El apellido Billalva lleva hace mucho tiempo ligado al ámbito del fútbol de la Liga Regional. Arrancó con Néstor como director técnico y hace unos años se le sumó su hijo Jeremías, primero como su ayudante y después empezó a desandar su propio camino. En este recorrido, el destino determinó que se tengan que enfrentar (algo que ya había sucedido) para definir nada menos que el tercer ascenso a la Primera A de la Liga Regional.
Néstor con su Belgrano de Coronel Moldes y Jeremías con Unión de Olaeta estarán cara a cara para definir el equipo que acompañara a Banda Norte y Centro Social de Las Higueras a la máxima categoría del fútbol regional en la próxima temporada.
A Belgrano le queda jugar una fecha, mientras que Unión espera. Semanas especiales son las que se viven en la familia Billalva.
Néstor y Jeremías contaron sus sensaciones sobre el hecho de jugar la final y enfrentarse.
Néstor
“La sensación cuando se logra a jugar una final es de tranquilidad, de alegría”, comenzó diciendo Néstor.
Inmediatamente agregó que “cuando arrancamos no era el objetivo. Estábamos diez puntos abajo y el objetivo que nos propusimos era promover pibes, encontrar el nivel, terminar lo más arriba y el año que viene apuntar al ascenso. Era un trabajo a largo plazo, aunque abiertos a dar pelea si los resultados nos acompañaban, como finalmente sucedió”.
“El objetivo cambió hace cuatro o cinco fechas. Ahora vamos por el ascenso”, sentenció el entrenador que asumió tras la salida de Gerardo Depetris, quien estuvo al frente del equipo hasta la cuarta fecha de la Zona Campeonato.
“Cuando llegué al club me encontré con unos dirigentes, encabezados por Fabián Zucchini, que trabajan mucho por el club. Con un plantel interesante, con una mezcla de jugadores de Moldes y de Río Cuarto, pero que son todos del club. Buenos jugadores que necesitaban encontrar su nivel. El mensaje llegó, ellos encontraron el nivel y marcaron diferencias. Desde lo táctico se acoplaron rápido y acompañados por la cuota de suerte necesaria llegamos a este éxito, por así llamarlo, de jugar la final cuando habíamos arrancado diez puntos atrás”.
Ya de lleno en el final, el Chiqui dijo que “por la apuesta que tuvo Belgrano por mí persona, y el resto del cuerpo técnico, para enderezar el rumbo, queremos ganarla”.
“En lo personal es especial, con sensaciones súper encontradas. Desde que estoy en el fútbol viví e imaginé muchas cosas, pero nunca jugar la final por un ascenso contra mi pueblo. El lugar donde nací, crecí y donde me inicié como entrenador. Me toca y es una sensación rara, fea porque siempre lo seguí y soñé con ver a Olaeta en Primera”, resaltó.
Y sobre el significado de tener enfrente a su hijo señaló:“A todo eso de lo que significa enfrentar a mi pueblo, hay que agregarle que Jere es el entrenador. Uno siempre para los hijos quiere lo mejor. Nos dedicamos a lo mismo y hablamos todo el día de fútbol. Un triunfo mío y que Jeremías y Olaeta se queden sin ascenso será doloroso. Pero me debo a Belgrano, a la gente que me trató, a los jugadores que se brindaron. Hay que ser lo más profesional posible. Tanto Jere como yo vamos a imaginar que jugamos contra otros. Además en Olaeta el ayudante de campo es mi sobrino, al igual que el jefe de la hinchada. El presidente es mi amigo. Amigos que se hicieron hinchas de Atenas cuando yo dirigía y hoy los voy a tener enfrente. También pienso qué sentiría mi viejo, que lo seguía tanto a Jere cuando jugaba y mí cuando dirigía”.
Jeremías
A su turno, Jeremías no ocultó su alegría por estar ante esta chance. “Estamos muy contentos. Nos quedamos en la puerta el año pasado y esto fue una apuesta de la dirigencia de trabajar con el mismo cuerpo técnico. Con la continuidad de varios jugadores y suplantamos a los que se fueron. Encaramos para ser para ser candidatos, sabiendo que es una categoría difícil con muchos clubes importantes”, explicó.
