Río Cuarto | El Eternauta |

Yabar, el riocuartense que le dibujó al guionista Oesterheld, el padre de "El Eternauta"

Gabriel Cafa, el maestro de las historietas que no se jubiló del arte, trabajó para el mítico Hora Cero. Hoy sigue pintando y da clases en su casa: 93 años de tinta, papel y pasión

“Mientras no me tiemble la mano y la cabeza no me falle, sigo”, dice Yabar, el riocuartense que le dibujó al guionista Héctor Oesterheld, el autor de “El Eternauta”, que hoy escaló al primer puesto del ranking global de Netflix.

Autodidacta, el reconocido dibujante Gabriel Cafa trabajó para el mítico Hora Cero, un semanario de historietas y, a los 93 años, sigue pintando y dando clases en su casa convertida en un atelier de dibujo y pintura.

“Mi casa ya no es más una casa, es un taller. Todas las paredes están empapeladas con cuadros. Tengo más de 4 mil”, cuenta con una sonrisa orgullosa.

Yabar saltó a la escena nacional de la mano de Héctor Oesterheld, el mítico guionista de “El Eternauta”. Su trayectoria comenzó con colaboraciones en revistas tales como Puño Fuerte, Asalto y Fuego, hasta que, gracias a la gestión de su colega Víctor Arias, llegó al círculo creativo de Oesterheld. “Fue una bendición”, recuerda nostálgico sobre aquel primer encuentro:“Me dijo: el mejor dibujante de historieta no es el mejor dibujante, sino el que mejor cuenta la historia. Esa frase me quedó grabada”.

Con Oesterheld trabajó en al menos trece historietas y muchas más por cuenta propia.

Aunque no participó en “El Eternauta”, hoy que la historia recobró protagonismo a través del cine, se siente conmovido.

“No quiero que me atribuyan lo que no hice. Ese guión fue de Oesterheld y lo dibujó Francisco Solano López. Yo no participé en nada de la película”, aclara con honestidad.

A pesar de sus críticas iniciales, reconoce el valor cinematográfico de la nueva versión de “El Eternautra”: “Como obra de producción, es una obra maestra”.

La conversación también toca la oscuridad de los años de la dictadura militar. Yabar recuerda con tristeza el cierre de Hora Cero, una de las revistas más emblemáticas, y la desaparición de Oesterheld junto a toda su familia: “Era un hombre bueno, inteligente, comprometido. La dictadura militar lo arrasó todo”.

Hoy, a sus 93 años, Yabar no se detiene. “Mientras ésta no tiemble -dice, señalando la mano- y a aquélla no se le corte un cable -agrega, señalando la cabeza-, yo sigo”.

La historieta y el arte no sólo han marcado su vida: lo siguen alimentando todos los días.

Yabar, pionero de las historietas y maestro que no se jubiló del arte, es un artista eterno: 93 años de tinta, papel y pasión.