El flamante diputado nacional de Avanza Libertad, José Luis Espert, asegura que los liberales le están cambiando de a poco la matriz al Congreso nacional y por eso hoy se plantean temas como la baja impositiva, el recorte del gasto público o hasta la reforma laboral.
Analizó lo sucedido con el presupuesto el viernes último, cuestionó las inconsistencias del proyecto oficialista y analizó el rebote de la economía que cerrará el año recuperando toda la caída de 2020.
“Para nosotros, el bloque de Avanza Libertad, lo del presupuesto fue muy simple de explicar. El proyecto en el primer artículo establece que se fija en 13 billones de pesos el gasto público para 2022. Con eso hacemos una primera evaluación y vemos el financiamiento de ese gasto, más allá de los supuestos macroeconómicos que son todos análisis de segundo orden. Lo que hay que ver es si el gasto público tiene un financiamiento razonable con impuestos, y si luego de eso hay déficit tenemos que ver cuánta emisión monetaria y cuánta deuda pública va a colocar el Gobierno. Y claramente ahí no hay consistencia entre el gasto y el financiamiento, entre impuestos, emisión monetaria y deuda. Por lo tanto para nosotros era inaprobable porque ni siquiera ese presupuesto pasaba la primera prueba blandísima relacionada a la consistencia mínima”, explicó en diálogo con el programa radial Buen Día Río Cuarto, que se emite por Digital 91.9.
¿Hay un desequilibrio que no está debidamente corregido?
Cuando hablo de inconsistencia me refiero a que con una presión impositiva salvaje hay déficit; primer problema. El segundo problema es que cuando uno mira el déficit y cómo se financia encuentra una colocación de títulos públicos y un endeudamiento con acreedores oficiales que es difícil que se logre, dificilísimo. Un tercio del financiamiento de ese déficit de 25 mil millones de dólares era con organismos internacionales o con acreedores oficiales, como les dijo el ministro Guzmán. Y uno no encuentra a lo largo de la historia argentina acreedores oficiales que desembolsen cerca de 8 mil millones de dólares netos en un año.
¿25 mil millones de dólares?
Sí, y otro tema importante es que 25 mil millones de dólares de déficit implican 25 mil millones de dólares de deuda pública, sea con quien sea porque no hay forma de financiarlo. Es un número enorme que incluso supera a los 20 mil millones de dólares de deuda anual promedio que nos viene dejando el gobierno de Alberto Fernández, que es récord en la historia de la democracia desde 1983. Es imposible de aprobar.
Para equilibrarlo, es más factible tener que bajar gastos que subir ingresos?
Sí, más cuando el único gasto que caía en el presupuesto que no se aprobó era el de subsidios con la consecuencia de un tarifazo. El único gasto público que bajaba era uno que paga la sociedad a través de las tarifas. Ahora, achicamiento de la estructura burocrática del Estado, nada, cero. Es más, estamos viendo en estos días que el Gobierno, sin presupuesto, va a otorgar un bono a los empleados públicos de 20 mil pesos a cada uno; una cosa increíble. Para darles un bono a los empleados públicos que en su mayoría casi no trabajaron en medio de la pandemia, hay. Las dependencias estuvieron cerradas prácticamente un año y medio. Así no es, es una irresponsabilidad total.
¿Qué pasará ahora sin el presupuesto?
Está contemplado en la ley que contiene a todos los presupuestos, que es la 24.156, que establece que si no hay aprobación del presupuesto en el Congreso se gobierna con el del año anterior en base a decretos. En ese sentido, desde nuestro bloque presentamos un proyecto de ley en estos pocos días que llevamos de diputados para que esto se termine; si no hay presupuesto el Gobierno no puede funcionar, tiene que haber presupuesto sí o sí. Como en Estados Unidos, que se conoce como shutdown. Porque esto de que el Gobierno siga por decreto y con un presupuesto viejo le da una discrecionalidad infinita, más que si el presupuesto hubiera sido aprobado, para gastar sin rendir cuentas. Pero primero lo primero, no podíamos aprobar como diputados un presupuesto que es de un voluntarismo total.
¿Qué rol creen que van a tener en el Congreso?
Evidentemente los liberales le estamos cambiando un poco el PH al Congreso, que para subir el gasto público y los impuestos siempre está dispuesto, pero para tener responsabilidad en el manejo de impuestos y gasto, nunca. Ahora escuchamos algunos que empiezan a hablar de bajar impuestos, reforma laboral y todas iniciativas que hemos impulsado desde siempre. Eso es positivo.
¿Cree que el nuevo Congreso se parecerá al del viernes?
No sé si lo que ocurrió el viernes es para tomarlo como un ejemplo o una demostración de lo que puede venir, del funcionamiento habitual del Congreso. Todavía quiero verlo. No me voy a retractar de lo que siempre dije y es que Juntos por el Cambio es kirchnerismo de buenos modales. Vamos a ver si continúan con la misma dureza con el gasto público y la suba de impuestos hacia adelante. Hay que ver qué tan comprometidos están en trabajar en la defensa de los ciudadanos argentinos. Nosotros, Avanza Libertad, tenemos muy claro que nos votaron los ciudadanos y somos servidores y por lo tanto no podemos hacer nada que los perjudique. Eso significa que no puede haber más suba de impuestos, tiene que haber baja del gasto público, reforma laboral para que haya trabajo en blanco y que los empresarios no sientan que cuando toman a alguien en realidad meten una bomba atómica a la empresa por la locura de las leyes laborales. Tenemos una agenda frondosa, todo pensando en la gente y solucionando sus problemas reales.
La actividad económica este año terminará recuperando la caída de 2020, ¿puede seguir esa tendencia?
Es un efecto rebote después de que la economía cayera 10% el año pasado y el 2021 con la economía más abierta en términos de cuarentena, se recuperó lo perdido. El tema es hacia adelante. Hay muchos interrogantes, como el acuerdo con el Fondo Monetario, por ejemplo. Si no se logra es muy difícil pagar la deuda porque son 20 mil millones de dólares que el Gobierno no tiene. ¿Vamos al default con el Fondo y vamos a enemistarnos con el mundo? Y si hay acuerdo, ¿qué ajuste va a pedir de salarios, tarifas, jubilaciones? Por lo tanto, el interrogante es a qué nivel sostenemos la recuperación, el rebote.