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"La historia dejó de verse como algo aburrido y obsoleto"

Lo aseguró María Rosa Carbonari, doctora en Historia y docente de la Universidad Nacional de Río Cuarto, quien recientemente se ha jubilado después de dar clases durante más de 30 años

A pocos días de haberse jubilado después de más de tres décadas como docente, la doctora en Historia María Rosa Carbonari habló con Puntal sobre los desafíos de las nuevas generaciones y destacó que la historia dejó de verse como algo aburrido y obsoleto. Al mismo tiempo, la destacada educadora se refirió a su pasión por la historia local y regional.

Describiendo el lugar que uno habita también puede entender el mundo. Muchos han pensado que la historia es lo que pasa en el resto del mundo y no lo que nos pasa a nosotros. Con nuestro equipo de investigación empezamos a cambiar esa idea y a pensar desde lo local. Describiendo el lugar que uno habita también puede entender el mundo. Muchos han pensado que la historia es lo que pasa en el resto del mundo y no lo que nos pasa a nosotros. Con nuestro equipo de investigación empezamos a cambiar esa idea y a pensar desde lo local.

-¿Por qué eligió a la historia como campo de estudio?

-Por varias razones. Una de las motivaciones es reconocer la historia de acuerdo a la localidad en la que uno está. Cuando empecé a estudiar, en la década del 80, se sabía muy poco. Además, tanto a nivel local como nacional era necesario recuperarnos históricamente y reconocer todas las problemáticas que estábamos atravesando. Por otro lado, muchos se fueron quedando con que en Río Cuarto teníamos “cuatro ranchos y un convento”, como dice la canción (Villa Heroica), y la realidad es que había más que eso. Tuvimos que indagar, buscar y construir la historia desde el lugar que uno habita. Eso siempre me pareció importante. Describiendo el lugar que uno habita también puede entender el mundo. Muchos han pensado que la historia es lo que pasa en el resto del mundo y no lo que nos pasa a nosotros. Con nuestro equipo de investigación empezamos a cambiar esa idea y a pensar desde lo local. Es decir, invertimos la perspectiva de análisis, donde miramos desde el punto de vista local lo que sucede en el mundo y cómo lo asumimos e interactuamos. No somos un apéndice de la historia mundial. Eso es lo que me llevó a estudiar e investigar y es el legado que yo le he dejado al equipo de investigación en el que he trabajado. O sea, tratar de mirar desde lo que uno hace.

-Conocer los orígenes de nuestra historia…

-Claro, eso es lo que me pasó a mí, empezar a conocer la rica historia colonial que nosotros tenemos. Muchas veces la historia de Río Cuarto aparece desde que la villa se transformó en ciudad, donde se niega lo anterior. Me refiero a la historia de las fronteras y de la conflictividad fronteriza. Hoy, nosotros tenemos varios trabajos en la Universidad que hacen ese análisis. Tenemos una rica historia, pero a veces no se la conoce. Muy pocos saben, por ejemplo, que la Villa de la Concepción tenía un Cabildo, es decir, tenía un gobierno propio, pese a que dependía de otra ciudad.

Son muchos los desafíos porque la historia se ha ampliado como un abanico. Hay varias temáticas que empiezan a trabajarse. La historia local y regional es una, pero también está la cuestión de género, la sexualidad, la historia del presente, entre otros aspectos. Son muchos los desafíos porque la historia se ha ampliado como un abanico. Hay varias temáticas que empiezan a trabajarse. La historia local y regional es una, pero también está la cuestión de género, la sexualidad, la historia del presente, entre otros aspectos.

-¿Se ha incorporado más la historia local y regional a la currícula de las escuelas?

-Se ha incorporado muchísimo más. En 2010, para el bicentenario, se hizo un programa de televisión que resultó muy interesante. La gente se empezó a preguntar por qué no se les había enseñado al respecto en la escuela. Hoy está más incorporado. Son las nuevas generaciones las que más están aportando. No es sencillo. La formación de la currícula todavía tiene una fuerte impronta de los procesos macro en detrimento de los micros o locales. Cuando se reformó el plan de estudio en 1998 se incorporó un seminario de historia regional y empezamos a trabajar, pero sería necesario que se transforme en disciplina porque, a diferencia del seminario, se brinda conocimiento. A nivel nacional, se están dando buenos trabajos y se están haciendo críticas a la visión porteñocéntrica. Sucede que a nivel nacional, los medios de la Capital todavía son muy importantes y, por ende, se sigue imponiendo la historiografía nacional. Pero la gente se pregunta cada vez más qué es lo que pasaba a nivel local y regional. Esto no quiere decir que dejemos de hacernos preguntas universales, implica hacer una observación desde la localidad y el espacio que habitamos.

-¿Cuáles son los principales desafíos que tiene la nueva generación de historiadores?

-Son muchos los desafíos porque la historia se ha ampliado como un abanico. Hay varias temáticas que empiezan a trabajarse. La historia local y regional es una, pero también está la cuestión de género, la sexualidad, la historia del presente, entre otros aspectos. Hay grandes desafíos de cara al futuro. Es importante tratar de visibilizar temáticas que se producen desde el interior. La historia ya no se ve como algo lejano y distante. De hecho, desde la formación inicial el niño está preguntándose por las actividades de sus alrededores. La historia dejó de verse como algo aburrido y obsoleto que solamente la veían los que estaban encerrados en los archivos para empezar a formar parte de la vida de las personas. Por otro lado, hay que decir que la historia también va cambiando su objetivo. Inicialmente, la historia era política vinculada al estado-nación, después pasó a ser historia económica vinculada al desarrollo y últimamente la historia se relaciona mucho con la antropología y el mundo de la vida, donde se observan los líderes y los próceres, pero también a la gente común. Tratar a los vencedores, pero también a los vencidos, darles nombre y apellido a los anónimos.

El grupo

A todo esto, cabe mencionar que el Grupo de Investigación y Extensión en Historia Regional viene trabajando desde 1996 en la estructuración de diferentes actividades abocadas a estimular dentro de la Universidad Nacional de Río Cuarto el desarrollo de la historia regional.

Las acciones se han traducido en la publicación de series documentales, libros y artículos referidos a diversas problemáticas de la historia regional desarrollados en el marco de proyectos de investigación acreditados por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNRC.

Para mayor información, se puede ingresar a sites.google.com/hum.unrc.edu.ar/giehr/inicio.

Nicolás Cheetham. Redacción Puntal