A esa caída tan notoria hay que sumarle que no llegan fondos para obras y que las transferencias a las provincias se han convertido en un privilegio para unos pocos aliados de la Casa Rosada. “Los gobernadores empezaron a marcar un límite. Porque además están viendo que los toman por estúpidos;les prometen, les prometen pero nunca les cumplen”, detalló un funcionario cordobés.
En la última semana se plantaron en dos oportunidades:en el CFI, de donde surgió un planteo uniforme y un pedido de audiencia, y en el Congreso, donde a diferencia de lo que ocurrió el 21 de mayo, Diputados no sólo dio quórum sino que además aprobó un aumento del 7,2 por ciento para los jubilados, la suba del bono a 110 mil pesos y la restitución de la moratoria, tres variantes poco menos que demoníacas para la concepción económica y social de Javier Milei.
El Presidente volvió a patalear en su ámbito predilecto, la red social X, pero el gobierno abrió a la vez una negociación con los gobernadores. Pareció entender el mensaje:hay mecanismos que se pueden usar para hacerle daño a la Casa Rosada. Aunque Milei jure que no le tiembla el pulso a la hora de vetar, cada episodio es más costoso que el anterior, sobre todo porque la calidad de vida sigue deteriorándose para los jubilados.
En las próximas horas, una comisión de gobernadores se reuniría con Guillermo Francos, aunque las expectativas no son precisamente desbordantes.Desconfían de la Casa Rosada y del interlocutor: señalan que el jefe de Gabinete acuerda y se compromete pero después, puertas adentro, le dicen que no. “Perdió credibilidad como negociador porque muy poco de lo que dice termina cumpliéndose. Claramente la chequera pasa por otro lado”, relató un dirigente del peronismo cordobés.
A los gobernadores se les empezó a agotar la paciencia. Llaryora, por ejemplo, se trajo de Buenos Aires el “trofeo” de haberle arrancado a Milei 5.000 millones de pesos mensuales por la Caja de Jubilaciones pero la baja de la coparticipación representó una pérdida de 156 mil millones de pesos. Ese sí es un problema. Por si fuera poco, las perspectivas hacia adelante no son alentadoras.
En ese contexto hay que entender lo que ocurrió en Diputados y lo que podría pasar en el Senado. Los gobernadores ya no parecen dispuestos a pagar costos políticos en temas delicados como los jubilados mientras como contraparte sólo reciben menos que antes.
“Nosotros somos un equipo en función de gobierno. Tenemos responsabilidades de gestión. Y actuamos en consecuencia”, relataron en el oficialismo provincial.
Los diputados del cordobesismo, entre ellos el riocuartense Carlos Gutiérrez, fueron, a diferencia de la ocasión anterior, fundamentales para que hubiera quórum; no sólo eso:además votaron a favor el proyecto para elevar las jubilaciones.
En el oficialismo provincial señalan que Milei está tensando la cuerda con demasiados actores a la vez y que todos son sensibles: los jubilados, los médicos del Garrahan, las personas con discapacidad, los investigadores. De ahí que al gobierno de Milei se lo asocie a la insensibilidad: pero, además, es una insensibilidad que no necesariamente está mostrando ser conducente. El sacrificio suele justificarse con expectativas o resultados, presentes o futuros, y el Presidente tiene un gran activo que es la baja de la inflación pero, socialmente, no mucho más.
En el cordobesismo apuntan otro sector crucial en la construcción de su discurso y en su concepción de gobierno y que está acumulando cada vez más signos de incomodidad con Milei: la producción. “Lo que pasa es que el discurso se va agotando. Siempre los reivindican, les dicen que los van a tener en cuenta pero al final es una promesa que siempre se patea para adelante”, indicó un dirigente del PJ. Un capítulo es el de las retenciones pero el más reciente, y que todavía no ha terminado de desarrollarse, es el del Inta. En la Cámara de Diputados, el miércoles recibirán a los directivos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria porque el “coloso” Federico Sturzenegger, el Ángel Desregulador, ya anticipó que será uno de los próximos organismos por donde pasará la motosierra. No sólo se achicaría sino que además se alteraría la representación interna que existe actualmente.
