“No es que vamos a ser reemplazados, pero sí vamos a tener que aprender a trabajar con ella”, agregó el disertante.
Por su parte, Andrés Rieznik, otro especialista en la materia, sostuvo: “Siempre hay temor de que la tecnología destruya empleos, pero también crea nuevos”.
Ambos expositores participaron del mencionado congreso que se llevó a cabo ayer en el Salón Papa Francisco de la Sociedad Rural de Río Cuarto, organizado por el Consejo Económico y Social de Río Cuarto, en el marco de la 71 Expo Otoño.
También estuvieron Álvaro Aguilar y Mariano Perkins, quienes hablaron sobre “Inteligencia Artificial y el Agro”.
En su disertación, Capón Filas destacó la necesidad de comprender la historia y el alcance real de la Inteligencia Artificial.
El académico y especialista en derecho laboral y tecnología abordó la historia científica de la Inteligencia Artificial como sus impactos concretos en el empleo: “Desde 2013, la OIT empezó a estudiar en profundidad el impacto de estas nuevas tecnologías, la Inteligencia Artificial, la robótica y los sistemas autónomos, en el mundo del trabajo. Y los estudios más recientes muestran datos que no podemos ignorar. Según el último informe publicado por la OIT en mayo de este año, uno de cada cuatro puestos laborales a nivel global se verá afectado por la Inteligencia Artificial. Afectado no significa necesariamente destruido -aclaró-. Muchas veces lo que ocurre es que la tecnología transforma el trabajo, lo redefine. La clave estará en cómo nos adaptemos”.
No obstante, Capón Filas también alertó sobre señales concretas que encienden luces amarillas: “La empresa más valiosa del mundo en Inteligencia Artificial redujo su plantilla de trabajadores en los últimos tres años. Esto indica que hay sectores donde sí puede haber destrucción de empleo, especialmente si no se acompañan los cambios con políticas públicas activas y capacitación continua”.
El especialista insistió en que la incorporación de IA no implica una sustitución directa y masiva, sino una transformación del empleo:“Vamos a trabajar con Inteligencia Artificial, no contra ella. Pero para eso necesitamos educación, formación y pensamiento crítico. No se trata sólo de tecnología, se trata de cómo la sociedad la integra”.
En el acto de apertura del congreso estuvieron presentes la presidenta del Consejo Económico y Social, Irma Ciani;el intendente Guillermo De Rivas;el vicepresidente del Banco de Córdoba, Juan Manuel Llamosas;y el presidente de la Sociedad Rural, Heraldo Moyetta, quien ofició de anfitrión.
En diálogo con Puntal, Rieznik manifestó: “Nunca fue tan apasionante investigar como hoy, gracias a la Inteligencia Artificial”.
El físico y especialista en neurociencia disertó sobre el impacto de la Inteligencia Artificial en la ciencia, el trabajo y la condición humana:“No hay que temerle, hay que entenderla”.
El doctor en física y especialista en neurociencia y comportamiento humano ofreció una charla en la que abordó los desafíos actuales que plantea la Inteligencia Artificial, tanto desde el punto de vista científico como filosófico y humano.
“¿Si la Inteligencia Artificial es una amenaza o una oportunidad?, creo que es un poco las dos cosas. Como decía mi abuelo, en chino la palabra crisis se compone de ‘peligro’ y ‘oportunidad’. La IA genera cierto riesgo, sí, pero también una enorme oportunidad para aprender, crear y transformar”, afirmó.
Desde su perspectiva como investigador, Rieznik expresó entusiasmo con las posibilidades que abre esta nueva era tecnológica: “Lo que antes un estudiante de doctorado tardaba tres meses en hacer, hoy lo puede lograr en tres días. Eso permite generar ideas, avanzar más rápido, investigar con más entusiasmo. Nunca me desperté con tantas ganas de ir al laboratorio como ahora”.
En cuanto al impacto laboral, fue claro: “Siempre hay temor de que la tecnología destruya empleos, pero también crea nuevos. En el caso de la investigación, por ejemplo, está generando más trabajo que nunca. Necesitamos más gente que filtre la información que provee la IA. Porque una cosa es tener datos y otra muy distinta es razonar, crear, interpretar: capacidades profundamente humanas”.
Además, advirtió sobre la necesidad de una transición cuidadosa: “Como en la Revolución Industrial, algunos empleos desaparecerán y otros surgirán. La clave es que esa transición sea lo menos dolorosa posible. Por ahora, los datos no muestran que la IA esté dejando gente sin trabajo, ni siquiera en Estados Unidos”.
“Sócrates decía que una vida sin reflexión no vale la pena ser vivida. La IA, en todo caso, nos obliga a pensar más profundamente sobre qué nos hace humanos”, aseveró.
El stand del Polo Audiovisual acaparó la atención.
En el final del congreso, del que participaron 450 personas, Ciani cerró con una reflexión: “Espero que todo lo que vivimos aquí les sirva para pensar y repensar cómo podemos hacernos de la Inteligencia Artificial sin que eso afecte nuestra calidad de personas”.
Con un “saldo positivo”, próximamente se darán a conocer las conclusiones finales.