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Rocío Moreno: "Tuve miedo"

Tras resolver el juicio con la productora Ligas, Paulo Londra ahora debe enfrentar la crisis y las expresiones públicas de su expareja.

El joven cantante argentino se prepara para volver a la música luego de su denuncia contra una productora por estafa. En 2019, acusó al productor colombiano Ovy On The Drums y su productora, Big Ligas, tras la firma de un contrato que, sin conocimiento del cordobés, entregaba a dicha entidad todos sus derechos musicales hasta 2025, informa Popular.

Las últimas noticias sobre Paulo Londra estuvieron siempre relacionadas a su condición laboral. Artistas de todo el mundo se sumaron a la movida #freepaulo para ayudar al cantante a conseguir su liberación. Logrado eso, hoy Paulo, se enfrenta a fuertes declaraciones por parte de su ex, Rocío Moreno, quien lo acusa de inmaduro.

Paulo y Rocío se conocieron en el 2015 a los 17 años en Córdoba Capital. Él ya participaba de batallas musicales en la plaza y ella aún le faltaban dos años para terminar la secundaria. Al terminarla, Rocío, quería estudiar veterinaria. Comenzó la carrera pero tuvo que dejarla para acompañar a su pareja en su camino por la música.

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“Nos conocimos en el 2015 y dos años después él empieza a hacerse famoso, a hacer viajes y presencias, shows. En el 2018 yo me voy a estudiar a una ciudad por acá cerca, pero me tuve que instalar allá, así que nos veíamos poco, porque yo cursaba en la semana y él los fines de semana hacía shows, pero venía bien la relación”, contó Moreno.

A los tres años, en 2019, deciden mudarse juntos a una casa que compró Londra con el proyecto de formar una familia. Es así, que en el 2020 nació Isabela, su primera hija. Y a pesar de que no todo iba bien, decidieron apostar a la familia y seguir adelante.

"Ella nació en julio de 2020, en plena pandemia. Tuvimos una crisis muy grande, pero él se mostró arrepentido y me pidió disculpas, hizo muchas promesas, apostamos a la familia y proyectos, creí sus promesas y decidí apostar", detalló.

Poco a poco las cosas empezaron a complicarse aún más. Rocío denunció que Paulo nunca estaba en su casa, se ausentaba por largas horas o a veces, directamente no volvía. Ella ya se encontraba en el transcurso de su segundo embarazo y confesó que estuvo sola durante todo ese tiempo.

“Tuve miedo por el embarazo, porque una vez me dejaron internada porque no me bajaba la presión, y tenía contracciones recurrentes, sola en la casa sin tener a alguien cerca para ayudarme a bajar la escalera. Ahora mi familia me ayuda con Isabela, pero antes lo pasaba sola porque me daba vergüenza o no quería que me dijeran ‘qué haces ahí'”, dijo sobre cómo de a poco el papá de sus hijas se fue alejando de ellas luego de que él retomara “andanzas y un ritmo de vida no compatible con la rutina familiar”.

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Y añadió: "Recuerdo una madrugada, yo descompuesta le pedí que volviera para ayudarme (estaba con su hija de un año) y dijo que llamaba para fastidiarlo, terminé jugando con Isabela descompuesta y apareció a la mañana. Yo no soy de esas personas como me dijeron de su familia que ‘mientras tenga la plata y el pan’ no me tengo que preocupar, no quiero eso para mis hijas”.

¿El motivo? Según ella tenía que ver con las influencias, el entorno y su "no madurez". "Él no tiene madurez para saber dónde está y lo que debe hacer, nadie le dice ‘no salgas con amigos’, al contrario, ni ‘no estés con tu familia’. A mí me gustaba salir, pero tengo una bebé y hay cosas que uno no debe hacer porque hay responsabilidades nuevas, no dejo de ver a mis amigas, pero en otros horarios”, apuntó.

Lamentablemente no se trataría de una crisis como ella creía. Todo se terminó cuando se enteró que él viajó a Estados Unidos sin decirle nada y que encima no le contestaba los mensajes. Así y todo ella lo esperó con carteles de bienvenida y globos, pensando que las cosas iban a cambiar, pero no.

“Yo no quiero estar mal, no debo permitírmelo porque tengo una bebé y otra en camino y no puedo transmitir angustia a la bebé que tengo en la panza”. Sin embargo, todo siguió igual y “después de eso volvió a sus salidas y empezó a dormir en lo de los padres”.

“No elijo vivir así, ni para mí, ni para mis hijas. Hoy tengo unas sensaciones de enojo y angustia... soy una explosión de sentimientos. Ya no sé si me interesa tener esa charla, seguramente la tendremos, hoy digo ¿para qué? Pero la vamos a tener que tener por el bien de las nenas, nos une una relación de por vida, pero ya no hay nosotros”, cerró seis años y medio después de relación.