Las empresas de biocombustibles transitaron 45 días en una montaña rusa. Pasaron de una iniciativa oficialista que buscaba bajar los cortes en la nafta y el gasoil a un cambio radical que proponía todo lo contrario: avanzar con un fuerte incremento que podría posicionar a la Argentina en línea con lo que hoy es Brasil. A las pocas horas, y antes de que se firme el dictamen de comisión de la Ley Ómnibus hubo una nueva marcha atrás en el capítulo de biocombustibles que cambiaba de cuajo los incentivos para la industria que agrega valor a la producción agrícola y volvía a plantear un escenario negativo hacia adelante. Todo en apenas un puñado de semanas. El epílogo fue la caída de la Ley Ómnibus, que se llevó así también el capítulo de los biocombustibles.
¿Y ahora cómo sigue? En rigor, hay una ley vigente hasta el 31 de diciembre de 2030, aunque el sector tiene pretensiones de introducirle cambios para alentar la expansión en el uso de combustibles renovables.
La normativa vigente deja abierta la puerta para que haya un aumento en el corte del etanol que actualmente se ubica en el 12%, hasta el 15%. Pero las empresas productoras esperan que ese techo sea más alto aún. En ese sentido había uniformidad de criterios entre las provincias productoras para impulsar una iniciativa que en algún momento se acordó con el Gobierno pero que de repente quedó fuera del dictamen oficialista que ingresó al recinto de Diputados. Allí se no sólo se garantizaba el actual corte mínimo del 12% (que en el proyecto original del Ejecutivo no estaba) sino que se planteaba alcanzar el 18% en tres años y recién a partir de allí abrirle el juego a las petroleras para que puedan participar del mercado, algo que en el texto original podían hacer de inmediato.
Lo cierto es que esa sola modificación en los niveles de corte abría un panorama muy diferente porque permitía aumentar 50% la oferta actual de etanol de maíz para 2027, lo que representaba una inversión de 700 millones de dólares. Eso estaba en juego en el Congreso y buscarán retomar las empresas y las provincias productoras a partir de ahora.
“Ahora todo va a seguir como hasta ahora con la vigencia de la ley 27640 que vence el 31 de diciembre de 2030 y que es el marco regulatorio en el que las empresas están hoy. Ya permite, si el Gobierno quiere ejercer esa potestad, aumentar el corte en las naftas y esperamos que eso suceda”, indicaron fuentes del sector a Tranquera Abierta.
En ese sentido explicaron que “en algún tiempo no muy lejano estaremos presentando a los legisladores un nuevo proyecto que nos permita ir hacia adelante; un proyecto dialogado, consensuado y trabajado con el tiempo suficiente”.
En referencia a lo ocurrido en el Congreso, las fuentes remarcaron que “fue una pena haber perdido la oportunidad de contar con una nueva ley más abarcativa, más moderna, superadora de la actual y que abriera las puertas a nuevas inversiones. Ahora hay que ir por esos objetivos”.
Por última, sobre el periplo legislativo, las etanoleras remarcaron que “partimos de la versión oficial que fuimos transformando para llegar a un acuerdo entre todos, a un consenso. La próxima vez trataremos de trabajarlo desde cero y llegar a mejor puerto y posiblemente pueda ir en línea con la filosofía de la iniciativa consensuada con las provincias productoras”.