La huerta en el verano es una actividad que suele llevar bastante trabajo. Está expuesta a las altas temperaturas y la humedad agobiante. Sin embargo, es una linda estación para la huerta. Muchos vegetales tienen su etapa de crecimiento en esta estación, lo cual permite tener una mayor variedad de alimentos para la mesa del hogar.
Huerta en verano
La primavera no es la única época del año en donde podemos sembrar nuestra huerta. El verano trae consigo la posibilidad de sembrar ciertos cultivos, algunos de rápido crecimiento, que nos permitirán cosecharlos antes que termine la temporada.
En este marco, es importante el cuidado y mantenimiento en función de las especies sembradas para que logren desarrollarse y crecer y así obtener un producto de buena calidad, sabor y tamaño.
Uno de los elementos claves para tener una buena cosecha va a ser el riego. Es fundamental que las plantas tengan la cantidad suficiente de agua. De lo contrario, veremos que crecen lentamente, con hojas amarillentas o frutos que se caen o se agrietan. Es preferible realizar riegos más frecuentes que uno solo profundo.
“Abundante riego, generar sombras y plantar lo adecuado son las recomendaciones básicas en esta estación”, describe Florencia, Ing. Agrónoma. Florencia explica que, “para lograr verduras a lo largo de toda la temporada, la clave está sembrar por etapas y no todo de golpe. Se debe tener en cuenta la luz solar y el control de malezas y plagas, que son los principales enemigos de la huerta”, aclaró.
Huerta
Dentro de las especies de esta temporada se encuentran:
Lechuga: Este vegetal de hojas verdes, a los dos o tres meses de haber sido sembrada ya podemos cosecharla hoja por hoja, a medida que va creciendo o toda la planta.
Rúcula: crece en cualquier momento del año, siendo su ciclo muy corto, de 30 a 60 días. Tiene una excelente capacidad de rebrote, con lo cual es posible cosechar de raíz o por cortes sobre la base del tallo. Es importante tener en cuenta que, al igual que la achicoria, a medida que realizamos cortes a las hojas, los rebrotes pueden resultar más duros o fuertes de gusto, por lo que, considerando la rapidez de su crecimiento, recomendamos cosechar de raíz y volver a sembrar.
Zapallo: La cosecha se lleva a cabo a los 3 - 5 meses de la siembra.
Zapallito: Cuando el fruto inmaduro toma un color verde-claro, es el momento de cosecharlos, aproximadamente a los 50- 60 días.
Melón: Según la variedad, el momento de cosecha es entre los 90 -100 días.
Sandía: El comienzo de cosecha se da aproximadamente entre los 90 y 100 días de la siembra según la variedad (45 a 50 días de la floración). Nos damos cuenta que está madura porque al golpear el fruto con los nudillos suena sordo y se secan los zarcillos.
Maíz: Se siembra a 30 cm entre plantas. Se recomienda realizar siembras escalonadas cada 15-20 días para prolongar el período de cosecha hasta marzo - abril.
Batata: Trasplante de plantines, a 35 cm entre plantas.
Como regla general la profundidad de siembra es 2-3 veces el tamaño de la semilla. Aunque para los zapallos, zapallitos, melón y sandía, es relevante considerar que el marco de plantación varía entre 1 y 1,5 metro de distancia entre plantas.
A la hora de la cosecha, “todas las verduras de hoja se pueden cortar, sin arrancar, y vuelven a crecer muchas veces, por ejemplo, hay plantas de acelga que duran varias temporadas”, explicó la especialista.
Maleza e insectos
Algunas malezas, como la gramilla o el sorgo pueden ser un gran problema. Con calor, sol y agua, crecen muy rápido sobre los canteros y ahogan nuestras plantas. Por lo tanto, hay que mantenerlas bajo control.
En el caso de los insectos, hay algunas especies que son muy seleccionadas por estos, como es el caso del tomate. Se debe revisar las plantas diariamente. Ante la aparición de chinches o animales similares, se deben utilizar insecticidas agroecológicos.
Suelo o maceta
“La falta de espacio nunca es una excusa para poder tener tu huerta. La elección del espacio determina el tipo de planta que se sembrará, pero también permite adaptar la huerta a las posibilidades de cada uno. Si tenes espacio para sembrar directamente en el suelo, podes diagramar tu huerta en canteros. Si por el contrario tu hogar no cuenta con un rincón para realizar esta tarea, las macetas siempre son la opción ideal”, indicó.
En cuanto a las macetas, se sugiere que tengas en cuenta la profundidad para saber qué sembrar. Si bien esto depende del tamaño final de cada planta, cultivos como como achicoria, cilantro, radicheta, rúcula, perejil y ciboulette se adaptan a las macetas jardineras fácilmente.
En recipientes hasta los 20 centímetros de profundidad se pueden sembrar las especies de raíces pequeñas como rabanitos, cebollas y aromáticas como menta, tomillo, orégano, estragón.
En recipientes de hasta 40 centímetros de profundidad, se puede sembrar especies de hojas: acelga, lechugas de estación, radichetas, kale, rúculas.
En recipientes mayores a 40 centímetros de profundidad, sembramos las especies que nos brindan sus frutos como tomate, pimientos, calabazas, melones, etc.
Cosecha
“En cuanto a la cosecha, muchas de las especies requieren cosecha diaria, como es el caso de los tomates o zapallitos. Debemos revisar diariamente las plantas de nuestra huerta y retirar los frutos que ya tomen color. Es importante aclarar que las frutas maduradas en la planta suelen ser más ricos. Sin embargo, en el caso del zapallito o el zucchini se retiran directamente de la planta guiándonos por su tamaño. Si dejamos los zapallitos mucho tiempo en la planta, estos van a seguir creciendo, pero se ponen amarillos y toman un sabor poco agradable”, concluyó.
Por Julieta Varroni