Son 43.800 beneficiarios del Pami, a los que no les alcanza la plata para los remedios.
“O compramos medicamentos o comemos”, graficaron.
Desbordados en la sede del Pami, a muchos les dieron turnos para la semana que viene.
“Vine a pedir un turno y me lo dieron para la semana próxima”, dijo un jubilado, en otro día de largas colas en el edificio del organismo nacional.
“Yo también fui atendido, pero me dijeron que volviera mañana (por hoy), para que me den un turno para la semana que viene”, sostuvo otro jubilado.
“Yo también fui atendido, pero me dijeron que volviera mañana (por hoy), para que me den un turno para la semana que viene”, sostuvo un jubilado. “A mí no me alcanza la plata. Con este recorte, yo no puedo comprar los medicamentos”, señaló otro.
“A mí no me alcanza la plata. Con los remedios gratuitos, todo iba viento en popa. Pero con este recorte, yo no puedo comprar los medicamentos para atacar mi enfermedad. Ocompro remedios o como”, afirmó categórica una jubilada que también hacía la cola.
En el frente del Pami local, se instaló un gacebo para proteger a los jubilados del sol y de la lluvia y que en uno de sus costados decía paradójicamente “La tranquilidad de tener medicamentos gratis”.
En efecto, la medida de recortar los remedios gratis a los jubilados impactó fuerte en los beneficiarios del Pami que, en la ciudad y la región, son 73.000.
“Y de esos 73 mil, el 60 por ciento son pobres”, señala un estudio en cuestión.
“Esto significa que esos jubilados están en una situación de vulnerabilidad y, por consiguiente, no pueden comprar medicamentos, dado que sus haberes van a parar directamente a la compra de alimentos”, manifestaron.
Ayer, la Iglesia salió con dureza a opinar sobre el tema:“Es una eutanasia encubierta”, dijo el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, allegado al papa Francisco.
Rossi:“Eutanasia encubierta”
El arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, afirmó ayer que la nueva política de recortes de medicamentos en el PAMI es una “eutanasia encubierta” y consideró que “quien pensó esto no pisa la tierra” ya que se trata de “una norma que prescinde de la persona”.
Rossi, un cardenal cercano al papa Francisco-, sostuvo que, a partir de los cambios dispuestos por el Gobierno, los jubilados “tienen que elegir entre comer o medicarse”.
“Esa miserabilidad que estamos viviendo donde nuestros abuelos, nuestros viejitos, están a veces en una especie de eutanasia disimulada, dice el papa Francisco, como sistema”, remarcó.
Además, el arzobispo denunció que “para muchos es muerte” porque “si tenés que elegir entre comer y medicamentos, tendés a comer” y por eso “hay medicamentos que no reciben”, remarcó.