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Con trazabilidad, una startup riocuartense ayuda a ganar mercados internacionales a la producción del agro

Se trata de Tracestory. Es una plataforma validada por la Nación y que ahora permite sumarse a la única opción vigente hasta aquí: Visec. Brinda la posibilidad de otorgarle trazabilidad a los granos y alimentos exportados, una demanda cada vez más marcada en los mercados mundiales y que será obligatoria para la Unión Europea

Desde Río Cuarto, una empresa de base tecnológica permite ahora darle trazabilidad a todos los productos surgidos de la agroindustria que tienen como destino los mercados internacionales. Pero además, a partir de las exigencias de la Unión Europea (que iban a comenzar a regir desde este año y se aplazaron al menos hasta 2026) surgió una necesidad de crear plataformas de trazabilidad que garanticen la no deforestación de los lotes donde se produce soja, carne vacuna o desarrollos forestales para que esos productos puedan ingresar al viejo continente. Y hasta ahora sólo hay dos habilitadas por la Nación: Visec y la riocuartense Tracestory, surgida en 2020 con la intención de dotar de “pasaporte digital” a los productos de las cadenas agroindustriales.

“Como toda startup, somos una empresa de base tecnológica que busca alcanzar una solución a nivel local que pueda tener impacto a nivel global. Nace con el objetivo de poder diferenciar los productos que hacemos”, explica el CEO de Tracestory, Darío Baudino, a I+I CBA.

“Esta nueva funcionalidad tiene que ver con la sostenibilidad enfocada en la no deforestación que impone la normativa EUDR de la Unión Europea”, agrega el directivo y uno de los fundadores de la startup.

Baudino remarcó luego que “tiene que ver con la sostenibilidad de la cadena de valor de principio a fin, entre todos sus actores. Fue un proceso que siempre lo tuvimos en mente, que siempre fue un objetivo de Tracestory para apuntar a todos los eslabones y así terminamos desarrollando los distintos productos que tenemos”.

Y luego puntualizó: “Resolvemos problemas a las pymes argentinas y a la vez generamos esa sostenibilidad que los mercados internacionales están buscando”.

Y buscan cada vez más…

Hay dos cuestiones que están surgiendo y que tienen que ver con el momento y también con las startups: el momentum de su producto. Hoy tenemos unas combinaciones que hacen que nuestro producto sea más buscado que a lo mejor seis años atrás, cuando hablar de compartir datos era una mala palabra y hoy ya no. Porque se entendió que para bajar costos y mostrar sostenibilidad hay que compartir información, hay que trabajar juntos. Hay que combinar soluciones tecnológicas y hay que hacer que la tarea de cada uno de los actores de la cadena mejore, aporte soluciones, no le puede empeorar el trabajo.

Para eso tenemos que poder combinar información y tecnología para hacerle la vida más fácil a todos. Hoy el mundo está exigiendo mayor trazabilidad, más información, más detalles verificables y no declarativos. Y también hay que mencionar la macro argentina que redujo o aclaró los márgenes donde todos los actores y empresas deben ordenar su procedimiento.

¿Cómo es el trabajo concreto con una empresa que produce granos o alimentos?

Pensamos en una empresa que hace un producto alimenticio para la exportación, porque allí es donde es necesario una trazabilidad digitalizada y precisa como la que proponemos. Puede ser una productora de maní, que es un producto conocido a nivel mundial, y los compradores internacionales tienen alta exigencia de trazabilidad e información específica. Esa organización puede digitalizar todos los procesos desde el origen del producto, del campo, la planta y finalmente el maní blancheado que sale identificado completo, con todos sus procedimientos. Además, la empresa nos contrata para poder digitalizar todos los datos que tiene de su operatoria para sí misma o para utilizarla en su proceso comercial; pero le sirve mucho puertas adentro para controlar stocks, procesos, para modelar o corregir errores, detectar fallas, que finalmente se pagan muy caro. Todo eso se puede corregir en tiempo real. Entonces contamos con la identificación del bolsón de maní y por otro lado, el ordenamiento de datos generales digitalizados para poder tomar decisiones sobre información firme.

Y sobre eso apareció EUDR…

Nosotros tenemos el foco puesto en la sostenibilidad y de manera integral en toda la cadena. La normativa EUDR es una normativa que impone la Unión Europea que tiene que ver con productos de soja, carne e industria forestal, que es lo que le exigen a Argentina. Lo que se busca es demostrar que el lote en el que se produjo esa soja que llega a la Unión Europea proviene de un lote no deforestado en los últimos 5 años. Esa normativa, que en un principio generó mucho malestar en el sector, desde nuestra mirada la tenemos que ver como una oportunidad más que como un problema. Y especialmente porque la mayoría de los productos que salen de Argentina salen de lotes que no fueron deforestados. Esa información tiene que acompañar al producto y tiene que llegar a destino. El foco nuestro siempre fue hacer fácil la verificación de la información a todos los actores de la cadena. En este caso específico de EUDR, a través de un permiso que nos da el productor, podemos verificar el lote de manera satelital y así confirmar la información de que ese lote no fue deforestado. Esa información se va a pegar a la semilla que se sembró en ese lote, que luego va a dar los granos. Esos datos van a viajar y las exportadoras van a tomar esa información y van a poder pagarle al productor un diferencial de precios por tener esa información digitalizada y creemos que ahí es muy importante lo que decía sobre los sistemas de incentivo.

