Rostros y Rastros Javier Borra | Carl G. Jung | Sincronicidad

Sincronicidad. Esas casualidades diarias a las que prestar atención

Carl G. Jung, más allá de sus muchísimos aportes en la psicología como el inconsciente colectivo o los arquetipos, nos legó conceptos muy interesantes y reales en nuestra vida. Hoy hablaremos del concepto de Sincronicidad

La sincronicidad, un suceso de nuestra vida diaria, pero para el cual tenemos que estar con nuestros ojos abiertos y atentos.

Primero ¿qué es la Sincronicidad? Pensamos muchas veces que el universo nos envía señales cuando suceden coincidencias que nos parecen asombrosas, increíbles. Sin embargo, para Jung eso es Sincronicidad. De la colaboración de Jung y Wolfgang Pauli (un premio nobel de física y uno de los padres de la mecánica cuántica.) nace el concepto de Sincronicidad. En él confluyen planteamientos de la física y la psicología, que podemos definir como la simultaneidad de diferentes sucesos o hechos externos relacionados por un sentido que no corresponde a la causa y efecto, si no que tienen una relación significativa para quien lo vive (coincidencias significativas).

La psique de la persona le da ese significado relevante, una relación de contenido. La frase “¡qué pequeño es el mundo!” es una expresión que hemos utilizado muchísimo para vivir estas sincronicidades. Este término nos permite identificar las relaciones que pudiesen existir entre dos fenómenos tachados de muy improbables o que parezcan inconexos, y lo han estudiado muchos científicos e investigadores. Hay que destacar que Jung establecía la Sincronicidad como una búsqueda de patrones reconocibles. Por ello, según Jung, los procesos, tras la muerte de seres queridos o cambios laborales, provocan una mayor energía psíquica para la casualidad.

Todo ello se debe a que los cambios que se provocan en nosotros en estas situaciones nos llevan a buscar patrones reconocibles que den sentido a nuestra búsqueda. Así, ese impulso de reconocimiento que parece que todos tenemos sería la base de la Sincronicidad.

Un ejemplo simple y que seguro te ha pasado, soñar con alguien, al despertarte en ese día, esa persona aparece o se comunica con vos. O simplemente soñaste que algo iba a pasar y pasó. Son formas de presentarse la Sincronicidad. Debemos mirar la Sincronicidad como una herramienta, ya que la misma podría influir sobre nuestras inclinaciones, pensamientos o decisiones, somos propensos a encontrar señales que confirman o descartan ideas en las que venimos pensando. Pero quizás sea hora de comprender que existen procesos no conscientes que pueden ser mecanismos valiosos para adquirir conocimiento y tomar decisiones.

Te invito que vivas tus sincronicidades con este criterio, lleva nota de lo que vivís día a día, de los sucesos que tienen significado para vos, y luego tomate un tiempo para reflexionar sobre los mismos. Hay algo que debemos recordar siempre para la Sincronicidad el tiempo y el espacio, al igual que para la mente, son relativos. Para el pensamiento occidental este tipo de teorías pueden resultar tildadas de mágicas o simplemente ingenuas, pero por ejemplo en el pensamiento oriental y también en las cosmovisiones indígenas, se considera que todos los elementos del universo se encuentran vinculados formando una unidad.

En este pensamiento la Sincronicidad es natural y lógica. Y actualmente los descubrimientos de la física y en especial de la física cuántica, y la física que estudia el universo, nos plantea realidades de conexiones que todavía no podemos entender, y como nuestra observación afecta la realidad, y probablemente como todo está totalmente interconectado, el tiempo es simplemente un parámetro de medición. Te dejo para que alimentes tu curiosidad algunas de esas teorías por ejemplo teorías de cuerdas, de múltiples universos, estudio de la doble rendija de la física cuántica, doble cuántico, el doble estado de los elementos cuánticos, entre otros.

Por JAVIER BORRA Y SANDRA NIETO | Coaching Integral