Con la regla general del DNU que restringe la circulación de personas entre las 0 y las 6 de la mañana (desde la una, sábados y domingos), las entidades que nuclean a los empresarios gastronómicos bajaron a sus asociados protocolos de actuación en ese sentido. Mientras tanto, otros rubros afectados por la medida, como el de los organizadores de eventos sociales, ruegan que no se adopten normativas sanitarias más severas. Finalmente, la Provincia y el Municipio adhirieron a la normativa nacional.
Gastronómicos se preparan para adecuarse a la restricción nocturna
En el rubro de eventos sociales ruegan que no cierren la actividad y apuestan a que la gente se adapte a nuevos horarios. Propietarios de restaurantes buscan tranquilizar a los clientes y dicen que son espacios seguros
Rubén Pincini, miembro de la Asociación de Hoteleros y Gastronómicos y referente del rubro de los eventos sociales, admitió que la restricción horaria perjudicará la actividad, pero de inmediato aclaró que les den la posibilidad de “seguir trabajando”.
Los bolicheros evitaron hacer declaraciones sobre las nuevas restricciones y esperan ver cuál es la regulación local.
“Si tenemos esa posibilidad, acomodaremos los eventos a los horarios que estén permitidos. Nosotros, el año pasado no podíamos trabajar, pero este año se pudieron realizar los eventos programados, los protocolos se han cumplido y no hubo novedades de contagio. Eso quiere decir que no somos un foco de contagio importante”, señaló el empresario.
En el mismo sentido, destacó que se cumple con las medidas de bioseguridad establecidas en el protocolo, como usar un tercio de la capacidad de los salones, distanciamiento social, barbijo, declaración jurada de salud al ingreso, sanitización con alcohol y toma de temperatura, entre otras.
El miércoles, los secretarios Ferrario y Rojas, y el subsecretario Stefanini les pidieron a los empresarios gastronómicos que den “cumplimiento estricto al protocolo” frente al relajamiento social.
Respecto a las limitaciones horarias que se vienen, se mostró conforme, en tanto “nos dejen seguir trabajando, porque venimos de 10 meses sin poder hacerlo. Otro tema a tener en cuenta es que nuestro rubro genera otros muchos puestos de trabajo. Queremos una modalidad que nos permita seguir con nuestra actividad”.
La última palabra es del cliente
Consultado sobre si es o no viable adaptar los eventos a horarios diferentes y mantener el nivel de actividad, Pincini adelantó que harán todo el esfuerzo, pero aclaró que la última palabra siempre la tienen quienes los contratan.
“En nuestro rubro, todo depende de los clientes, de si ellos se adaptan a realizar un casamiento o un cumpleaños al mediodía o a las siete de la tarde. Pero tendríamos esa opción, una herramienta, a diferencia del año pasado, cuando directamente no se podía hacer. Hay casos de personas que tuvieron que postergar hasta tres veces la fecha de un evento, con todos los costos extra que esto implica”, apuntó.
Para el Cecis, tendrá un impacto limitado
Consultado al respecto, el presidente del Cecis, Atilio Lunardi, expresó que, si bien las restricciones tendrán algún impacto, la mayor parte de las actividades económicas no quedarán alcanzadas.
“Cualquier tipo de restricción siempre a alguien le va a generar algún tipo de problema para trabajar normalmente. En principio es un horario con muy pocas actividades, no deberían ser grandes los conflictos”, indicó el dirigente empresario.
Y agregó. “A lo mejor, la industria que puede tener un proceso continuo está en un horario que se supone puede operar sin necesidad de estar dentro de ese horario. En ese caso, tendrá que acomodar algunos horarios, pero no es tan complicado”.
Por su parte, Guillermo Marrero, empresario gastronómico del rubro restaurantes, indicó que si bien desde la hora cero y hasta las 6 de la mañana no va a poder haber circulación de gente, al menos la medida no es a partir de las 23. “Si ese fuera el caso, no nos ayudaría para nada, porque la gente no saldría”, dijo.
Detalló que bares y restaurantes deberán cerrar sus puertas a la hora cero, y tendrán una hora más para que la gente deje el local.
“De todos modos, los clientes son conscientes, y se empiezan a levantar solos. Esto mismo se hizo el año pasado, y la gente lo respetó”, sostuvo.
Sostienen que son espacios seguros
Frente a ese panorama, surge el interrogante de cuál será la respuesta del público. Para Marrero, no habría mayores inconvenientes con el horario de cierre adelantado, pero sí podría desplomarse la asistencia de clientes por el temor al contagio.
“Siempre y cuando no haya una especie de psicosis como hubo con el primer cierre (desde marzo de 2020), creo que va a funcionar”, señaló.
“Nosotros cumplimos con la capacidad habilitada, con el distanciamiento y las medidas de sanitización. Tenemos la mitad de las sillas, tal como quedó del año pasado. No hemos tenido contagios en el personal”, dijo Marrero, apuntando a tranquilizar a la gente.
¿Qué impacto puede tener una medida como la restricción nocturna en los negocios gastronómicos?
El año pasado teníamos una ayuda del Gobierno que nos permitía pagar parte de los sueldos de los empleados. Eso es algo que ahora no está. Si baja mucho la cantidad de clientes, se nos va a hacer complicado, porque tenemos una estructura que mantener con los números que tenemos. Lógicamente que vamos a tratar de cumplir lo mejor que se pueda con todo.
Hay relajamiento en la gente, ¿hacen falta más controles?
Sería importantísimo que el Municipio salga a controlar que se cumpla con las capacidades habilitadas, con las medidas de distanciamiento y demás. Somos hijos del rigor, y por eso es tan importante que vuelva a ser como antes, cuando un inspector del Edecom venía todos los días a controlar y si había alguna anormalidad lo manifestaba. Los funcionarios municipales nos informaron que van a volver a realizar los controles, en la medida de las posibilidades. Sabemos que no es sencillo, pero es necesario.