Además, casi la mitad de esos dólares los tuvo que poner tras la derrota en las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre último, que desde la óptica del mercado debilitó el poder de fuego de la administración libertaria para sacar adelante reformas claves en materia laboral, tributaria y previsional.
Según analistas de mercado consultados por la Agencia Noticias Argentinas, el gobierno de Milei subestimó en los últimos meses la capacidad que tiene el mercado argentino de impulsar al alza la cotización del dólar, uno de los callejones sin salida que provocaron sucesivas crisis económicas en el país desde los ’70 hasta ahora.
En efecto, en los últimos 50 años, sucesivas administraciones no pudieron dar en la tecla para lograr la libre flotación del tipo de cambio, algo que países como Brasil, Chile y Perú pudieron resolver en la última década.
Frases como “el que apuesta al dólar, pierde”. “quien recibió dólares recibirá dólares” o, más actual, “comprá, no te la pierdas, campeón”, esgrimida por el ministro de Economía, Luis Caputo, chocaron con la realidad y reflejaron las impotencias de las sucesivas autoridades económicas para encontrarle la vuelta a la libre flotación de la divisa estadounidense.
Tal vez el experimento que más tiempo logró mantener a raya la divisa estadounidense -una obsesión para los argentinos-, fue la convertibilidad, que duró 10 años y medio, pero que en su segunda etapa provocó un deterioro industrial y laboral muy fuerte, que derivó en recesión y en la crisis del 2001.
Errores notorios
Desde mediados de abril último, cuando el Gobierno quiso dar un golpe de efecto con tintes electoralistas y abrió el cepo cambiario para individuos, la administración económica cometió una serie de errores que derivaron en el dramático pedido de socorro a Donald Trump, porque el Banco Central y el Tesoro se quedaban sin divisas y había riesgo de que se produjera una maxidevaluación.
La derrota electoral en la provincia de Buenos Aires el 7 de septiembre no hizo sino agravar el escenario financiero y cambiario.
El BCRA (en colaboración con el Tesoro en un rol atípico) enfrenta el desafío de dejar flotar más libremente el tipo de cambio y, en ese caso, bajo qué condiciones instrumentarlo.
Desde mediados de abril de 2025, el tipo de cambio real bilateral oficial peso/US$ se depreció casi 20%, el contado con liquidación 28% y el oficial multilateral 24%.
Desde esa fecha, el Tesoro Nacional y el Banco Central participaron de diversas formas en esos mercados.
Un resumen elaborado por Quantum Finanzas enumera las formas en que se intervino en el mercado:
* El Tesoro, con divisas: inicialmente comprando para atender servicios futuros de deuda, pero luego vendiendo en términos netos, aparentemente, para atender la demanda privada de moneda extranjera.
* El BCRA, con divisas: también para acotar la depreciación del peso y contenerlo dentro de las bandas de flotación.
* El BCRA en los mercados de futuros: vendiendo contratos, liquidables en pesos, también con el fin de mitigar presiones de subas del peso/US$.
* El Tesoro emitiendo deuda en dólar Linked: se licitaron instrumentos en pesos ajustados por el tipo de cambio oficial para ofrecer cobertura ante futuras depreciaciones del peso. También efectuó un canje de deuda con el BCRA, entregando títulos-dólar oficial a cambio de títulos a tasa fija que tenía en cartera por el equivalente a US$ 4.000 millones y tratar de reducir el uso de reservas por demanda de moneda extranjera.
El trabajo de Qantum advierte que “si bien la venta de dólar futuro y la colocación de deuda ajustable por tipo de cambio son instrumentos que buscan reducir presiones puntuales en el mercado de cambios, son sustitutos imperfectos de la venta de divisas cuando aumenta la demanda de dolarización”.
En dos períodos
Qantum distingue dos períodos de intervenciones: el primero abarca desde la flexibilización de las restricciones cambiarias y la aplicación del régimen de bandas de flotación, el 15 de abril último, hasta el día hábil anterior a las elecciones bonaerenses del de septiembre último.
El segundo período abarca desde el 8 de septiembre hasta ahora.
El detalle de las intervenciones fue el siguiente:
* 15 de abril al 5 de septiembre: Quantum estima que las intervenciones netas acumuladas fueron por el equivalente a US$ 5.854 millones, instrumentadas a través de ventas de contratos de dólar futuro realizadas por el BCRA.
* 8 de septiembre al 8 de octubre: en este período, el BCRA habría realizado ventas netas en el mercado de dólar futuro por el equivalente a US$ 740 millones, que se suman a la venta de divisas que hizo también el BCRA por US$ 1.110 millones. El 17 de septiembre último, y en los dos días siguientes, el BCRA intervino en el mercado oficial de cambios para sostener el precio del dólar en el límite superior de la banda, con ventas netas por ese último monto.
Tras esas operaciones puntuales, no se registraron intervenciones del BCRA en el mercado oficial de cambios, indicó la consultora dirigida por Marx, quien fue secretario de Finanzas.
A partir de entonces, fue el Tesoro quien asumió el rol de estabilizador del tipo de cambio, primero como comprador y luego como vendedor, siempre a un tipo de cambio inferior al del límite superior de la banda.
Las compras, que fueron superiores a los US$ 1.900 millones, se efectuaron en el marco de la ventana de liquidación de dólares de exportaciones agrícola-ganaderas con retenciones 0%, por US$ 7.000 millones.
Finalizado el plazo de liquidación de estos últimos dólares, desde el 30 de septiembre, el Tesoro fue vendedor de divisas por un monto acumulado que Quantum estima en de US$ 1.952 millones, un promedio diario de US$ 280 millones, que se aceleró en los últimos días, cuando las ventas diarias oscilaron entre US$ 330-450 millones.
Durante ese período que media entre el 8-sep y 8-oct, el Tesoro vendió en términos netos US$ 37 millones. A su vez, a fines de septiembre último, el Tesoro emitió instrumentos según dólar oficial por más de US$ 3.000 millones.