Un punto clave…

Claro! Porque para que todos los actores de la cadena hagamos o pensemos en sostenibilidad cada uno de ellos tiene que tener una recompensa. Y este es el foco y el punto que nosotros siempre tuvimos en mente y ahora en este momento se empieza a dar.

Si realmente pido que se haga un esfuerzo de sostenibilidad, hay que pagarlo. Por el otro lado, desde la parte gubernamental de la Secretaría de Agricultura se decide armar un registro de plataformas de trazabilidad que van a contribuir a fortalecer las cadenas de valor. Y la Secretaría entendió que hay un montón de información que ya está cargada, de los productores y de la producción en general. Esa información podemos sistematizarla y tomarla automáticamente de los organismos públicos, podemos fortalecer lo que es el pasaporte digital del producto. Con esa impronta la Secretaría arma este registro, nosotros nos inscribimos luego de cumplir con todas las normativas de seguridad para intercambiar información con los distintos organismos públicos, y luego podemos utilizar esa información únicamente para el producto y lote específico. Nuestra plataforma está preparada para poder tomar nota de toda esa información, de los organismos públicos, y enriquecer ese pasaporte digital.

“Nos enfocamos en poder buscar la información de la manera más simple posible, con la menor restricción posible y que esa información se quede digitalizada y después se pueda mostrar en un producto, que puede ser un grano, un producto terminado o semi-terminado. Porque nosotros enviamos mucho alimento que después se procesa en otras partes del mundo”, explicó Darío Baudino, Ceo de Tracestory

¿Cuál es el impacto de todo esto?

El impacto real es crearles menos problemas a todos los actores de la cadena, desde el productor, la industria que procesa o el exportador. Porque además la intención es ampliar mucho más la información y no sólo la exigible por EUDR, sino ya adelantarnos a cualquier normativa nueva que pueda aparecer. De hecho, en esa línea, tenemos otros proyectos de intercambio de información con Senasa y con ARCA para facilitar más aún la exportación de productos. Todo tiene que ver con mostrar mejor nuestros productos y valorarlos mejor.

Para eso se creó el registro que hoy tiene sólo a dos plataformas…

El registro se lanzó en noviembre y la Resolución que nos incorporó junto a Visec estuvo los primeros días de enero. Recordemos que se lanza un registro donde todas las plataformas de trazabilidad si quieren obtener datos de los organismos públicos tienen que inscribirse. Eso hicimos y nos aprobaron. Fue muy rápido y es muy positivo que la Secretaría esté pensando en ese sentido, con cadenas de valor, en bajar fricciones o dificultades y poder enriquecer la información de cada producto para hacerle más simple la operatividad a los actores de la cadena, y así finalmente conseguir mejores mercados.

Y nada menor que sea desde Río Cuarto una plataforma de este tipo, de característica nacional, pero que además va a servir para todo el comercio internacional…

Sí, porque nuestro perfil de cliente es el que exporta, o sea, nuestra información viaja a nivel internacional. Lo importante, y creo que también es lindo valorar, es la historia de la creación de un producto y que pueda tener impacto a nivel global. En nuestro caso, lo importante más allá de lo que se ve, son los equipos de trabajo.

¿Y cómo es?

El 90% de nuestro plantel es programación, y eso se puede conseguir en Río Cuarto. Y la verdad que eso es muy valorable. Viajando mucho por el país y por algunos países limítrofes uno entiende que en Río Cuarto hay mucho valor en capital humano. Nos tenemos que concentrar ese capital humano y lograr que de ahí se genere una solución a un problema.

Bueno, eso es posible porque hay formación del capital humano en Río Cuarto, ¿no?

Sí, claramente. Eso No sucede en otras ciudades. Nosotros acá podemos conseguir programadores rápidamente para poder armar los primeros pasos y seguir avanzando en otros estadios de la empresa. Pero sí, acá hay recursos humanos, eso no me cabe la menor duda.

¿Cuántos empezaron con la idea y cuántas personas trabajan hoy en Tracestory?

Arrancamos con la idea cinco personas, entre el armado de la idea hasta el MVP (Producto Mínimo Viable, por sus siglas en inglés), aunque operativos éramos dos. Hoy estamos hablando de doce personas operativas. Y de inversores, de advisors eran tres, terminamos siendo seis. El advisor es el consejero. En el caso de inversores ángeles son siete, más dos fondos de inversión institucionales, que son Innventure y Experiment. Inventure es un fondo de Aapresid y Experiment es un fondo a nivel Latam, que está radicado en Argentina. Hace poco se conoció que hubo 5 startups que recibieron inversión en la Argentina en todo el 2024 y una fuimos nosotros. No hubo mucha inversión.