Susto, corridas, miedo, llanto y partido detenido. Una síntesis apretada de lo que ocurrió dentro y fuera del estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, donde cuando se jugaban 30’ del primer tiempo, el cotejo que protagonizaron Godoy Cruz Antonio Tomba y Belgrano de Córdoba, debió ser suspendido.
Es que cuando un grupo de unos 600 hinchas intentó ingresar sin entradas ya con el partido comenzado y la policía actuó lanzando balas de goma y gases lacrimógenos. Ese fue el momento de caos.
Cuando se empezaron a escuchar varias detonaciones en las inmediaciones del estadio, automáticamente, un grupo de la barrabrava del Tomba se alejó de la tribuna popular y acto seguido una lluvia de piedras comenzaron a volar desde adentro y afuera del recinto.
Tras más detonaciones y corridas en ese sector del estadio, el árbitro Leandro Rey Hilfer suspendió por unos minutos el partido, alertados por el propio público. Muchos de ellos mujeres y niños que fueron evacuados desde la tribuna popular a la zona de plateas, o incluso el mismo campo de juego, para intentar resguardarse de la lluvia de piedras y los gases lacrimógenos.
El efecto de los gases lacrimógenos en la cara del niño en brazos de su padre
Los llantos de los chicos y bebés, más la preocupación de sus familiares, llevó a que los mismos jugadores de Godoy Cruz se acerquen a la zona y les pidan a los violentos que terminen con esta actitud que ponía en peligro a todos.
Los bomberos también actuaron y permitieron que este gran grupo de hinchas pueda pasar a un sector de plateas, mientras de fondo se escuchaba a la gran mayoría de fanáticos del Tomba cantar contra su propia barrabrava: “Que se vayan todos, que no quede, ni uno solo”. Tras algunos minutos donde el susto se apoderó de todos, la calma retornó al estadio y el árbitro dispuso la reanudación del encuentro.