Casi 24 horas después de haber perdido todo en el incendio de su hogar, Laura Mazzoni volvió al inmueble siniestrado de calle Sadi Carnot 140, pero eligió no ingresar. Y la decisión fue más que entendible. Regresó al lugar para abrirle las puertas del domicilio a la arquitecta Lucía Martínez, a quien no conocía previamente pero con quien se unió en un abrazo en el primer contacto personal, con la misma empatía que cientos de riocuartenses mostraron en las últimas horas bajo una misma finalidad: ayudar a esta mamá de cuatro niños a reconstruir lo antes posible lo que hasta la mañana del martes fue su hogar.
La profesional del estudio de arquitectura local “DosM” se ofreció de manera voluntaria a relevar y dar un primer diagnóstico del estado en el que quedó la obra luego del voraz incendio que en pocos minutos arrasó con todo a su paso. Y al lugar también acudió la abogada de Laura para tomar contacto directo con el estado del inmueble y trazar las gestiones necesarias en lo que respecta a documentaciones y pericias que permitan esclarecer el suceso.
“Estoy más que colmada y agradecida de tanta ayuda, llamados y de gente que se manifiesta espontáneamente en la casa de mi mamá, para acompañarme y darme fuerzas”, resume la damnificada en diálogo con Puntal. Visiblemente conmocionada por la situación, quiebra su voz varias veces durante el relato en el que da cuenta de que tras la gran ayuda recibida su principal objetivo es reconstruir su casa. “Sé que no hay forma de levantarla sobre lo que quedó porque el peligro de derrumbe es constante, sino que hay que hacerla casi toda desde cero”, sostiene.
Una recorrida por el interior del inmueble afectado permite advertir que los daños fueron severos y de gran magnitud en todos los ambientes de la vivienda. En esa misma sintonía se aventura a dar un primer diagnóstico la profesional de la arquitectura, quien en un análisis preliminar considera propicio demoler casi la totalidad del inmueble para su reconstrucción. “Lo vamos a hablar de manera precisa con el ingeniero del estudio, pero a primera vista, desde la cocina en adelante, debería demolerse todo”, señaló la profesional.
“Infinitamente agradecida”
Laura Mazzoni transita horas de sentimientos encontrados: por un lado, la amargura y la desazón de haber perdido su casa en pocos minutos; por el otro, la esperanza y el acompañamiento que encuentra minuto a minuto por parte de la solidaridad de las personas.
“Estoy muy agradecida. Es impresionante la incondicionalidad y el nivel humano del riocuartense en sí, como vecino solidario”, describió la mujer. Es que en pocas horas recibió desde prendas y calzados para sus hijos, alimentos y dinero hasta el compromiso de empresas dispuestas a aportar material y de trabajadores que ofrecen su mano de obra sin costo para todo lo que implica reconstruir una casa.
Una de las necesidades más urgentes es encontrar un lugar físico donde poder reubicarse junto con sus hijos y sus mascotas, porque la casa de su madre, donde fueron alojados, no tiene la capacidad suficiente que demanda la familia de Laura. Lo mismo con las donaciones y en este punto encontró la ayuda del grupo scout de la iglesia de Fátima, quienes dispusieron un espacio para receptar y acopiar todo tipo de material que pueda ser necesario para la reconstrucción del hogar. Otro espacio de contención clave fue el rol del Colegio Dante Alighieri, al cual asisten sus cuatro hijos, desde donde recibe el acompañamiento institucional como así también desde la solidaridad de las familias que componen la comunidad educativa. “El Colegio tiene un rol muy especial. Mi rutina siempre fue llevar a mis hijos al colegio, ir a trabajar, retirarlos y después llevarlos a sus actividades. Se puede decir que con mis hijos formamos un equipazo y ellos son más resilientes a este tipo de hechos, aunque su mayor desesperación fue por nuestras dos mascotas, que afortunadamente no resultaron afectadas”, dijo.
Mazzoni desconoce qué posibles causas pudieron dar origen al siniestro y señaló que en el lugar no había líquidos combustibles ni tampoco algún desperfecto eléctrico que podría haber sido previamente identificado. “En el lugar no había nada combustible, ni químicos. Con mis hijos muy chicos, tengo especial cuidado en que no haya nada peligroso a su alcance”, relató. Laura volvió a mostrarse conmovida al lamentar la pérdida de sus cuatro bibliotecas con libros, los que consideró los bienes materiales que más sufre por el incendio.
“Siempre me gustó leer. Soy muy austera en mi vida y mi mayor inversión siempre fueron los libros. Mi capital siempre fue ese, sumado al afecto que uno adquiere cuando conecta con un libro”, sintetizó.