Juan Cruz Molina acaba de concretar una meteórica carrera dentro de la estructura de un organismo clave para la producción agropecuaria en la Argentina: el INTA. Cinco años atrás decidió concursar por el cargo máximo del Centro Regional Córdoba y lo ganó. Fue su paso de la Secretaría de Agricultura provincial al plano nacional. Ahora acaba de ser nombrado al frente del INTA a nivel nacional. En el medio, había revalidado su cargo en Córdoba. Acaba de cumplir 11 años en la función pública entre Córdoba y la Nación.
Pero hubo un tiempo en el que ambos territorios se unieron, porque como secretario de Agricultura fue consejero regional del INTA.
“Fueron 4 años de la primera gestión en Inta y uno más después. En total, el 11 de diciembre cumplí 11 años de participación en lo público. Y ahora me encuentro sentado en el sillón del presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria”, le cuenta Molina a Tranquera Abierta desde la oficina principal del INTA en Buenos Aires.
Y ya se mete de lleno en su nueva gestión: “El equipo que terminó armando Fernando Vilella es un equipo que quiere co-crear, co-construir este modelo desde la estrategia de la bioeconomía para esta etapa del país que toca. Aprecio mucho a Pilu (María Beatriz Giraudo) que es la vicepresidenta, y es una genia. Tiene un conocimiento y un amor por el INTA muy particular, y una emocionalidad que la atraviesa. Incluso me enteré hace muy poco que su padre, Luis Giraudo, fue consejero directivo nacional del Inta y estuvo a cargo de la presidencia en algún momento. Por eso en su casa, ella escuchó ya las conversaciones de la responsabilidad que nos toca asumir, que es habilitar, facilitar, coordinar este espacio. Sin lugar a dudas tenemos un gran equipo y nos complementamos muy bien, lo que genera mucho entusiasmo”.
¿Qué les pidió Vilella?
El secretario nos puso un norte y lo definió con mucho énfasis respecto a que Inta tiene que ayudar a ver el futuro, a contribuir a que se produzcan los necesarios cambios para la transformación del sistema agrobioindustrial. Por eso nos remarcó que Inta tiene que liderar la gestión con el objetivo de potenciar los cambios para esa transformación. Necesarios cambios que en el territorio ya se están dando. Por supuesto con esas dos banderas que Fernando sostiene como es la de duplicar exportaciones y no sólo de commodities sino con cadenas mucho más sofisticadas; y poner Argentina en el mundo con la marca país en términos de producción. Y todo eso desde el paradigma o la estrategia de la bioeconomía, que tal vez sea la mayor novedad. Quizá no lo sea tanto para Río Cuarto o en los alrededores de la ruta 158, o los modelos productivos del norte de Córdoba, porque hace rato que ahí se viene haciendo bioeconomía. Y lógicamente que vamos a aprovechar la fuerte territorialidad del Inta para impulsar la innovación y contribuir al desarrollo sostenible.
¿Cómo lo piensan hacer?
Vamos a agrandar la T del Inta en términos de tecnología y con esa misma T de los talentos que tenemos tanto en la gente que trabaja con Inta como la que trabaja en Inta. En este modelo de co-creación, de gestión del conocimiento, que en definitiva es la bioeconomía desde mi punto de vista, Inta tiene una gran responsabilidad porque ya lo viene haciendo. Por eso vamos por un Inta más grande, que responda al pedido de Fernando y a la oportunidad que tiene Argentina de entrar en esta estrategia de la bioeconomía.
El ADN del Inta es interacción público-privado...
Sin lugar a dudas. Justamente el Consejo Directivo del Inta es el órgano de conducción de la institución y a mí me toca presidir ese espacio, porque en realidad no soy presidente del Inta, sino del Consejo, que es el que fija políticas y estrategias; hacia dónde vamos. Y allí se integra el sector público con el privado, lo que garantiza que esa participación de sectores productivos y académicos fijen y prioricen políticas, y se ejerce así el control social. Vale recordar que el Consejo Directivo está en los distintos niveles, desde la AER Río Cuarto, hasta la Estación Experimental de Marcos Juárez, el Centro Regional Córdoba y el Consejo Directivo Nacional. Allí se replica con distintas características, pero son casi un espejo. Y es un esquema que tiene 67 años y es innovador. A nivel nacional participan las gremiales del campo, la Facultad de Agronomía de la UBA, la de Veterinaria, CREA. Y fuera de la gobernanza, después hay todo un trabajo que se realiza con el sector privado en cada lugar del país para potenciar al sector productivo.
Hubo un fuerte debate sobre el futuro de organismos públicos con la llegada de este Gobierno, ¿cómo es la situación de Inta?
Lo primero a destacar es que la misión del Inta no cambia en nada. Es más, luego de las conversaciones y a partir del diseño de gestión impulsado por Fernando Vilella, los organismos descentralizados tienen la tarea de co-construir, trabajar de manera colaborativa como brazos de la Secretaría incluyendo allí a Inase. A partir de allí hemos trabajado ya en estas dos primeras semanas en reuniones de gabinete, en reuniones del Consejo Federal Agropecuario. Por eso, Senasa, como servicio nacional, e Inta como el brazo que apalanca las tecnologías están fuertemente posicionados y tienen claro cuál es el norte y para qué están.
Mencionó la territorialidad del Inta, es una característica central que le da una estructura potente en todo el país...
Bueno, a tono de broma, los históricos del Inta siempre recuerdan que en cada pueblo está la Policía, la iglesia y elINTA. Tenemos más de 360 Agencias de Extensión Rural como la de Río Cuarto; 15 centros regionales como el de Córdoba y 6 centros de investigación, más 14 institutos y otros centros de investigación. Con lo cual la distribución territorial es clave. Hay una consigna dentro de la misión del INTA que plantea la necesidad de aportar a las políticas públicas. Y cuando decidí concursar el cargo en Córdoba y luego aceptar este nuevo rol fue para impulsar la innovación, contribuir al desarrollo sostenible y aportar a las políticas públicas. Es el rol técnico.
Ese objetivo de duplicar exportaciones, ¿es posible y en qué tiempo?
Ese objetivo está en el marco de hacer más sofisticado el sistema de producción. No sólo hablamos de producción primaria ni de volumen únicamente; sino de calidad y precio de esas toneladas. Y el Inta aportó en muchas instancias de los procesos de innovación que le dieron un salto a la productividad. Pero además tenemos una gran oportunidad y con la estrategia de la bioeconomía lo podemos hacer. Y el Inta va a aportar a la gestión del conocimiento para que eso ocurra. Porque la bioeconomía es la estrategia para lograr la prosperidad; los pueblos que exportan dan un salto. Si uno va a la 158 y pasa por Cabrera o Deheza, que son dos ejemplos paradigmáticos, ve que las necesidades básicas insatisfechas casi no existen. Ahí hubo saltos tecnológicos y crecimiento endógeno. El Inta va a aportar para eso.