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Los incendios, la otra pandemia que devoró más de 330 mil hectáreas

Los siniestros forestales ocurridos este año, entre agosto y octubre, dejaron como saldo la destrucción total de bosques nativos, pinares de más de 3 décadas, animales y viviendas. La mayoría de los fuegos fueron intencionales

El año 2020 se despidió con un triste récord en materia ambiental. Los incendios que azotaron Córdoba dejaron como saldo 331.676,092 hectáreas quemadas, según el último dato estimativo informado por el Servicio Nacional de Manejo de Fuego.

Fueron las Sierras Chicas, Punilla y las Sierras del Sur los escenarios de estos fuegos, que devoraron pasturas, flora autóctona, plantaciones de más de tres décadas de árboles. De la misma manera, destruyeron cientos de miles de hectáreas de alambrados, murieron animales y hubo destrucción total de postes y alambres fundidos.

Fue octubre el mes en el que los siniestros se sucedieron con mayor frecuencia. A pesar de la sequía, se presume que la mayoría de los incendios fueron intencionales. La ardua tarea de bomberos, que en plena pandemia por Covid-19 debieron combatir contra las feroces llamas, fue incansable y llevó a algunos a estar varios días sin descanso. Junto con ellos, los pobladores se sumaron a la lucha.

Desde el límite con Punilla hasta Río de los Sauces, el fuego consumió todo a su paso: bosque nativo, campos de pasturas, pinares. Asimismo, hubo viviendas quemadas; una en su totalidad en Alpa Corral, y otras con daños severos.

En proximidades de Río de los Sauces, se quemaron plantaciones de pinares de más de tres décadas. “No se entiende una desgracia de esta magnitud. Nos resulta inexplicable que los fuegos hayan partido de tantos lugares distintos: norte, sur, este, oeste; a la noche, a la mañana; a la tarde. Ha sido un infierno que nos ha superado”, señalaba Aldo Rudi, uno de los productores afectados.

Vecinos que tenían pequeñas explotaciones para subsistir se quedaron sin nada.

En medio de tanta desesperación, la solidaridad se hizo presente y vecinos en toda la zona realizaron colectas y acudieron en auxilio. Camiones cargados de fardos, agua, alimento balanceado y hasta colchones partieron rumbo a los puntos más críticos.

A mediados de diciembre, la Nación declaró la zona de desastre agropecuario en Córdoba por los incendios, medida que otorga algunos beneficios a quienes sufrieron pérdidas. Aún así, no alcanza ante la dimensión de los daños.

Ríos negros y suelos muertos

Pasado el fuego, quedaron las consecuencias inmediatas, como fueron las cenizas, que con la llegada de las lluvias tiñeron de negro los ríos, y aún hoy generan problemas en los pueblos que se abastecen de estos cursos de agua. 

Para el mediano y largo plazo, queda la tarea a todos los habitantes, ya sean de pueblos o de la zona afectada, de proteger los suelos para que recuperen su capa fértil, reforestar y ayudar a la recomposición de los ecosistemas.