De esta manera, Córdoba acumula un año completo de caídas consecutivas, desde septiembre de 2024. En agosto de ese año, había mostrado un resultado positivo de su actividad del 0,6%.
Lo que alertó a los metalúrgicos cordobeses es que luego del piso de mayo, cuando hubo un desplome del 18.8% interanual, había comenzado un período de caídas menores. De hecho, en junio el retroceso fue del 11.7% y en julio, del 9,3%. El 13,1% volvió a posicionar a las industrias de esa rama cerca del piso nuevamente. De hecho, de las 12 bajas consecutivas en los niveles de actividad, la de agosto es la cuarta más brusca.
“En las principales provincias metalúrgicas se observan caídas generalizadas en todas las regiones con valores que van desde -5% hasta -13%. Se observa una desaceleración con respecto a meses anteriores”, explicaron desde Adimra.
“En Santa Fe, la maquinaria agrícola ha crecido con respecto al año pasado y ha influenciado positivamente al promedio general. Sin embargo, la provincia cayó por arriba del promedio metalúrgico al igual que Córdoba”, detalló.
Pero, ¿de qué se habla cuando se hace referencia a la industria metalúrgica? Allí ingresan poderosas ramas industriales, como la de la maquinaria agrícola, autopartes, bienes de capital, fundición, equipos y aparatos eléctricos, equipamiento médico, carrocería y remolques, y otros productos de metal.
Claramente, muchas de ellas de fuerte impacto en la economía cordobesa y en particular en el interior.
De todas esas ramas metalúrgicas, hay una sola que tuvo en agosto un resultado positivo: carrocería y remolques, que creció 3,2%. Entre las que más cayeron, aparecen fundición con 15% y autopartes con casi 14%. Algo más atrás se ubican equipos y aparatos eléctricos junto a “otros productos de metal”, según detalló Adimra.