A Miguel Candela y José Riba los une la pasión por el Turismo Carretera y viajar para disfrutar de este deporte es parte de un ritual que se repite los fines de semana para seguir las competencias. Pero ahora, junto con Carlos Ragusa, un amigo rosarino, emprendieron una aventura que los llevará a recorrer varios países de América y llegar finalmente a Alaska.
En un motorhome partieron desde Hernando el pasado 15 de abril y en estos últimos días se encontraban recorriendo Perú y las ruinas del Machu Picchu, para luego continuar el recorrido que los llevará a desandar unos 13.013 kilómetros, que es la distancia que separa la ciudad cordobesa con Alaska, estado reconocido por su naturaleza y sus impresionantes glaciares.
Miguel Candela, uno de los hernandenses integrantes de esta aventura, contó a Puntal cómo se gestó este proyecto viajero, que ya los tiene rodando por distintos países.
“Somos tres amigos de la vida. Los tres tenemos motorhome y somos apasionados de las carreras de autos. Nos gusta el Turismo Carretera y coincidimos en distintos lugares”.
Hace alrededor de cuatro a cinco años atrás surgió “la loca idea; entre copa y copa, entre ferné y ferné, como los cordobeses, de hacer un viaje”. En principio, iban a ser seis las personas en sumarse y en dos motorhome. Pero a último momento quedaron la mitad de los viajeros. “De a poco se fueron bajando y al final quedamos nosotros tres”, menciona Miguel.
Así, el pasado 15 de abril, y tras una despedida que compartieron con sus familiares, iniciaron el recorrido.
También hubo vecinos que se acercaron a saludarlos, ya que el viaje los tendrá alejados de su Hernando natal por varios meses.
Miguel detalla que el vehículo que a su vez es su hogar es una Sprinter 516, chasis, cabina, carrozada como motorhome por la firma de Villa Gobernador Gálvez.
“Lo que nos moviliza a hacer este viaje es que estamos en una edad en la que lo podemos disfrutar y compartir momentos juntos. Lo hacemos para que la vida no se nos escape. Vos sabés que hoy estamos, mañana no sabemos”, resumió Miguel Candela.
Y recalcó que no van con un rumbo fijo predeterminado. Así, sin hoja de ruta van parando en los lugares donde el paisaje, el lugar, su gente, los atrae y pasan allí la noche para luego continuar el largo viaje.
Primera etapa
“La primera noche paramos en Termas. Después en la Aduana, en el límite con Chile. Recorrimos Chile y por estos días estamos en Perú”, detalló Miguel.
Asombrados por la diversidad de los paisajes, las costumbres y las culturas, se preparaban en la mañana del sábado pasado para recorrer las ruinas del Machu Picchu. “De ahí vamos a ir siguiendo para el norte. La idea es un viaje de tres meses a cuatro meses”.
En el camino deberán atravesar a Panamá y allí embarcar el motorhome en un ferry que demora alrededor cinco días en pasar la selva. “No hay otra forma de atravesar esa zona”, aclara.
Consultado sobre cómo tomaron sus familias esta decisión del viaje entre amigos. Miguel recalca: “Con mucho amor, con mucho cariño, con mucho respeto”. Y con la recomendación de que se cuiden y disfruten.
Hoy la multiplicidad de los medios para comunicarse y las redes sociales permiten que el contacto y las distancias se acorten. Y casi al instante poder compartir con sus familiares una imagen del lugar donde se encuentran y hasta hacerlos partícipes de los recorridos a través de videos.