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Los Andrew, el Titanic y El Durazno, una historia que aún no terminó de escribirse

Marianne Dick, sobrina nieta de Edgard, el único argentino que murió en el hundimiento de 1912, afirmó que su familia está detrás de nuevos datos vinculados al joven náufrago. Anticipó que esperan reunirse en la estancia.

La historia que involucra a la familia Andrew, el hundimiento del Titanic y la estancia El Durazno (San Ambrosio) tiene todavía varios capítulos por delante. Es que a medida que pasan los años se van conociendo nuevos detalles de lo ocurrido en 1912 con Edgard Andrew, el único argentino que perdió la vida, a los 17 años, en el barco que terminó en el fondo del océano Atlántico, tras impactar contra un iceberg.

Marianne Dick, sobrina nieta del náufrago y actual presidenta de la Asociación de Museos de Córdoba, habló sobre la realidad y los mitos que rodean al caso. Paralelamente, anticipó a Puntal que su hermano mayor (Enrique) está preparando un viaje a Estados Unidos para conocer el contenido del diario íntimo que Edgard llevaba en el Titanic, luego de que fuera recuperado por los restauradores.

“La historia de Edgard Andrew, mi tío abuelo, siempre tiene vigencia. Siempre aparece alguna cosa nueva, es increíble. Muy cerca de Villa General Belgrano, con mi esposo dirigimos el Museo del Carruaje, donde justamente tenemos el carruaje que perteneció a Adelia María Harilaos de Olmos (cedido por Ricardo Araujo, hijo). Es el carruaje que ella utilizaba en la estancia El Durazno, administrada por la familia Andrew. En ese marco, contamos la historia de Edgard, que atrae mucho a los visitantes”, comentó Dick.

-Aunque la historia se ha contado varias veces, siempre es bueno repasar los aspectos centrales…

-Samuel Andrew y su esposa Annie Robson, los padres de Edgard, llegaron a la Argentina desde Inglaterra y se radicaron en la estancia El Durazno, luego de que Ambrosio Olmos contratara a Samuel como mayordomo-administrador. Ellos vivieron toda la vida allí, donde nacieron sus nueve hijos (uno falleció de bebé). Edgard fue el penúltimo en nacer. Ethel, mi abuela materna, era una de sus hermanas. Cuando Samuel muere, Wilfred, uno de sus hijos, se hizo cargo de la estancia hasta que, a principios de la década de 1950, el campo fue entregado a los salesianos, de acuerdo a la voluntad de la viuda de Olmos (quien murió en 1949). Después de eso, Wilfred se fue a vivir a Río Cuarto. En la ciudad vivieron cuatro de los hermanos Andrew, entre los que estaba mi abuela. Luego, por cuestiones laborales, se fueron a Calamuchita, donde nacimos mis hermanos y yo. Mi madre era riocuartense, pero mi padre era alemán. Él fue tripulante del acorazado alemán Graf Spee, que se hundió en el Río de la Plata. Con lo cual, mi familia está muy vinculada al tema de los barcos.

-¿Por qué Edgard se fue a Inglaterra?

-No fue una decisión que él tomó por su cuenta. Se trató de una disposición de sus padres. En esa época, el anhelo de ellos era enviar a sus hijos a estudiar a Inglaterra para que regresaran a la Argentina como profesionales. Querían seguir con su tradición y conservar su idioma. La realidad es que Edgard no quería viajar, porque se había acostumbrado al campo. A él le gustaba mucho la vida en la estancia. Además, tenía muchas amigas y amigos. También es real que no era muy afecto al estudio. En definitiva, fue obligado a viajar por sus padres y sus hermanos mayores. Ellos lo consideraban como un chico divertido, pícaro y un tanto vagoneta. Tenía 16 años cuando salió de Argentina.

-¿Cuánto tiempo estuvo en Inglaterra antes de partir con destino a Estados Unidos?

-Estuvo cerca de un año. Edgard tampoco tenía planificado viajar a Estados Unidos. Su madre estaba muy preocupada porque no sabía qué era lo que estaba haciendo en Inglaterra. Por eso, habló con su hijo mayor, Silvano Alfredo, quien residía en Estados Unidos, y le expresó sus dudas. Con la excusa de su casamiento, Silvano le pide a Edgard que viaje a Nueva York con la idea de que se radique allí para estudiar o trabajar. Paralelamente, una de sus amigas favoritas (Josey Cowan) estaba por viajar desde Argentina a Inglaterra. Eso tampoco lo animaba a partir hacia los Estados Unidos y menos que menos en el Titanic.

-¿Por qué no quería ir en el Titanic?

