Lo más virulento que hicieron los dirigentes radicales que escucharon el discurso fue tuitear. Rodrigo De Loredo, jefe de la bancada en Diputados, repudió las palabras de Milei en la red social X. Hasta ahí. Venía, horas antes, de vanagloriarse públicamente porque el radicalismo, su bloque, le había dado al Presidente los votos que necesitaba para avanzar con la privatización de Aerolíneas.
No parece haber sido casual la diatriba de Milei contra Alfonsín. Ni por la fecha ni por el lugar. Lo dijo en una provincia que alguna vez pareció ser genéticamente radical. El Presidente urgó con su frase en la crisis interna que arrastra la UCRy la intensificó. Y profundizó así la atomización que ya vienen padeciendo los partidos tradicionales. Ganancia para él.
A los radicales acuerdistas, o con peluca, Milei los somete cada vez a más pruebas. Como en una relación tóxica, el libertario parece estar eternamente disconforme con las manifestaciones de amor que le profesa ese sector de la “oposición dialoguista”. El Presidente ya ha demostrado y dicho que no sólo desprecia y detesta lo que el radicalismo piensa sino también lo que representa. Ya arremetió contra sus concepciones y sus símbolos -o lo que quedó de ellos- y ahora también la emprende contra sus próceres.
A los radicales que quieren ser sus socios les está exigiendo que se despojen de todo, incluso de su historia. Mauricio Macri, que tampoco simpatiza con la UCR, jamás les pidió tanto. Ahora, la incógnita es qué límites propios están dispuestos a traspasar los radicales acuerdistas para seguir siendo aceptados por el poder libertario. ¿Van a renunciar a todo con tal de ser acogidos en la categoría de socios minoritarios, muy minoritarios, del oficialismo?¿Todo por una figura como Milei?Hasta el momento, parece ser que sí.
En tierra cordobesa, el jefe de Estado también tuvo un encuentro con MartínLlaryora. En el palco y ante los empresarios que ovacionaron a Milei, el gobernador planteó que el país debe construirse con las provincias adentro. Lo dijo en medio de la negociación por el presupuesto 2025 que se está produciendo en el Congreso, y que está empantanada, y justo cuando se rumoreaba que se anunciarían nuevos recortes para las provincias.
Milei quiere que el ajuste siga el año próximo pero, como hay elecciones, pretende que el costo mayor lo paguen los gobernadores. La intención de Llaryora, obviamente, es la contraria: que la negociación por el presupuesto, en la que el oficialismo necesita sumar votos por fuera, sea la instancia para asegurarse fondos que le permitan pagar las jubilaciones sin contratiempos y seguir con las obras.
Llaryora tiene que encarar esa negociación de manera que no se convierta en una confrontación directa con Milei. ¿Por qué? Porque sabe que, en Córdoba, el Presidente cosecha todavía un alto índice de imagen positiva. Los radicales, por supuesto, tienen el mismo dato y, por eso, la corriente De Loredo intenta pegarse al libertario. Si no lo hace, la elección de 2025 podría convertirse en un hito traumático para ellos.
Para el gobernador, las noticias que llegan desde el Congreso no son alentadoras. El diputado Carlos Gutiérrez, uno de los negociadores con el Gobierno, acaba de decir públicamente que el oficialismo responde a todo que no, que no acepta cambiar ni una coma del proyecto original. De ahí, la duda sobre si existe voluntad real de que el presupuesto se apruebe.
A los diputados del PJcordobés les interesan fundamentalmente dos temas:uno por su significado político, otro por su carga financiera. El bloque Encuentro Federal, que integra el PJcordobés, hizo una propuesta para reforzar en 2025 los fondos para las universidades públicas. Y reclamó, además, que se garanticen las partidas para las cajas de jubilaciones no transferidas. La Provincia reclama, por ese concepto, casi 500 mil millones de pesos al día de hoy.
“Nos encontramos con una cerrazón total”, manifestó Gutiérrez.
Todavía quedan 18 días de negociaciones pero, a juzgar por los antecedentes, en el oficialismo provincial no derrochan optimismo. Llaryora está diseñando la arquitectura financiera de 2025 con una lógica que no prevé un acuerdo con la Casa Rosada.
El gobernador ya les transmitió ese criterio a los intendentes. A algunos con los que habló personalmente le repitió un concepto de corte mileísta:no va a haber plata y cada municipio debe autosustentarse. Los recursos con que cuente la propia Provincia irán a financiar obras de infraestructura estratégicas;el oficialismo ya está mirando no tanto hacia 2025 sino hacia 2027.
En una de las charlas que tuvieron, Llaryora le recomendó a Guillermo De Rivas que dedicara sus esfuerzos iniciales a ordenar las cuentas.
En el Palacio Municipal señalan que el desfasaje entre ingresos y gastos, que llegó a ser muy abultado, hoy está en el 14 por ciento.
El objetivo es que en el 2025 se restablezca el superávit. De Rivas lo dijo en la presentación del presupuesto, el primero de su gestión, que hizo el jueves en el Salón Blanco. El proyecto contempla un incremento del 119 por ciento en el monto global pero, más allá de los datos, el intendente planteó un concepto que tendrá un correlato en la realidad. Habló de que Río Cuarto debe conseguir su autonomía financiera. ¿Qué implica esa definición?Que la ciudad tiene que conseguir una equivalencia entre el costo de los servicios que presta y los impuestos que recauda. Parece una obviedad, pero esa ecuación hoy tiene un desequilibrio no menor. El Inmobiliario, por ejemplo, sólo alcanza para financiar uno de cada 3 pesos de los servicios que debería cubrir:alumbrado e higiene urbana.
El proyecto de presupuesto que se debatirá en el Concejo Deliberante incluye una rezonificación que apunta a balancear esa relación. Eso implicará que algunos contribuyentes deberán afrontar en sus cedulones aumentos considerables. El gobierno todavía no explicitó en qué consta específicamente la rezonificación ni el impacto en términos económicos que tendrá para los vecinos. Sólo se dijo que el criterio será que quien goza de todos los servicios, deberá pagar una cifra acorde a lo que recibe de parte del Estado municipal. Según versiones del oficialismo, en el Inmobiliario habrá aumentos de hasta el 200 por ciento.
La pretensión de la autonomía financiera es conceptualmente lógica y hasta sana: la ciudad debe solventar por sí misma los servicios que presta. Sin embargo, ningún criterio se da en el vacío. Hay algunos aspectos y dudas a considerar:por un lado, la Municipalidad llegará con sus cedulones después de una larga cadena de aumentos que sufrieron las familias y que, en una cantidad importante de casos, las dejaron en un estado de precariedad económica. Pero, además, que los impuestos no cubran los costos de los servicios no es un hecho atribuible a los contribuyentes sino al propio Estado, que acumuló atrasos durante largos períodos de tiempo. Por lo tanto, ¿es posible recuperar de una vez lo que se resignó desde el propio Municipio?El gobierno asegura que será un proceso paulatino pero con una corrección importante en el 2025.
De Rivas sostiene que sólo con la autonomía financiera la ciudad podrá ir acompañando su propio proceso de crecimiento -hoy tiene un déficit profundo en materia de infraestructura- y además planificar su desarrollo a mediano plazo.
Esa meta, en el contexto actual, tal vez se encuentre con un condicionante:el costo político que puede generarle al gobierno la carga tributaria que implicará para los vecinos. Sin embargo, De Rivas parece decidido:señala que está dispuesto a pagar los costos que sean necesarios para hacer los cambios que él cree que deben hacerse. “No voy a quedarme quieto por temor a los costos. Para eso, me hubiera quedado en mi casa”, dice.