Afuera llovía. Un grupo de jubilados de Río Cuarto se había acercado a la sede del Pami local, sita en la calle Alvear, en la esquina con Buenos Aires. Querían hablar con el titular del organismo nacional, Ricardo Scattolini (foto).

Pero desde adentro les habían informado que tenían que pedir una audiencia con él para ser atendidos, que sin ese pedido no podían ser recibidos por el jefe de la repartición previsional.

“Ni el Mingo Cavallo se animó a tanto”, se dijo en esa ocasión, al recordar el encuentro entre la jubilada Norma Plá y el exministro de Economía, con sus “lágrimas de cocodrilo”.

A los jubilados les cayó mal la respuesta. Dieron media vuelta y dijeron: “Si no nos atienden, le vamos a decir al periodismo que no nos quieren atender”. En las afueras había un puñado de trabajadores de prensa que estaban expectantes por esa reunión.

Advertidos de la maniobra de los jubilados, los directivos del Pami local decidieron finalmente recibirlos. Se les dijo que iban a ser atendidos por una asistente social y por un médico. Pero cuando entraron, se encontraba también con Scattolini, quien no había sido anunciado, pero que al final participó de la reunión. Todos ellos con el ceño fruncido y de mal humor porque los jubilados amagaron con hablar con la prensa.

El clima fue de marcada tensión. A regañadientes, los jubilados fueron atendidos por los directivos del Pami. A tal punto que el médico que estaba presente les dijo a los jubilados que no lo tutearan. “Yo tuteo solamente a las personas que conozco. Con ustedes no nos conocemos, por lo tanto no me tuteen”, lanzó categórico el profesional. Los jubilados se miraron entre sí, no entendiendo lo que estaba pasando. En fin, así se desarrolló la reunión en la oficina del Pami.

Terminado el encuentro, Scattolini después tuvo un breve diálogo con la prensa, en el que explicó los ejes centrales de su gestión, algunos de ellos, inexplicables como el recorte de medicamentos gratuitos, que vendría posteriormente.

Tras el lamentable anuncio, largas colas de jubilados se sucedieron al frente de la sede del Pami. “No tenemos plata para comprar los medicamentos. Estamos enfermos y no podemos dejar de tomar los remedios. Y ahora tenemos que hacer trámites online y no somos duchos con la computadora”, expresaban al unísono los jubilados, a quienes les daban turnos recién para la semana que viene, permaneciendo para ello estoicamente al rayo del sol.

Una jodita para Tinelli...

Hasta que irrumpió allí un gazebo protector, en medio de un Pami totalmente desbordado.

Pero, en uno de sus costados, la “carpita” decía: “La tranquilidad de tener medicamentos gratis”, justo cuando se los sacaron. Una verdadera tomada de pelo...