Luego agregó que “no clasificamos en la primera etapa, pero sin resignar nuestra forma de jugar. En la Zona Complementación sabíamos que seríamos candidatos a ganarla y lo logramos. Fuimos justos ganadores”.
“La dirigencia apostó, los jugadores se comprometieron a hacerlo. No es habitual en Olaeta hablar de ascenso y lo tomaron como profesionales. Estamos a un paso de lograrlo”.
“El pueblo está muy contento. En 2016 jugamos una final, pero este año se vive distinto. La gente acompaña. El sentido de pertenencia de los jugadores propios y la forma en la que se acoplaron los de afuera le hicieron muy bien. La familia va a la cancha, no te putean, el apoyo es incondicional domingo tras domingos. Todos colaboran. El pueblo está revolucionado esperando la final”.
Los Billalva ya se enfrentaron. Fue en 2016. Néstor dirigía a Acción Juvenil que se impuso en las dos oportunidades sobre Unión. Ese año el equipo dehecino ascendió y el de Olaeta perdió la chance de subir a Primera ante Alberdi.
Y llegó el turno de hablar de tener frente a su padre en un partido tan trascendente. “Cuando me inicié en el fútbol no sé si sabíamos que nos íbamos a enfrentar. Trabajamos juntos hasta que me abrí. Ya nos enfrentamos en 2016, pero esto es distinto. Es una final. Uno se queda con la gloria. Ambos hicimos una buena campaña. Para él por ahí no era la idea cuando llegó al club ya que el objetivo era para el año que viene. Trabajaron bien y llegaron a esta final”, expresó.
“Hablar de lo que se siente es complicado. Son sensaciones encontradas, más del lado de él. Es mi padre, amigo, el ídolo futbolístico que uno tiene. Va a ser una final movida. Sabemos que somos profesionales y tenemos que dar el máximo para que nuestros equipos consigan la victoria, más allá del logro personal. Para la familia va a ser muy sentimental.
Con la banca de la mamá y la hermana
La final por el tercer ascenso a Primera A entre Belgrano de Coronel Moldes y Unión de Olaeta no solo enfrenta a Néstor y Jeremías Billalva como entrenadores, sino que también ponen en una situación “difícil” al resto de la familia: María Inés y Agustina.
María, esposa de Néstor y mamá de Jeremías, no dudó en afirmar que quiere que gane su hijo. Para Agustina fue un poco más complicado, pero también, aunque con un poco menos de énfasis, se inclinó por su hermano, especialmente por lo que Olaeta significa para su familia.
“Olaeta me dio una familia, amigos. Los dos se iniciaron en el fútbol en Olaeta. Prioricé el fútbol y los acompañé a todos lados. Pero en este caso al estar mi hijo, la prioridad es él. No es una situación cómoda. Si llega a ganar Néstor también lo festejaré, pero primero está mi hijo”, expresó.
Por su parte, Agustina dijo: “Mis sensaciones son muy encontradas, con mucho sentimiento, emoción. También mucha felicidad porque los dos equipos llegaron a esta instancia y que mi padre y mi hermano puedan demostrar lo buenos entrenadores que son y lo bien que juegan sus equipos”.
“Conozco sus modos de trabajar y se lo importante que es para cada uno. Lo mucho que laburan para lograrlo. Que estén los dos y que sólo uno pase me parece injusto y doloroso. Por un lado es mucha felicidad y por otro tristeza que quede uno en el camino. Al que le toque al otro lo va a poner feliz. Los dos se lo merecen”, añadió.
“Olaeta es el pueblo de donde son mis abuelos, mi papa, de gente que quiero y nos quiere mucho. Tengo un gran sentimiento. Creo que me tiro más por Olaeta, porque pienso en mis abuelos y mi familia aparte de mí. Que gane el mejor y que sea un gran evento que recordemos por mucho tiempo”, finalizó.