urgencia por obtener esos dólares pendientes de exportación.

En el diagnóstico si hay coincidencias porque ambas partes creen que la razón de estas conductas radican en la abultada brecha cambiaria y cierta tendencia por parte de los productores a pensar que finalmente se corregiirá con una devaluación del dólar oficial -el que se usa para importar y exportar- en el corto plazo. De allí que el secretario de Agricultura de la Nación, Juan José Bahillo, haya admitido en las últimas horas que la brecha es la razón, pero que su expectativa es que con orden macroeconómico, se va a cerrar por una baja del dólar blue. En paralelo, se avanza en una simplificación del esquema Batakis, que propuso el “dólar soja” para que sea interpretado efectivamente como un incentivo para liquidar.

Pero, ¿hay retraso en la liquidación? Allí, según la información oficial hay dos realidades: la demora está centrada en la soja, porque en el caso del maíz hay récord de despachos. Sumado a esto, los precios récords de los commodities hizo que hasta aquí los valores ingresados vía exportaciones sean récord el año pasado y posiblemente se superen en 2022.

En 2021 se liquidaron, por granos y subproductos, 32.800 millones de dólares de los cuales 20 mil correspondieron al período enero-julio. Pero en ese mismo período de este año ya se acumularon 22.300 millones de dólares. Por eso el foco no está puesto en los valores liquidados sino en el volumen de granos.

En ese punto hay algunas diferencias, aunque una coincidencia generalizada: hay retraso en la entrega de soja con respecto al año pasado y al promedio de las últimas campañas para esta altura del año. Luego hay matices en el volúmen.

Un último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, que fue mencionado antes los funcionarios de la Secretaría de Agricultura por parte de los representantes del campo en uno de los últimos encuentros, destaca que desde finales de junio, se observa una caída en los volúmenes negociados por semana, alcanzando un promedio de 400 mil toneladas semanales en el último mes. En la semana que terminó el 3 de agosto se comercializaron apenas 255 mil toneladas de soja.

Y agrega que al evaluar la situación comercial en relación con la producción de soja 2021/22 (estimada en 42,2 millones de toneladas), se ha vendido el 51,1% de la cosecha por parte de los productores.

Para la 2020/21 la relación era de 59,5% a esta misma altura del año, mientras que el promedio de las últimas 3 campañas era de 57,3%. Por lo tanto, la ralentización del presente ciclo respecto del promedio es de 6,2 puntos porcentuales “con respecto a la producción”. Esta diferencia señala que, si se hubiera concretado el promedio, debería estar comercializado 2,62 millones de toneladas de soja adicionales. A valor FOB del poroto, esto representa US$ 1.581 millones.

Otro estudio, esta vez de la consultora Geres (Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social) destaca que al 10 de agosto los productores vendieron el 50,3% de la cosecha de soja 2021/22, lo que representa 12,2 puntos porcentuales inferior al promedio del último lustro (62,5%), lo que implica un relevante retraso en las ventas (estimado en 5,4 millones de toneladas).

Entre ambos estudios hay una semana de diferencia, por lo cual los porcentajes de entrega de granos también difiere en algunos puntos. Lo cierto es que Geres recuerda que en soja, el año comercial se extiende entre abril -comienzo de la cosecha- a marzo del año siguiente. Este período es aquel en el que resulta factible que se efectúe la entrega efectiva del grano; no obstante, antes de abril tienen lugar ventas anticipadas.

Y aclara: “Para determinar el volumen de soja sin vender, es preciso del pendiente de venta, distinguir lo que es parte del ritmo normal de comercialización de lo que lo excede; comparar el porcentaje vendido con los años previos; y considerar que la cosecha no se vende toda junta”.

En ese sentido, destaca que para la estimación de atraso restó las 16,5 millones de toneladas -lo que faltaría vender de la cosecha 2021/22 de haberse vendido la media del último lustro- del volumen aún efectivamente no comercializado que asciende a 21,9 millones de toneladas. Y afirma: “El retraso se relaciona en buena medida con la evolución alcista de la brecha cambiaria”.