Rostros y Rastros Jorge Quarleri | UBA | Ministerio de Salud de la Nación

Cómo funcionan el barbijo y la ventilación de ambientes a la hora de prevenir

Un especialista en virología explica por qué estas dos medidas de prevención se volvieron centrales, superaron a la "quisquillosa" desinfección de superficies y, en cierto punto, a la toma de temperatura corporal

Jorge Quarleri es bioquímico experto en virología, investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (INBIRS, UBA, Conicet), dice que Río Cuarto lo adoptó como hijo hace unos 20 años cuando conoció a su esposa Verónica, madre de sus hijos más pequeños.

La semana pasada la Ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, dijo que la ventilación de ambientes es fundamental para evitar la permanencia del virus SARS-CoV-2, lo describió como un viento que nos tiene que molestar y volar los papeles, además de recalcar las medidas ya conocidas, pero no por eso aplicadas correctamente, como el uso del barbijo.

Sobre este punto Quarleri se detiene y dice que es un tema central. “Para usuarios de medios de transporte público como quien le habla, puedo advertir a diario que entre un 40 y 50% de las personas tapan su boca pero no tapan su nariz, siendo esta una de las principales vías tanto de entrada como de salida del virus, en consecuencia hay cosas que tenemos que reforzar y que no debemos relajarnos, ese es el punto número uno”.

¿Cuán importante es la ventilación de ambientes?

Fuimos aprendiendo, a lo largo de un año, que empezamos a dejar de ser tan quisquillosos en la higiene de las superficies y aprendimos que es importantísima la ventilación de los ambientes, esto es central, por eso una de las conductas que se están impulsando es la posibilidad de tratar de medir cuantitativamente las concentraciones de dióxido de carbono, esto es un gas que liberamos permanentemente a medida que respiramos. Esta concentración de dióxido de carbono en los ambientes tiene que alcanzar un punto máximo que pasado el mismo nos estaría diciendo que hay demasiada gente en un ambiente cerrado.

Por hora, se calcula que la cantidad de aire de un ambiente para que este bien ventilado debe renovarse entre tres y seis veces completamente, esto no se logra con una hendija de una ventana abierta, tienen que volarse los papeles, claramente ese es un punto central.

Ahora bien, medir esto y ventilar no priva de la necesidad de la utilización correcta del barbijo porque es uno de los principales métodos de barrera para que ingresen o egresen partículas que son micro-gotas que se liberan, son grandotas y caen a dos metros máximo, y los aerosoles que son producto de estas gotas que van perdiendo líquido y en consecuencia su peso es sustancialmente menor, también su tamaño, y pueden quedar flotando en un aire que no tiene ventilación por varias horas, eso es definitivamente lo que tenemos que cuidar.

¿Qué se puede hacer con el transporte público?

A mi entender, yo estoy en un área donde me ocupo más de las moléculas del virus que de medidas de vinculadas con la salud pública, sin embargo desde el sentido común creo que es necesaria cierta restricción de espacialidad para que los transportes públicos, al menos en ciudad de Buenos Aires, no sigan siendo lo que son: no se cumple ni la distancia de los 30 centímetros entre pasajeros, si a eso le sumamos que son ambientes pobremente ventilados y si a eso le sumamos que los usuarios no utilizamos correctamente el tapa-nariz-boca estamos hablado de una bomba de tiempo.

Qué pasa con la toma de temperatura

Tenemos datos fehacientemente comprobados y es que el 65 % de las transmisiones de una persona infectada a otra susceptible se dan durante la etapa pre-sintomática o asintomática; después aparecerán los síntomas. En consecuencia no es imperiosamente necesaria la toma de la temperatura cuando ingresas a un lugar, eso puede servirnos pero no excluye la posibilidad que una persona que está infectada y aún no ha desencadenado todos los síntomas, esté liberando el virus por sus vías respiratorias, si no utiliza bien el barbijo y está en un ambiente cerrado con mucha cantidad de gente, pues empezamos a explicarnos algo de lo que nos está ocurriendo con los números que nos están asustando muchísimo.

¿Una persona vacunada puede contagiar o no?

No lo sabemos, disponemos información de algunos estudios en los que se ha llevado adelante este tipo de análisis pero con otras formulaciones vacunales de las cuales no disponemos en Argentina. Estoy hablando, por ejemplo, de las vacunas de Pfizer o de la vacuna de Moderna, hay algunos reportes que están hablando en función de esto.

Todas las vacunas están generando una inmunidad que estaría debilitando la chance de que ocurra la infección, no solo la enfermedad de la cual ya sabemos que un individuo vacunado prácticamente se enfrenta a un 0% de cursar una enfermedad severa.

Más allá de esa situación, lo que hay que tratar de evitar es que ocurran las infecciones, esto es que un individuo que está liberando virus no contagie.

El punto central, respecto a la pregunta, es que todavía no tenemos demasiada información de las formaciones vacunales que tenemos en Argentina, ni de la Sputnik V, ni de las vacunas Chinas, ni de la de Astra Zeneca, por eso todavía estamos haciendo algo de “camino al andar”.

¿Las nuevas cepas están complicando el panorama?

Este es un punto en el que hay que informar con mucha cautela, y para que todos entiendan, estamos hablando de un virus que es el del 2020, el que circuló masivamente, y de repente aparecen una suerte de primos hermanos de aquel pero que se muestran con algunas alteraciones en su cara. El punto es cuán distinta es esa cara, comparada con la respuesta inmune que se ha montado a partir de una infección en aquellos que ya tuvieron la enfermedad.

Acá hay algunas distinciones dependiendo de las variantes, esto es lo que dije antes, cuán distinta es la cara que tiene el virus en cada una de estas variantes. La variante inglesa, es la primera que fue claramente caracterizada en ese país, tiene mayor transmisibilidad demostrada, sin embargo no es capaz de escaparse a los mecanismos de vigilancia inmunológica, es decir, todo indica que aquella persona que habiendo padecido Covid19 en 2020 con una cepa original, digamos, si se enfrenta con la cepa inglesa no debería volver a infectarse teniendo una buena respuesta inmune montada. El mismo curso surge con la cepa de Manaos. Y aparece una tercera cepa, que no está presente en Argentina afortunadamente, y es la variante sudafricana que en la literatura sigue siendo la mano negra en cuanto a variantes porque esta sí está dando evidencias, cuando digo evidencias son estudios acotados de personas en distintos países, de tener mayores chances de burlar una respuesta inmune montada por una infección previa o aun en individuos vacunados.

Tendríamos que estar pensando en hacer una suerte de actualización de la vacuna, algunos laboratorios ya lo están trabajando, de modo tal de estar cubiertos en una próxima dosis.

Por Fernanda Bireni