Para Llaryora, el campo es uno de los aliados clave a resguardar. Más todavía en la antesala de las definiciones electorales. Por eso los gobernadores han decidido plantarse en los últimos días: porque las cajas crujen y porque, además, esa situación los hace menos propensos a pagar costos políticos asociados al gobierno de Milei.
En Diputados, en la sesión especial de la semana pasada no sólo el peronismo cordobés tomó notoriedad por su decisión de dar quórum. Al frente, el radicalismo volvió a desatar comentarios aunque por lo contrario:el bloque conducido por Rodrigo De Loredo no sólo no habilitó el quórum sino que después se abstuvo de votar en general el proyecto de los jubilados. El episodio fue, como era de prever, aprovechado por sus adversarios internos en la provincia, fundamentalmente por Ramón Mestre, para reprocharle que, una vez más y con el objetivo de conseguir una candidatura, los diputados radicales tomaron posiciones alejadas de lo que la UCR representa.
Cerca de De Loredo salieron a explicar después que, en realidad, se abstuvieron en general pero acompañaron el artículo que otorga un 7,2% a los jubilados. En paralelo, rechazaron la moratoria. Es decir, recorrieron todo el arco de posibilidades para una misma votación. Públicamente, esas aclaraciones suelen ser difíciles de asimilar:el radicalismo de De Loredo intenta hacer tanto equilibrio que confunde.
Al excandidato a intendente de Córdoba parece pesarle su pertenencia. Está cerca de Milei pero una parte del radicalismo lo tironea. Además, es casi de la vieja guardia: es de esos diputados al que la posibilidad de pagar un costo político les preocupa. Distinto es el caso de los libertarios, por ejemplo, o el de la riocuartense Belén Avico, que también votó en contra de un aumento ínfimo para los jubilados, pero no da explicaciones ni parece demasiado temerosa de las consecuencias.
Son esas ataduras, esa referenciación a su pertenencia política la que puede terminar complicándole a De Loredo la posibilidad de integrar la lista de La Libertad Avanza en Córdoba para octubre. Los estrategas de Milei pretenden un purismo libre de matices.
Si los libertarios terminan inclinándose por una lista íntegramente violeta, entonces De Loredo deberá volver a asentarse en el radicalismo y a tratar de conseguir el mejor resultado posible. Todo un riesgo. La UCR viene de cosechar sólo el 2% en Buenos Aires.
¿Sería beneficioso para Llaryora que el mileísmo y el filo-mileísmo vayan separados?Para el gobernador podría implicar el debilitamiento de un actor relevante para 2027 -De Loredo- pero el surgimiento de un referente libertario atado a la suerte de Milei.
Mientras tanto, Llaryora continúa con su propia estrategia de despliegue territorial. Y con su pretensión de tener una obra en cada pueblo. Una de las incógnitas es el sur, sobre todo si Juan Schiaretti no va a candidato ¿Pondrán a un referente de la región para tratar de traccionar votos? En el Centro Cívico de Río Cuarto están impulsando a Juan Manuel Llamosas, que va a comenzar a recorrer con una mirada más política el sur. El exintendente se asienta en dos encuestas, una de ellas encargada por la Municipalidad, y que lo ubican con el 78% de imagen positiva, bastante por encima de la que tenía cuando dejó la intendencia.
En el esquema de Llaryora, esos referentes territoriales pueden tener peso de cara a octubre. Y también los intendentes. Por eso, una de las necesidades electorales es que Guillermo De Rivas encamine su gestión. Para conseguirlo deberá evitar, entre otros aspectos, la tendencia a reiterar episodios como el de la Maternidad Kowalk, que fue pensado como un anuncio positivo, como el lanzamiento de una modernización de esa institución histórica, y que, por un notorio error de comunicación, terminó convirtiéndose en un tiro en el pie.