-Edgard tenía pasaje en el Oceanic, otro barco. Sin embargo, como en ese momento había una huelga de carboneros, todos los barcos le cedieron su carbón al Titanic, ya que tenía fecha establecida para realizar su viaje inaugural. Edgard no quería viajar en el Titanic porque salía mucho tiempo antes que el Oceanic y eso le impediría encontrarse con su amiga. Fue allí cuando escribió la famosa carta premonitoria, en la que puso que “desearía que el Titanic estuviera en el fondo del mar”.

-Varias veces se dijo que Edgard y Josey tenían una relación amorosa y que planificaban casarse, ¿es real?

-Eso no está comprobado. Hay muchas cosas que se dicen que no están confirmadas. Lo que sabemos es que Josey era una amiga especial.

-¿Dónde dejó la carta?

-La dejó a sus familiares en Inglaterra. Luego, al llegar desde Argentina, su amiga encuentra la carta y la noticia de lo sucedido con el Titanic. Después, ella entrega la carta a la familia Andrew. En la actualidad, la conserva mi hermano Enrique, quien escribió un libro titulado “Una valija del Titanic… y otras historias de mar y tierra de la familia Andrew”.

-Otra de las versiones que se han contado con frecuencia dice que Edgard le entregó su salvavidas a una mujer que logró salvarse gracias a ese gesto…

-Edwina Troutt (la mujer a la que Edgard ayudó) conocía al mayor de los hermanos, Silvano, y según un breve artículo en “Caras y Caretas” ella le habría contado a él su odisea.

-También se aseguró que Edgard se tiró al mar…

-Ese dato se conoce primeramente por lo contado por un antiguo vecino de Río Cuarto en una entrevista en 1974, pero no está comprobado. Particularmente, yo podría creer que se tiró al mar, porque hace unos años se encontró una valija de él fuera del barco. En el año 2000, en una de las expediciones que se hicieron, uno de los submarinos robóticos encontró una pequeña valija en perfecto estado de conservación fuera del casco del barco. La sacaron del mar y, tras un proceso de conservación, la abrieron y encontraron una serie de objetos, como libros, un tintero, pantuflas, cartas, postales, entre otros elementos. En 2001, cuando se presentó una exposición sobre el Titanic en Buenos Aires, mi hermano se enteró de su existencia y pudo sacar fotos. Es decir, gracias a que mi hermano reconoció las cosas, se supo que la valija encontrada era de Edgard. Pero la historia sigue viva. Parece que se ha reacondicionado el libro diario de Edgard. Mi hermano tendrá que viajar a los Estados Unidos para acceder a su contenido.

-¿Cuál fue la reacción de los Andrew cuando se enteraron de que Edgard había muerto en el hundimiento?

-En ese momento, el papá de Edgard ya había fallecido. En tanto, su madre quedó destruida por lo ocurrido. Y claro, también sus hermanos, que en parte habían insistido en enviarlo a Inglaterra.

-¿La historia de Edgard siempre estuvo viva en la familia?

-Sí, siempre se habló al respecto. Mi abuela (hermana de Edgard) siempre tenía cosas para contar. Ella se levantaba de la siesta y preparaba el mate y nosotros, con mi hermano, íbamos a escuchar sus historias.

-¿En qué momento la historia de su tío abuelo tomó trascendencia pública?

-El boom grande vino con la película (del año 1997), pero comenzó cuando encontraron el Titanic, en 1985. Cuando apareció, se empezaron a buscar las historias.

-Hay otra versión que indica que se tomó parte de la historia de Edgard para crear el personaje del protagonista de la película, Leonardo DiCaprio…

-Eso no es real. Hay mucha gente que se confunde al respecto. Cuando se realizó la película no se conocía la historia de Edgard.

-¿Su familia suele visitar la estancia?

-Sí, nosotros nos hemos reunido varias veces en la estancia. La idea es volver a encontrarnos entre los primos en El Durazno. Tenemos un grupo de WhatsApp llamado “Primos Andrew” y allí nos vamos comunicando. Por el momento no tenemos fecha confirmada, teniendo en cuenta la situación del coronavirus.

Más datos

Edgard Andrew, nacido en El Durazno el 28 de marzo de 1895 (hace 125 años), fue uno de los dos argentinos que se subieron al Titanic cuando zarpó el 10 abril de 1912 desde el puerto de Southampton (Inglaterra) con destino a Nueva York. Sin embargo, el joven fue el único en morir (su cuerpo nunca fue hallado).

La otra persona de nuestro país que estuvo en el barco fue Violet Constance Jessop, una mujer que formó parte de la tripulación y que logró sobrevivir al tomar uno de los botes después del choque de la nave con el iceberg, el 14 de abril de 1912.

El trágico naufragio dejó más de 1.500 víctimas fatales.

Fotos: Gentileza Museo del Carruaje

Nicolás Cheetham. Redacción Puntal

FUENTE: Puntal.com.ar