Se trata de Ida Páez, quien ha sido una figura clave en la búsqueda de ayuda para su sobrino. Hace un tiempo organizó una campaña solidaria para obtener una nueva silla de ruedas cuando la anterior se rompió y gracias a la generosidad de los vecinos pudo conseguir una en excelente estado que fue enviada al país limítrofe.
Durante visitas de la familia de Paraguay, el padre de Fernandito se unió a los peregrinos en la caminata que se realiza cada 8 de diciembre hasta la capilla de Nuestra Señora de Fátima en Colonia El Espinillal, ubicada a 22 kilómetros de Cabrera, para pedir que su hijo volviera a caminar.
Las plegarias parecen haber sido escuchadas, ya que hace solo una semana Fernandito logró un hito significativo en su recuperación: se puso de pie y pudo caminar con la ayuda de un andador. Ida, emocionada por este progreso, compartió la noticia con gratitud y esperanza.
“Fernandito ya pudo pararse solo y puede caminar con el carrito. Lo hace despacio, porque tiene miedo, pero poco a poco volverá a tomar la confianza y podrá volver a caminar”.
“Estamos muy felices”, aseguró la vecina de Cabrera. “Fernandito ya pudo pararse solo y puede caminar con el carrito. Lo hace despacio, porque tiene miedo, pero poco a poco volverá a tomar la confianza y podrá volver a caminar”, dijo.
“Quería darles la noticia a los vecinos porque estuvieron cuando necesitamos la silla de ruedas en todo momento y quedamos muy agradecidos a la familia que nos donó la silla”, sostuvo.
Los pronósticos son esperanzadores y, si bien el joven debe seguir con su tratamiento, según adelantó la tía, una vez que recupere completamente su movilidad viajará desde Paraguay a General Cabrera para agradecer a la Virgen de Fátima por esta bendición concedida.
Esta historia sorprende tanto a creyentes como a escépticos y es un recordatorio poderoso sobre la importancia de no perder la esperanza ni bajar los brazos ante las adversidades.