El Palacio del amor
En la Municipalidad de Río Cuarto se está viviendo un verdadero culebrón, una historia que bien podría ser una de esas famosas (y melosas) novelas turcas que suelen ocupar el prime time de la TV.
La historia tiene todos los condimentos necesarios para despertar la intriga de una ciudad que no se imagina lo que pasa puertas adentro del Municipio.
Lamentablemente, en este caso el Chasqui va a ser el malo de la serie y va a spoilear toda la trama de una verdadera historia de amor, traición, encubrimiento y desengaños.
Vamos a comenzar con los actores de esta melosa historia de amor (?).
El protagonista principal es uno de los secretarios del Municipio, un galán maduro que por lo que pudimos averiguar ya tiene un largo currículum en este tipo de historias.
La protagonista femenina es una de las secretarias de este galán maduro, quien de tanto compartir arduas jornadas laborales parece haber encontrado el amor en su jefe.
Los actores de reparto son muchos, pero los que tienen mayor protagonismo son el resto de los integrantes del gabinete municipal, quienes conocen la historia y están haciendo malabarismos para que la misma no salga a la luz públicamente.
Hasta aquí podrán advertir que la historia prohibida de dos amantes (al menos uno de los dos protagonistas estaría casado) transita por los carriles casi normales de una taquillera novela rosa, pero llegó el momento de un capítulo crucial en este culebrón: el día que los descubren.
Vamos a poner en contexto a nuestros lectores para que disfruten de la mejor manera esta escena trascendental de la serie:
Mañana fría en Río Cuarto, jornada bulliciosa dentro del Palacio Municipal, presiones cotidianas para nuestro galán maduro, quien por momentos parece derrumbarse ante las exigencias de la gestión y las cosas que aparentan no ir bien en casa. En medio del caos en el que parece haberse convertido su vida, ingresa ella, la única persona que parece entenderlo, la que siempre tiene un oído dispuesto para escucharlo, organizarle sus ideas y darle esa contención que no recibe en otros lados.
“Tranquilo, secretario, usted es el mejor de la gestión…”, le dice nuestra protagonista mientras levemente roza su brazo con la punta de sus finos dedos. En ese momento las miradas de nuestros dos protagonistas se cruzan y ya nada podrá impedir que ambos no les den riendas sueltas al amor y la pasión que tienen contenidos.
Embargados por las urgencias de la pasión y por el placer de lo prohibido, ambos se olvidan de todo y todos y en un acto desenfrenado comienzan a volar sus ropas por todo el despacho.
Lo que nuestros protagonistas no esperaban era que, en plena faena amorosa, alguien ingresara al despacho del secretario en el Palacio Municipal y se encontrara con esa escena digna de “50 sombras de Grey”.
A partir de ese momento la vida del galán maduro y su secretaria dieron un vuelco de 180 grados, ya que mientras tratan de contener todas las traiciones que hay dando vueltas en la historia para que no se conozca públicamente lo que pasó, se debaten por mantener las apariencias o gritarle al mundo lo que les pasa.
Lo que aún no sabemos es si verdaderamente el secretario está enamorado o si el frío lo pone brioso y se trató solamente de un rapto de pasión.
El Chasqui seguirá investigando para conocer los pormenores de esta historia y en las próximas ediciones develar la identidad de los protagonistas.