“Siempre cuando íbamos a otro lugar, ya sea de vacaciones o por otro motivo, buscábamos relojes. Veíamos los que estaban en las iglesias o edificios importantes y, en uno de esos viajes, dijimos: ‘Cabrera no tiene un reloj grande. Estaría bueno poner uno en frente de casa’”, comentó el vecino a Puntal, recordando cómo surgió la idea.
El aparato se convirtió rápidamente en una postal icónica de la localidad. Residentes y visitantes lo tomaron como un símbolo, e incluso se volvió popular entre aquellos que buscaban un lugar para tomarse fotos, dado que además la vivienda está ubicada frente a la plaza central.
“La gente lo hizo propio, muchos se llegaban desde los barrios y hasta las quinceañeras lo eligieron como fondo para sus fotos”, explicó. El reloj de la familia Mellano no solo brindaba la hora, sino que también se transformó en un punto de encuentro y referencia.
Un legado que volvió a latir
Durante más de una década, el reloj funcionó sin interrupciones, gracias al mantenimiento que realizaba un relojero de Río Cuarto. Sin embargo, cuando este falleció, su hijo continuó con el servicio, pero al cabo de un tiempo, dejó de hacerlo. Esto llevó a que el aparato se detuviera y la búsqueda de una solución comenzó. El cabrerense, decidido a no dejar que el símbolo de la ciudad se apagara, se puso en contacto con Humberto Borgogno, un peluquero y aficionado a la relojería.
La gente lo hizo propio, muchos se llegaban desde los barrios y hasta las quinceañeras lo eligieron como fondo para sus fotos”
El hombre, conocido por su habilidad para reparar objetos antiguos, asumió el desafío de devolverle vida al reloj. Según Mellano, no solo logró que el mecanismo volviera a funcionar, sino que también lo mejoró en ciertos aspectos. “Humberto es apasionado por la reparación de objetos. Es la persona que había que encontrar para que arreglara el reloj”, expresó el vecino, satisfecho con el resultado.
Renovación con nuevos detalles
La reciente intervención no se limitó solo a su reparación. Mellano decidió hacer algunos cambios estéticos que incluyeron el reemplazo de los números romanos por los números arábigos, de uso más común. Además, se incorporaron luces LED para mejorar su visibilidad durante la noche, y un detalle significativo fue la adición del nombre “Flia. Mellano” en el lugar donde los relojes suelen colocar las marcas.
La respuesta de la comunidad no tardó en llegar. La publicación de la foto del reloj renovado en redes sociales fue ampliamente comentada y celebrada por los vecinos de la localidad y alrededores.
“Esperemos seguir disfrutando del reloj, porque siempre la gente venía a sacarse fotos. Es un orgullo poder mantenerlo funcionando”, concluyó el vecino.
Con esta renovación, el reloj de esta familia de Cabrera sigue siendo un ícono presente y significativo en la población, manteniendo su lugar como parte de la identidad local y como escenario de innumerables momentos especiales para los ciudadanos.