Río Cuarto |

El flagelo de las drogas: "Es el primer tema que te nombra la gente en los barrios"

Lo aseguró Pablo Vidal, uno de los referentes de Hogares de Cristo, ante la inminente llegada a la Diócesis de Río Cuarto de la Virgen de Luján. La peregrinación es liderada por jóvenes que tenían problemas de consumo

Antes de la llegada de la imagen de la Virgen de Luján a la Diócesis de Río Cuarto (estará jueves, viernes y se despedirá el sábado), Pablo Vidal, referente nacional de los Hogares de Cristo, habló sobre el trabajo que están desarrollando desde hace 15 años. Al mismo tiempo, contó que el flagelo de la droga es una de las principales preocupaciones que la gente manifiesta cuando van a los barrios.

-¿Cuándo arrancaron con la peregrinación?

-El 7 de agosto empezamos en Buenos Aires, en San Cayetano. Se recorrió Capital Federal y el Conurbano y el 3 de octubre salimos a las provincias. La verdad es que es una experiencia muy linda. A las comunidades les hace mucho bien y a los misioneros también. La particularidad de esta misión es que todos los peregrinos, que son alrededor de 60, son chicos y chicas que estaban en la calle y consumían drogas. Ellos, con su propio testimonio de vida, llevan una esperanza enorme respecto a que hay una salida y a que se puede. Lo que se busca es sensibilizar con el tema de las adicciones. Lo que se quiere es que la sociedad en conjunto y el Estado en todos sus niveles lo vean como una gran preocupación de la Argentina. Uno va a cualquier barrio y es uno de los primeros temas que te nombra la gente.

-El trabajo de los Hogares de Cristo cumple 15 años. Eso habla de un sostenimiento de las acciones…

-Por un lado, es algo bueno, ya que hay una maduración y un crecimiento de una Iglesia que quiere tomar este tema. Por otro lado, es una tristeza, ya que si vamos creciendo en cantidad de centros y en cantidad de tiempo, evidentemente el problema está cada vez más complicado en más lugares. Hoy, no hay comunidad que esté ajena al tema y eso genera tristeza. Para nosotros, el impulso de Cáritas Argentina fue muy bueno. Nos dio un lugar muy importante para poder crecer, ya que ellos tienen una presencia en todo el país. Siempre decimos que no es que un chico consume drogas y está en la calle de un día para el otro. Es decir, antes, quizá hubo una familia que no pudo contener, una capilla que no pudo acompañar o una escuela que no pudo hacer nada. Por eso, tenemos que ver cómo mejorar esta situación.

-¿Cómo surgió la idea de formar los Hogares de Cristo?

-Los hogares empezaron en 2008, en la Villa 21-24, con el padre “Pepe” Di Paola. Nació como un proyecto de una parroquia. Así como una parroquia ante el hambre organiza un comedor o una copa de leche, en este caso, el desafío que asumieron las parroquias es ver cómo asisten a las personas que consumen drogas. A veces son las personas y a veces son sus familias. Se vio la necesidad de acompañar el tema de las drogas. Por ahí está el lugar de internación, pero los chicos no llegan. Entonces, se necesita un lugar en el barrio que acompaña de otra forma.

-¿Cuántos centros tienen?

-Hoy son más de 220 espacios que están en todo el país.

-¿Cuál es la propuesta de los Hogares de Cristo?

-El sistema de trabajo son dos frases que nos dijo Bergoglio (papa Francisco) cuando se inauguró el primer hogar. Nos dijo: “Muy lindo que trabajen con las adicciones, pero la vida se recibe como viene”. Lo que nos quería decir es que podamos darnos cuenta de que las adicciones son como la punta del iceberg. Es decir, es lo que uno ve, pero cuando uno empieza a andar en las vidas de esas personas uno se da cuenta de que no hubo una familia, que hay problemas con la Justicia, que no terminan el colegio, que faltan oportunidades laborales, por lo que hay que acompañarnos desde todo punto de vista. Por otro lado, nos dijo: “Sepan que esto es cuerpo a cuerpo”. Eso significa que no hay que cerrarse sobre ciertos modelos. Es decir, a algunos habrá que ayudarlos con las familias, a otros con un trabajo, a otros con tratamientos, etcétera. Es un cuerpo a cuerpo que también implica poner el cuerpo. Lo que uno se va a encontrando es con personas que estaban solas. Por eso, estos centros son una forma de familia, de contener, de acompañarlos en todo momento.